Ya no es el chico popular el que apuesta por conquistar a la nerd, ahora Maggie Castillo es la que apuesta por ganarse el corazón de él popular y capitán del equipo de fútbol Jackson Thomson, ¿Qué pasará en esta historia? ¿Maggie logrará conquistar...
Estaba pasando el mejor fin de semana de mi vida, Jack era muy amable, y creo que me estaba empezando a ganar su confianza. Los chicos estaban jugando fútbol mientras que las chicas se estaba bronceado. Yo no quería broncearme, no quiero que mi piel pase de ser morena a ser un carbón.
Solo quería terminar mi lectura, era muy relajante leer mientras las escuchas las olas del mar, el viento.
Las chicas estaban tomándose fotos, al igual que los chicos. Después de pasar un rato en afuera, decidimos entrar pues ya estábamos empezando a tener hambre.
-Hay un restaurante de mariscos aquí cerca. -Hablo Jack. -Podríamos ir.
-Me parece una gran idea. -Dijo Mario. -Tengo mucha hambre y pocas ganas de cocinar.
Todos subimos a nuestras habitaciones, me bañe, me coloqué un vestido color blanco que dejaba al descubierto mis hombros, me recogí el cabello en una cola alta, baje las escaleras, solo estábamos Julieta y yo.
-Hola. -Ella se sentó a mi lado, ella también tenía un vestido color blanco como el mío, solo que el de ella era un poco transparente y de manga larga.
-Hola. -Le sonreí. -¿Tú estás en la clase de arte y literatura?.
-Si, así es. -Me sonrió. -¿Eres la novia de Jack?. -Me preguntó y negué.
-Solo soy su amiga. -Me encogí de hombros. -¿Tú eres la novia de Alex?.
-Ella negó y suspiro. -Me gusta, demasiado, pero se para qué me quiere. -Hizo una mueca.
-¿Por qué estás aquí?.
-Insistió demasiado. -Soltó una pequeña carcajada. -Y mis padres se iban a ir de viaje el fin de semana, quedarme sola en mi casa tampoco era una opción.
Asentí, los demás bajaron y nos montamos en los coches para ir al restaurante. Cuando llegamos nos bajamos y entramos, pedimos una mesa y pedimos nuestra comida.
-Muero de hambre. -Exclamó Amanda con un puchero.
-No eres la única. -Dijo Omar.
Llegaron con nuestra comida y como lobos hambrientos nos lanzamos a ella. La verdad es que estaba deliciosa, los chicos eran muy divertidos y simpáticos, al igual que las chicas excepto Rubí y Daniela. No sé qué les he hecho para que se porten de esa manera conmigo, a penas le hablo, ni siquiera las miro y ella me odian como si hubiese cometido un crimen.
-¿Quién quiere helado?. -Preguntó Jame.
-Yo. -Chillo Rubí.
Todos caminamos hasta la heladería, pedimos nuestros helados y nos sentamos a charla.
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-¿Cómo es que lograste que Jack, el más Bruto de todos pasara los exámenes?. -Preguntó Mario y yo solté una carcajada.
-El no es para nada bruto. -Lo defendí. -Solo es un poquito flojo para estudiar, pero lo está haciendo muy bien, aprende rápido.
