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Las cosas iban de maravilla, me lograba ver a mi misma al espejo después de un mes completo sin hacerlo. Me sentía bien conmigo misma, las terapias servían de mucho, el apoyo de todos. El amor y cariño que me hacen saber que no estoy sola. Y más que nada, porque tenía de vuelta a mi mejor amigo. Quien me reconfortaba de mil maneras, más que nada en el proceso de aceptar mi cuerpo con las cicatrices que llevaba por doquier, sabiendo que eran batallas superadas, eso me alegra mucho. Quererme, amarme, lo intento hacer cada día. Hacerlo con el apoyo y amor de David, me es suficiente. El amor de mis hijos que por ellos debo salir adelante ante cualquier circunstancia, que es por ellos que debo estar y mantenerme en pie. Y que manera tan más bella de amarme, desde adentro, con mis irregularidades, con mis defectos. Y asimismo aprender de cada situación que se nos presenta, de saber sacar algo bueno, al lado negativo. Y que son cosas que a todo mundo le pasa, y no porque seamos malas personas, eso va de sobra.

Sino porque es experimentar el dolor, para conocer la felicidad, es parte de la vida.

Claro estaba mis situaciones eran extremas, y no se las deseo a nadie. Pero aquí estoy de pie, frente al espejo sonriendo porque sigo viva, sigo más viva que nunca.

-¿Qué tanto te miras hermosa?- su semblante de David era tranquilo los últimos días, su paciencia y amor a mi, me ayudaba en todo.

-En como todas las cosas ha cambiado, las cosas que hemos pasado, todo. Y en lo mucho que sigo amándote.- sonreí.

-Amore mio, sentí por un momento un miedo inexplicable, sentí que te perdía, lo lamento mucho cariño...- se acercó a mi, para abrazarme por la espalda y recargar su cabeza en mi hombro.

-No es culpa de nadie, mi amor. Duele, y sufro aún... Pero ahora estoy aquí, a tu lado.-

-Cierto, bella. Bene termínate de arreglar que los Megalos están por llegar y todo debe estar listo.-

Era verdad, faltaba escoger un vestido sencillo para la ocasión. Supe por David que Alesandro y Sara ayudaron mucho a mi rescate, lo cual agradezco mucho.

La ocasión era porque yo sería la madrina de su bebé.

Y no solo ellos serían los invitados, mi amiga Santa ya estaba aquí desde que llegue, hace un mes. Hoffman llegaría desde Alemania, estaba recuperando sus negocios. Haciendo tratos por doquier, lo cual le iba bien. Y por otro lado, trataba de encontrar a Kathia De Luca la causante de todo esto. Y David ya se encargaba de Alek, se había vuelto loco cuando el jodido hombre le comento que me violo, lo cual le respondí que gracias a Jos yo estaba bien, pero que casi lo lograba.

Realmente Alek tiene mierda en la cabeza lo cual es asunto que David se encargue de él, aunque yo quisiera arrancarle pedazo por pedazo. Pero David es bueno en castigar a alguien.

David me ha comprado un vestido sencillo, pero realmente hermoso, floreado. Tan colorido, con un escote de corazón, lo cual me realza un poco mis curvas. Colores pasteles, arriba de los muslos, con un juego de zapatillas plateadas, me encanta mi imagen de mi ante el espejo. Con una enorme sonrisa que resalta mis pómulos rosados.

-¡¡Mamma!!- mis tres juguetones entran a la recamará.

Que desde temprano se han arreglado, ya que para que ellos los Megalos son sus tíos, y los adoran mucho.

-Hola, pequeños. Pero que bellísimos estáis.- los tres me hacen reverencia,

-Papa, escogió vuestra ropa.-

Eric y Rafael lleváis unos shorts verdes, con unas camisas amarillas, haciendo juego de colores, y Fio, un coqueto vestido con al mi 'pero en pequeño. Y su cabello rubio, suelto.

El Pago de la Mafia Italiana.Kde žijí příběhy. Začni objevovat