Capítulo 24: huracanes y cincuentonas amargadas

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Allyson's POV

Yo fui quien descubrió que mi hermana le había cogido dinero a mi padre para dárselo a mi madre. Un día mi hermana le dijo que iría de compras con sus amigas, le pidió dinero a mi padre, y él se lo dio. Más tarde me la encontré entregándole un sobre a nuestra "madre" con el dinero. Se lo conté a mi padre y él y mi hermana tuvieron una gran discusión. Él se sentía traicionado por su propia familia y ella no aceptaba que nuestra madre tenía de todo menos buenas intenciones. Estaba cegada por lo que ella le había contado. Decidió compartir apartamento con unos desconocidos y hasta ahora eso era lo último que sabíamos de ella.

Pasamos el resto de la tarde charlando y observando a la pequeña Lizzie. Tenía sólo un par de meses, era una bebé muy tranquila y tenía las mejillas más grandes y blanditas que había visto. Tyler estaba feliz de que por fin su familia estuviera reunida de nuevo. Él era el más callado y no solía expresar sus sentimientos, pero su sonrisa lo decía todo.

Alex y John estuvieron charlando. John era un chico muy agradable, sin querer dejó embarazada a mi hermana, pero él la amaba y no tuvo miedo cuando ella le dio la noticia. John estaba estudiando arquitectura y su familia era dueña de una cadena de restaurantes de lujo.

La expresión de felicidad que tenía Alex al coger a la bebé me hizo sonreír, Alex amaba a los niños, por eso estudiaría medicina, para ser pediatra.

Mi hermana y John volverían a Nueva York en unas semanas, pero mientras, se quedarían en nuestra casa. No sé cómo se lo tomarán JJ y Bianca, creo que mi padre se lo dijo, pero si no lo hizo estará en problemas.

Alex's POV

Me encantaban los niños pequeños y coger a la sobrina de Ally fue genial. Cuando miré a Ally estaba sonriendo, creo que por la escena.

Un rato después volví a casa, mi hermana y yo estuvimos hablando hasta la hora de cenar.

Era la primera vez que cenábamos todos juntos después de meses. Toda mi familia estaba encantada. Mañana llegarían mis abuelos, no habían venido en los últimos tres meses porque habían estado haciendo reformas en casa de mis tíos, quienes vendrían también una semana junto a mis primos.

Se venía un huracán Martins. Esto no iba a acabar bien.

Nos levantamos temprano el día siguiente y fuimos los cuatro a la piscina común del pueblo. Ninguno teníamos piscina en nuestras casas, así que teníamos que ir a la piscina comunitaria.

-Voy a por un helado ¿queréis?- JJ y Ally negaron y Marta se levantó de la tumbona para acompañarme.

-Me encanta el camión de los helados- dijo encaminándose hacia él.

-¿De qué sabor vais a querer el helado?- dijo George

-¿George? ¿otra vez tú?- dije fastidiado.

-El mismo, otra vez ¿de qué van a ser los helados?- preguntó secándose el sudor de la frente con el brazo.

Marta hizo una mueca, asqueada porque seguramente fuera a tocar los helados con las manos llenas de sudor.

-Yo quiero una bola de sorbete de frambuesa- pidió

-Yo quiero una bola de vainilla y otra de chocolate- dije

-Todo un clásico, Alex- sirvió los dos helados, le pagamos y volvimos a las tumbonas.

-¿Estáis seguros de que no queréis helado?- Ally que estaba tomando el sol, abrió un ojo observando mi helado.

-Puede que te coja un poco...- sonreí de lado

-Lo sé, por eso he pedido la bola de helado de vainilla. Es tu favorito- sonrió

-Entonces, ¿puedo?- asentí y le acerqué el cucurucho.

-Voy a la piscina ¿alguien viene?- preguntó JJ cansado de estar bajo el sol.

Todos negamos y él se sentó en el borde de la piscina. Algunas chicas se quedaban embobadas con el rubio lo que causaba las miradas amenazantes de Marta. Lo mejor es que JJ no se daba cuenta, él solo estaba admirando el agua desde el borde.

Ally y yo nos reíamos de la situación hasta que Marta nos pilló desprevenidos y nos dio una colleja a cada uno.

-¡Eh!- gritó Ally y todas las señoras que tomaban el sol le contestaron con un "sshh". La rubia sonsañó, fastidiada por la actitud repelente de las cincuentonas amargadas del pueblo.

-¡Chicos!- exclamó alguien detrás nuestra.

Todos nos giramos mirando a Matt.

-Hola Matt ¿qué te trae por aquí?- pregunté intrigado

-Me ha llamado el comisario García ¿es tu padre no?- dijo dirigiéndose a Marta quien asintió- Han empezado a investigar lo de mi padre, pronto se hará justicia. Gracias chicos. Tengo piscina en casa ¿queréis venir? Yo no me bañaría, los niños hacen pis ahí- JJ se levantó rápidamente, asqueado por haber metido los pies.

-¿Vamos?- preguntó el rubio y todos menos Matt respondieron con un "sí" al unísono.

Fuimos a casa de Matt y pasamos toda la mañana allí, hasta la hora de comer. Debía ir a por mis abuelos.

Llegamos los siete al aeropuerto, mis padres, mis tres hermanos, Cookie y yo. Si ya parecíamos una manada siendo solamente nosotros, imaginad con diez personas más. La hermana de mi padre y su marido, sus tres hijos, el hermano de mi padre, su mujer embarazada, su hija y mis abuelos. Dieciséis personas -entre ellas una embarazada- y un perro.

Toda mi familia, salvo mis abuelos se quedarían en el hotel del pueblo. Mi casa era grande, pero no cabían dieciséis personas

-Alexander Chase Hamilton ayuda a tu abuelo con la barbacoa- gritó mi madre.

-¡Voy!-  

Just AlexWhere stories live. Discover now