Capítulo 33

230 10 0
                                    

Capítulo 33

De un solo movimiento me senté, mirando hacia los lados para saber donde me encontraba. Estaba en mi habitación, recostada sobre mi cama y cubierta solo con una frazada.

Miré hacia la ventana y vi como el vampiro estaba de pie mirándome desde la ventana.

—Dime que todo fue una pesadilla y que ni siquiera hemos ido a Noruega –él caminó hasta donde me encontraba, respondiendo mi duda.

—Han llamado del hospital, ya no había nada que hacer por Luke –la expresión de su rostro, frío y duro como una piedra me observaba con unos ojos que no estaban completamente negros, sino de un color gris, el mismo que había visto en Noruega.

—Dios... —dije sintiendo como mi corazón se oprimía al darme cuenta que era cierto, que Luke había muerto por mi culpa — ¿Por qué no le dije que fuimos a Noruega? Solo tenía que decir la verdad –llevé mis manos a mi cabeza al darme cuenta de lo que había desencadenado todo esto.

—Elizabeth... ¿Qué demonios estas pensando? Tu padre se ha muerto por sus antecedentes y el estilo de vida que llevó, no han pasado ni siquiera dos meses desde que tuvo un infarto –al estar atenta escuchándolo me di cuenta de su presencia en mi departamento.

—Cállate... ¿Qué haces aquí? –dije mirándolo enojada — ¿Qué haces tú en mi habitación? ¡Vete!

—No te dejaré en este estado, estas muy débil...

— ¡Es tu culpa! ¡Aléjate de mí! No vengas a actuar como si te preocuparas de mí siendo que pudiste ir a trabajar tranquilamente los días anteriores, vete de este departamento antes que llame a la policía Maximiliano.

— ¿Crees que no te conozco? No sirve de nada venir contigo luego de que se te mete algo en la cabeza, no eres capaz de escuchar a nadie –dijo poniéndose de pie –si quieres estar sola en estos momentos no hay problema, pero no saldré de este departamento hasta estar seguro de que estarás bien.

— ¡Sal de aquí, Maximiliano! deja de actuar y vete con Luciana, quien se encargó de restregarme en la cara lo que había pasado entre ustedes dos –Maximiliano tensó su mordida al escucharme.

—No voy a hablar de eso en este momento... trata de descansar y toma el té que está en tu mesa de noche.

Simplemente se dirigió hacia la puerta y se alejó de mí. Me sumergí en mi cama y me puse en posición fetal, no podía dejar que él me viera en ese estado.

Miré mi mesa de noche y vi una taza bastante grande con un líquido que aún estaba caliente ya que salía vapor de este. Lo tomé sintiendo como si por dentro estuviera vacía y bebí de a poco el té que me había preparado Maximiliano.

No bastó más que unos segundos para que mis ojos se cerraran después de terminar. Me dormí rodeando mis brazos a mi abdomen, tratando que de esta forma mi corazón no se hiciera pedazos al igual como se estaba despedazando mi alma mientras que me iba sumergiendo en un sueño que trajo un recuerdo que había olvidado por completo.

Estaba sentada en el columpio que mi padre había hecho para mí, días antes de que Suzanne se fuera y nos abandonara, siendo tan pequeña no sabía qué había pasado como para que ella se fuera después de que ambos gritasen en la discusión que ya había ocurrido hace meses.

En ese momento esperaba porque él viniera con el botiquín de primeros auxilios que teníamos en casa, me había caído corriendo por el patio trasero, el cual no era muy grande en ese entonces.

—Lizzie, has de tener cuidado cuando estés jugando, te hemos dicho que no corras tan rápido de un lado a otro –él se acercó y se apoyó en sus rodillas para después abrir el botiquín mientras yo lo miraba atenta.

Obstáculos MortalesWhere stories live. Discover now