The Bad Boy

Prólogo

Ya estoy intentando no llorar otra vez. Odio las despedidas y menos las que duran horas, porque cada una de ellas me hace recordar que Jace se va a la otra punta del país.

—¿De verdad tienes que irte? —pregunto sentada sobre su maleta mientras que él cierra la cremallera.

—Hablaremos por videollamada todos los días y volveré a casa en las vacaciones de navidad —acaricia mi mejilla y después hace lo mismo con mis labios donde planta un fugaz beso.

—«Pero no será lo mismo...» —no podré apreciar el olor de su perfume, ni sus ojos pardos cuando les da directamente el sol y, tampoco podré tocar su pelo repeinado con el que siempre le hago de rabiar al despeinarlo.
—Echaré de menos tenerte aquí —musito a centímetros de su rostro.

—¡Jace, tenemos que irnos! —la voz de Ella traspasa la fina madera de la pared.
Seguidamente, se escuchan unos golpes en la puerta para que terminemos la despedida que llevamos entablando durante la última semana.

—Tengo que irme, mi madre puede ser muy insistente cuando quiere.

Ella está como un flan, desde que se enteró de que Jace quería irse a estudiar el último año de instituto con su padre a Maine por casi le da un infarto.
Su relación no es nada buena desde que se separaron y, la idea de que Jace pase nueve meses con él, no la hace ni pizca de gracia. Por eso, está deseando que esta despedida termine tanto como yo.

Las ruedas de la maleta hacen un espantoso ruido sobre las piedras del camino principal hasta llegar al maletero. En él se encuentra Tyler metiendo algunas cajas selladas por adhesivos.  Sus músculos se contraen con el peso, pareciendo así que sus tatuajes se mueven mínimamente.
Sin decirme nada, fija la mirada en mí algunos segundos. Tan rudo como siempre. Nunca le he gustado.

Jace guarda la maleta en el maletero antes de cerrarlo y se dirige seguidamente a la parte delantera del coche. Ella ya está dentro y el motor ya está encendido.

—Te echaré de menos —dice Jace pegándome a su cuerpo y planta un beso en mi frente.
—Cuidala —se dirige a su hermano con el que se da un abrazo de esos que terminan con golpecitos en la espalda.

Miro a Tyler de soslayo y reprimo una carcajada. Ponerme en manos de Tyler sería como tirarme por un precipicio.

La puerta se cierra y Ella pisa el acelerador calle abajo.
Por la ventanilla Jace saca la cabeza para mirarnos unos segundos más y sacude su mano despidiéndose por última vez.

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Nota de autora:
Holaa preciosaas!

Estoy trabajando en esta novela con toda dedicación (claro que sin dejar las otras que ya conocéis)
Poco a poco iré subiendo capítulos para que los podáis leer.
Espero que os guste y me encantaría saber vuestras opiniones.
Besitooos!!!

Myriam