T R E I N T A Y D O S

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Annabelle

Me miré en el espejo que había en el cuarto de baño, y un jadeo se me escapó

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Me miré en el espejo que había en el cuarto de baño, y un jadeo se me escapó. La amable doctora que estaba encargada de mí me había explicado que tenía una leve fisura en el hueso malar, el pómulo izquierdo, y era por eso que mi cara estaba hinchada hasta el punto en que parecía imposible. Si bien no necesitaría que me sometieran a una intervención quirúrgica para reparar el daño, ya que solo era una pequeña grieta en el hueso que no presentaba desplazamiento y se curaría sola, la inflamación y el tono violáceo en ese lado de mi rostro permanecerían por un tiempo.

Dios, los hematomas que estaba viendo en el reflejo eran impactantes.

Un moretón de un intenso púrpura iba desde mi pómulo izquierdo hasta mi sien y se extendía por el párpado del ojo de ese mismo lado, haciendo que éste estuviera prácticamente cerrado debido a la inflamación. Podía ver incluso que la parte blanca del ojo de ese lado estaba roja, vasos sanguíneos habían explotado a causa del fuerte impacto de los golpes de Declan. El oído de ese lado también había sido afectado, y por eso estaba cubierto con una gasa. El tímpano se rompió a causa del traumatismo y el dolor era insoportable, y había perdido la audición.

La doctora también me había dicho que mi audición regresaría una vez que el tímpano sanara, pero que cabía la posibilidad de que no recuperara el cien por ciento de mi capacidad auditiva. Tenía un corte en mi labio inferior y en mi ceja derecha, y rasguños esparcidos en mi rostro. Creo que eso había sido gracias al anillo que Declan tenía en su dedo medio. No sé, ya no sabía nada con seguridad. Solo sabía que me veía terrible, y me sentía aún peor. Un vendaje cubría mi antebrazo, ocultando un corte profundo y sangrante. No dolía, pero el recuerdo del dolor era suficiente para hacerme sentir nauseabunda.

Por lo demás, estaba bien, creo. Mis muñecas estaban rojas por la fricción de las sogas que él uso para atarme y el tobillo izquierdo también estaba un poco lastimado, un moretón entre púrpura, verde y amarillo lo rodeaba. Estaba adolorida y exhausta, tanto físicamente como mentalmente, y solo quería dormir por lo que esperaba fuera... siempre.

Toque con las yemas de mis dedos mi mejilla, quejándome entre dientes por el dolor que llameó por debajo de mi piel tensa por inflamación cuando presioné e intente abrir el ojo un poco más. Desistí de tratar de abrir ese ojo. Dolía demasiado. Luego lleve mi mano a mi cabello, cortado de forma desigual, dándome un aspecto aún más de pena.

Froté el centro de mi pecho cuando una abrumadora emoción me lleno y no supe que hacer conmigo misma. Por unos instantes me quede ahí de pie, observándome en el espejo que había en el cuarto de baño de mi habitación en el hospital, contemplando mi interior en una especie de suspensión reflexiva. Casi podía ver la pared que había construido en mi mente para mantener los recuerdos oscuros encerrados, grietas por la superficie permitían que la oscuridad de ellos se filtrara en mí; grietas causadas por Declan.

PURGATORIO |Souls Fractured #2|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora