A Hoseok le preocupa el estado mental, como es de saber y algo totalmente lógico. La presión que siente incluso teniendo bastante ayuda para no cargar con ese objetivo él sólo. Si no estuviera el pelinegro, al tanto de las comidas y el escaso descanso de Kihyun, definitivamente sería un saco de huesos sin alma vagando por las calles de la ciudad para ir a los mismos tres lugares de siempre como si estuviera metido en un bucle del cuál jamás en su vida saldría hasta que finalmente lo encontrarían muerto en su departamento. Bien por suicidio, bien por un paro cardíaco provocado por el estrés o bien por desnutrición.

—Vamos, come un poco—murmura insistente acercando esa bandeja de plástico a su amigo. Choca con su brazo únicamente para llamar su atención ya que al parecer él está dispuesto a ignorarlo.

Yoo mira la comida, luego al mayor. Suspira con cansancio y deja las hojas donde mantiene anotada la teoría de los cien años en una semana de Stephen Hawking. Un papel bastante viejo, de los primeros que ha escrito. Pero todo ese papelerío le servirá para armar sus propias teorías, sus experimentos y su viaje, usándolos de referentes. Todo es una guía para él. Y aunque sea basura, sigue manteniendo con firmeza que no va a tirar nada de lo que guarda en esa enorme carpeta hasta conseguir su meta.

Kihyun toma los palillos que le extiende su acompañante, en un total silencio. Toma su móvil dispuesto a ver qué hora es. Él puede jurar que son cerca de las seis de la tarde, pero dado a que justo se encuentran en un cambio de estación es probable de que se más temprano. 7 de Noviembre del 2020, 16:48 p.m. El tiempo había transcurrido demasiado lento allí dentro. Eso sólo hizo que su estado mental se agotara más y se sintiera más deprimido. Mucho más al recordar la fecha.

—Ya son tres años—susurra con tristeza viendo la fecha en la pantalla de su fino celular haciendo un suave puchero mientras sus ojos se van llenando de lágrimas. Deja caer su cabeza en el hombro de su acompañante.

Hace exactamente tres años atrás ambos se encontraban en el auto riendo y charlando con total ánimo para que en cuestión de horas llegara una llamada diciéndole que su novio ha tenido un accidente, que había muerto. El aniversario llegó justo en el momento menos estable de Kihyun, sintiéndolo así como si fuera una patada en la entrepierna o incluso mucho peor. Dolorosa, llena de recuerdos, melancolía. Añora sentirlo entre sus brazos, oír su voz. Pensarlo solamente hace que ese nudo en la garganta junto con la presión en su pecho se intensifiquen de tal manera que se vuelve asfixiante. Se niega a soltar el llanto, su garganta duele por eso, pero ya no más. Sin embargo, las rebeldes lágrimas resbalas por su mejilla y Hoseok se queda sin palabras.

—Lo extraño tanto—comenta con la voz totalmente rota. El mayor lo atrae a su pecho, abrazándolo con fuerza. Entonces Kihyun se rompe, soltando un doloroso llanto que ya no es capaz de retener.

Son tres años ya desde su partida. Yoo parece no poder sobrellevar bien el duelo del cuál aún no sale. Creía que el tiempo lo curaría todo, que encontraría a alguien más para vivir su vida. O tal vez hacerlo solo, sin la necesidad de que alguien llene un espacio vacío en su mano, en su cama, en su corazón. Pero cada día, cada mes, cada año sin un Lee Jooheon molestándolo o exigiendo atención como un bebé se va volviendo más pesado, más difícil de cargar. Se había acostumbrado tanto, vuelto tan dependiente de esa cálida presencia que ahora, la falta de esta está acabándolo. Tres años y aún recuerda momentos como si hubieran sido ayer, como si ayer hubiera fallecido. Incapaz de superar la muerte de esa persona a la que tanto amó, ama y puede apostar lo que sea a que seguirá amándolo.

—Todos lo hacemos, Ki—murmura Hoseok sintiendo total empatía, también llorando por su difunto amigo, por el dolor que está sintiendo su amor platónico ahora mismo, que llora entre sus brazos.

Train of Time [Kiheon/Kiho] [Monsta X]Where stories live. Discover now