Capítulo 11

263 12 3
                                    

Capítulo 11

Cerré mis ojos, respirando profundo y sintiendo como mi mano comenzaba a doler por estar presionando la manilla de la puerta con tanta fuerza. Al otro lado estaba Maximiliano sentado, esperando por mí para comenzar con su estúpida idea de formar una automotora. Bote el aire que había inspirado.

—¿Srta. Green? ¿Se encuentra bien? –asentí mirando Nicole que estaba a mi lado, no iba a entrar ahí sola. Además ella estaba feliz por poder participar de esta reunión.

Abrí la puerta con el corazón en mi garganta, esperando que esto terminara rápido.

—Buenas tardes –busque aquella profunda voz y pude ver que estaba apoyado en la ventana, mirando como si fuera todo un ser superior y nosotras una simples mortales...cuanta verdad había en eso.

—Buenas tardes Maximiliano...bueno, mientras más rápido comencemos más rápido terminaremos.

—Disculpa, pero ¿Qué hace ella aquí? –Nicole no avanzo ni un solo paso cuando Maximiliano la miro.

—Es mi secretaria, claro que debe estar conmigo en una reunión...

—No, tú tienes tus manos...puedes anotar, Nicole, te puedes retirar esta reunión es secreta –ella se dirigió hacia la puerta.

—Nicole no te muevas...aquí yo soy tu jefa, no Maximiliano.

—No quiero que este ella aquí, esto es bastante secreto y no quiero que se sepa luego en otra compañía...

—Oh, estas exagerando. Nicole tú te quedas... —ella me miro sin saber qué hacer para después mirar a Maximiliano esperando una respuesta.

—Muy bien –dijo acercándose hacia nosotras. Fruncí el ceño al ver esa mirada tan profunda ¿Qué estaba tratando de hacer? llegó al lado de Nicole y le sonrió de forma arrebatadora –creo que tienes razón, Elizabeth –toda su atención fueron a los ojos café de Nicole que lo miraban con adoración –no veo el problema de que ella se quede con nosotros –tomo el mentón de Nicole e hice lo mirara aun más cerca.

—¡Ya basta! –mi corazón estaba latiendo con fuerza mientras mi sangre estaba recorriendo mi maldito cuerpo como si se hubiera convertido en lava —¡Nicole, sal de aquí ahora mismo! –Ella me miro asustada y corrió hacia la puerta —¿Qué pretendes? ¿Ah? –el sonrió curvando sus labios.

—Nada, solo estaba siguiendo tus ordenes ¿no querías que tu secretaria se quedara aquí? –me gire frustrada y me dirigí hacia el asiento más cercano.

—Comencemos que mi paciencia esta por explotar, ha sido un pésimo día gracias a ti –abrí la carpeta, pero me quede helada al sentir las manos de Maximiliano en mis hombros.

—Estas más tensa de lo normal y muy amargada –me iba a girar para enfrentarlo, pero no fui capaz cuando sentí que comenzaba a dar increíbles caricias que deshacían mis nudos de estrés –No... —trate de encontrar algo de voluntad para separarme, pero por lo visto esta me había abandonado completamente. Maximiliano hizo girar la silla para que pudiera verlo –Solo has traído esa blusa para tentarme ¿no? –asentí como idiota mirándolo. Dios, me estaba comportando como la Lizzie de antes, cuando me rendía ante el tacto de este vampiro.

—Para hacerte sufrir... —él se acerco más hasta estar solo a unos centímetros de mi rostro –pero no lo logre...

—Oh sí, lo lograste... —movió la silla hacia él, de tal forma que tuve el tiempo necesario para contemplar sus labios ¿Cómo me resistí a ellos cuando lo vi por primera vez? Creo que en mi mente ya no quedaba fuerza para seguir resistiendo. Maximiliano movió por última vez la silla hasta hacerme chocar con él, momento que aprovecho para atrapar mis labios con los suyos. Al sentir como estos se movían con fuerza contra los míos, tirando de estos con sus dientes me puse de pie. De inmediato lleve mis manos a su cabello y lo acerque bruscamente a mi; Maximiliano me tomo de la cintura y me acerco a su cuerpo hasta que pude sentir su erección contra mi falda...alto, yo no llevaba falda en la mañana –Lizzie... —su voz me llamo la atención y aun mas lo hizo cuando me empujo hacia la mesa dejándome sentada, separando mis piernas hasta quedar entre ellas —¿Qué tienes por hacerlo sobre un escritorio? –fruncí el ceño ante lo que dijo, pero me deje llevar cuando sentí sus labios en mi cuello, provocando que suspirara más de la cuenta.

Obstáculos MortalesWhere stories live. Discover now