38

6.3K 441 31
                                    


Ni todo el oro del mundo podría comprar toda la tranquilidad y la felicidad que disfrutaba y emanaba el momento tan bello que vivía en mi vida.

Respirar un aire puro es un bien para mis pequeños pulmones era algo que hace mucho que no obtenía y es una recompensa para todos. Todos merecemos paz en nuestras mentes en nuestros corazones que tengan un refugio digno de...

El sonido de las brisas, de las hojas chocar entre ellas mismas era un tremendo paraíso para mis oídos y vista preciosa que el lugar nos otorgaba.

-¡Mamma è bellissima!- grita fuertemente Fiorella, quien desde pequeña le ha encantado este tipo de paisajes verdosos.

-Bello mamma, bello.- termina por decir Rafael.

Pasar un buen rato con estos bambinos y el amor de mi vida, no había cosa que desear más. Porque atesoraba estar con ellos cada momento. Porque en ocasiones cuando la vida te presenta muchas dificultades tormentosas que si sales vivos después de ella, te hacen cambiar un poco tu percepción de la vida, te hace aprovechar cada momento así sea mínimo de felicidad lo tomas, y lo haces tuyo. Lo tomas con la mejor actitud, para lograrlo resplandecer y hacerlo brillar, aunque sea poco tiempo.

Y eso yo lo atesoraba últimamente, ya que todo marchaba en paz.

David había logrado su objetivo no existía más Aleksander Sokolov, ya no existía más el miedo. Mientras Jos, recuperaba parte de su negocio.

Todo se volvía un poco rutinario lo cual me encantaba, que las cosas marcharán de acuerdo a la normalidad.

David sonreía a lo lejos, mantenía aun su sonrisa de lado a lado, con su gran dentadura blanca que me erizaba mi piel. Se le mira tan relajada y sin preocupación, sin esos trajes tan caros que carga, con el cabello despeinado que el mismo viento que pasa sobre él.

¿Cómo pudo terminar junto a ese espécimen de hombre? Joder mi madre sería la más feliz de este puto planeta al verme tan contenta.

-Madre mía, que preciosidad tenéis aquí.- llega hasta a mi para depositar un dulce beso en mis labios.

-Hola, solo paseaba por el lugar. Los niños estáis contentos, gracias amor.- le devuelvo el beso.

Sus besos realmente eran adictivos y eran como una especie de medicina para mi ser.

-Mujer, me habéis dejado con todas las cosas, que he tenido que dar más de cinco vueltas.- se queja.

-No sé queje, que usted es el hombre de la casa.- le doy un pequeño golpe.

-Ya me las pagarás Ámbar, te lo aseguro.- solo sonrió pícaramente para comenzar a poner todo.

-Le tengo miedo señor Ferrazzano.- hago que tiemblo, y él me toma fuertemente.

-Mire señorita García no es bueno tentar así al demonio.- una de sus manos baja hasta el broche de mi vaquero, donde me acaricia por fuera.

-El diablo puede salir perdiendo señor, se lo aseguro.- me arremete contra un árbol.

Cuando ya ha metido su mano, y acaricia mi zona intima sobre mis bragas.

-¡David por favor!-

-David nada.-

Su mano ya juega con mi monte venus, lo cual me hace retorcerme, pero es algo inevitable ya que su gran cuerpo me lo impide,

Ahora ha introducido dos de sus dedos en mi, comenzando a entrar y salir velozmente, mientras pongo en mi vista que no estén los niños cerca.

El Pago de la Mafia Italiana.Where stories live. Discover now