Capítulo 26

235 10 0
                                    

Capítulo 26

Cerré los ojos por un minuto, estaba cansada y lo único que deseaba era estar a solas con Maximiliano.

Habíamos vuelto hace ya un par de horas desde Vermont, escapamos rápidamente, solo despidiéndonos de Luke quien se levanto primero. Me pidió que no me acercara tanto a Maximiliano y yo no dude en decirle que eso no ocurriría, que esto había sido solo una excepción. No quise decirle nada sobre Suzanne porque esperaría para la reunión de la otra semana, estaríamos solo los dos y habría tiempo de conversar, además que en la mansión hace unas horas, solo deseaba escapar.

Sin embargo, en el departamento la tranquilidad no llego a ninguno de los dos, ya que Dante estaba con James arreglando todo para poder irse a vivir juntos, así que nos pusimos a ayudarlos después de que yo me diera una ducha, aunque no servía de mucho ya que luego tuve bastante actividad física.

Solo hace unos pocos minutos pude sentarme sobre el sofá, mirando a Dante que estaba en el de al frente, mirándome agotado.

—Gracias por ayudarnos –Maximiliano estaba de pie a mi lado, mientras que James llevaba la última caja para dejarla en el camión que esperaba abajo.

—De nada... —lo mire pensativa, pensando en cuanto extrañaría a mi amigo...sintiéndome un tanto sola.

—Entonces la televisión no me la llevo –dijo mirando de mala gana a Maximiliano.

—No...no dudes que tendrás una idéntica en tu departamento –fruncí el ceño, aun no entendía porque no nos había dejado desmontar la televisión para que Dante se la llevara.

—Como digas... —miro su celular que sonaba y sonrió al leer un mensaje –James les agradece mucho por su ayuda, pero que ya está todo listo y desea irse pronto... —ambos nos pusimos de pie, trague saliva para que el nudo en mi garganta no siguiera creciendo –no me mires así, Lizzie.

—No te miro de ninguna manera... —quería hablar con él sobre Suzanne, pero ni siquiera había podido pronunciar palabra, por el ajetreo que creó su mudanza.

—Nos veremos todos los días en el trabajo –Dante me sonreía con sus ojos brillantes, de verdad estaba muy feliz por ir a vivir con James –y no dudes que me encanto vivir contigo.

—Bueno, solo espero que todo resulte...

—Eso está claro, James es más que indicado... —nos abrazamos por un par de segundos y luego se separo de mí. Cada vez sentía más lejos a Dante –Gracias por ayudar, Maximiliano –estrecharon sus manos y luego sin más, me dio un abrazo de nuevo y desapareció por la puerta.

Me gire hacia Maximiliano, mirándolo con un puchero marcado en mis labios y no me demore nada en acercarme hasta él.

— ¿Qué estás haciendo? –dijo dando un paso hacia atrás. Fruncí el ceño y di otro paso hacia él, quería que me abrazara...como este amanecer, no olvidaría jamás ese momento –No te acostumbres a este estilo de cosas, Elizabeth...me incomoda.

— ¿Por favor? –por un segundo me miro con odio, pero no le quedo de otra que darme en el gusto. Tiro de mi camiseta blanca y choque contra su pecho, sonreí al sentir como sus brazos me rodeaban.

—Estas exagerando, lo veras pasado mañana en la oficina... —cerré mis ojos y metí mis manos bajo la camiseta gris que traía puesta, estaba bastante deportivo, ya que estábamos llenando y llevando cajas y él deseaba sentirse más cómodo.

—No entiendes... —me sentía muy bien estando de esta forma, pero sabía que me iba a sentir mucho mejor si me duchaba y luego comía algo, eran más de las seis de la tarde y no había almorzado –he estado acostumbrada a tener a Dante cerca, en Londres no vivíamos juntos, pero siempre me iba a ver...además salíamos muy tarde del trabajo y siempre estaba cerca...ahora sé que James acaparara todo el tiempo libre que tenga, lo voy a extrañar mucho.

Obstáculos MortalesWhere stories live. Discover now