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-Quiero una tregua, es simple.- aquel hombre de barba larga tipo árabe solo hablaba pura monada.

-Pedir una tregua sin nada a cambio, créame que es una trampa. Así que seamos directos. Usted quiere venganza porque mate a su hijo Bruno sabiendo que inicio todo, con la muerte de mi hermano, pero vamos que es una cadena.- digo rascando mi barbilla.

En la mafia aprendes que si alguien te dará algo que tu no haz pedido, siempre habrá manera que se cobre. El hombre parecía calmado, Bruno contaba que él nunca se hizo cargo. No sé que busca ahora. Un padre irresponsable. Obviamente cuando sabes esas cosas, tienes que guardarlo para ti. Porque sino hay cuello.

-Te he pedido una y otra vez lo que deseo, sin eso no hay tregua. Pero tal parece que no captas, porque yo mismo he iniciado mi búsqueda. ¡Tu mujer! A quien quiero es a tu mujer.-

Despues del nacimiento de los hijos de Megalos, fue cuando este hombre apareció como un grano en el culo.

Tuve que ser algo duro con Ámbar, de mandarla a Alemania, para que este no siguiera su huella. Mientras idealizo como lo aniquilare. Claro estaba que no pararía.

Flashback. 

-¡No puedes tenerme encerrada! Se cuidarme, por favor. Déjame hablar con él, y llegar a un acuerdo. ¡Por favor!-

La idea que alguien desea a mi mujer me aterroriza porque como hombres sabemos lo que somos capaz cuando nos obsesionamos con algo.

-Lo sé preciosa, entiendo. Pero esto es de vida o riesgo, y créeme que ese hombre es poderoso, y no se dará por vencido tan fácil.-

Trato de hacerle ver que es lo mejor.

-Tu tienes más poder, ¡HOSTIA! Pero no peleare más, Jos cuidara de mi y los trillizos.-

La tomo de los brazos, y la beso. Un beso hostil y continuo, lleno de sed y capricho.

Fin.

Se encuentra en su sexto mes más hermosa que nunca.

-¡NO! MI MUJER NO ES UN OBJETO QUE SE ENCUENTRE A LA VENTA, ELLA NO ESTA ECHA PARA ESTAR CON MENUDOS VIEJOS.- he perdido mis estribos.

El jodido cabrón solo ríe, y no hace más que irse. Saco mi revolver y apunto a su cabeza, jalo el gatillo, este emite un eco en todo mi despacho. No hace más que caer al suelo. La sangre empieza a brotar de su cabeza, su muerte es instantánea, me arreglo, para salir de ese lugar.

-Haz que limpien este desastre, y encárgate que no encuentren su cuerpo.-

Pienso, matarlo es fácil, al mismo tiempo levantaría sospechas, es mejor dejarlo ir. Aunque mi mente ha creado una escena.

Y así el verdadero Casanova, sale de mi despacho, lo que le va a durar poco.

-Tenemos que emplear el plan Z, es nuestra última oportunidad.- digo al otro lado de la línea.

Guardo mis cosas para salir de mi despacho, cuando alguien entra sin tocar.

-¿Pero qué cojones? ¡Megalos! ¿Qué haces aquí! No deberías estar con Sara, cuidando de sus bebés.- digo al griego empañado de sudor.

-¡Mis hijos carajo! ¡MIS HIJOS DAVID!- se altera, le ayudo a que tome asiento.

-¿Tus hijos que? Calma para que pueda entender.-

-Ellos han sido secuestrados. SECUESTRARON A MIS GEMELOS, TODO ES CULPA DE UNA MALDITA PUTA.-

Respiro, lo último que en serio faltaba.

El Pago de la Mafia Italiana.Where stories live. Discover now