PURGATORIO |Souls Fractured #2|

V E I N T I S I E T E

Annabelle

Kellan llego al departamento tarde en la noche.

Eran cerca de las tres de la madrugada cuando escuché la puerta abrirse. Una parte paranoica de mí temió que la figura alta y oscura que se deslizó a través de la puerta de la habitación no fuera él sino otra persona, cierto hombre que hay veces me acechaba en mis pesadillas, pero cuando el resplandor tenue de las luces de la ciudad que entraba a raudales por la ventana ilumino parte de su rostro, haciendo brillar aquellos hermosos ojos dispares que tanto amaba, mi corazón dejo de latir con miedo y un suspiro de alivio se me escapo.

Me senté inmediatamente en la cama, el sueño y el agotamiento aun aferrándose a mí con fuerza, pero me obligué a ignorar eso y me centré en él, viéndolo como se acercaba a mí con prontitud. Se deshizo de sus zapatos y ropa y luego se metió bajo las sábanas conmigo, abriendo sus brazos para mí. Lo rodee con mis brazos, acostándome en su pecho para escuchar el latir fuerte y constante de su corazón; un corazón que era mío así como el mío era suyo.

Kellan acarició mi cabeza con su enorme mano, enredando sus dedos en mi cabello de forma distraída. Guardamos silencio por un par de minutos, nada más que el sonido de nuestras respiraciones perturbando la quietud de la habitación, pero cuando no pude soportarlo más, levanté mi cabeza y apoye mi mentón en su pecho para mirar hacia su rostro apuesto y contemplativo.

—Está hecho —en la penumbra, respondiendo a mi pregunta silenciosa. Él se había marchado con Jerome en la tarde debido a que Dante solicitó su presencia porque junto a Sky había logrado robar la información que hundiría a Viggo y nos devolvería a nosotros la paz. Contuve el aliento al escucharlo—. Dante y Sky lo lograron. Todo acerca de los negocios sucios de Viggo; los tratos con personas influyentes, el dinero ilícito... todo fue descubierto al fin. Y ahora esa información está llegando a manos seguras que acabaran con él.

—Entonces... —balbucee—. ¿Entonces así es como termina?

—No ha terminado. Aun no, al menos —dijo él, deslizando un perezoso dedo por mi brazo. Siguió el movimiento con su mirada—. Aún quedan unas cosas por hacer, cabos sueltos que soldar, pero sí, termino. Por lo menos esta parte, este problema, termino.

Un peso que no sabía que poseía se desvaneció de mi pecho. Pero había algo más, una cosa insidiosa retorciéndose en mi estómago que me impedía sentirme completamente bien al respecto.

—¿Y estaremos bien? —Pregunté con el corazón en vilo—. ¿Hay alguna posibilidad, por muy remota que sea, de que la policía llegue a nosotros?

No respondió durante unos minutos, un tiempo que hizo que mi respiración se enganchara se detuviera. Y eso fue una respuesta más que suficiente. Kellan noto mi cambio, la tensión de mi cuerpo y la desolación y preocupación en mi expresión, pues sus brazos se tensaron a mí alrededor con tanta fuerza que por un momento pensé que él estaba tratando de hacer que su cuerpo y el mío se fundieran en uno solo.