El género neutro: Segunda parte

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¡Sorpresa! hay una segunda parte para hablar sobre el género neutro en el español. Es que el tema da mucho de si.

Lo he separado de la entrada anterior porque aquella estaba orientada a discutir el asunto del lenguaje inclusivo dado que, sin dudas, el español ganaría algunos puntos en ese aspecto si poseyera un género neutro.

Por supuesto, discrepo en la relación causa-efecto o acción-reacción, que asocia como un hecho que un lenguaje con género neutro genere más inclusión per se... mis razones están explicadas en el capítulo anterior. Podemos seguir discutiendolo allí.

En esta segunda parte me gustaría plantear un tema cultural donde la existencia de genero neutro en español generaría "ciertos beneficios". Siendo además fácilmente demostrable.

Pero antes voy a hacer una introducción contándoles un ensayo escrito por mi autor preferido de ciencia ficción: el Dr. Isaac Asimov. Leí el artículo en 1983 y siempre lo recuerdo porque escribí un cuento sobre él.

Va por delante mi aclaración de que no practico ninguna religión. 

Entiendo que la aclaración es necesaria dado que el citado ensayo nos narra la historia del "Libro de Rut" del antiguo testamento, que también pertenece a la Biblia Hebrea (Tanaj). Lo haré con el mayor de los respetos y prometo que no me meteré con el tema religioso. (En el original es Rut y no Ruth así que lo respetaré)

Se los resumo así.

El libro de Rut narra la historia de un tal Elimelec, de Belén, que emigró al país de Moab por la mala situación económica que tenía en Israel. Su mujer se llama Noemí y tiene 2 hijos varones. Cuando Elimenec se muere, sus hijos se casan con Orfa y Rut, dos nativas de Maob.

Diez años más tarde también se mueren los dos varones sin dejar descendencia: ¡Oh!

Así puestas las cosas quedan: Noemí, viuda y extranjera en Moab y las dos nueras, aunque originarias de Moab, ahora también viudas. Vayan imaginando la tragedia: 3 mujeres solas en esa época.

Es un problema que surge porque en el consenso cultural de la época las mujeres que no "pertenecían" (literal) a ningún hombre solo podían vivir de la caridad.

Obviamente, Noemí, la viuda de Elimenec, decide volver a Israel, a Belén, con su familia. Ya que si va a vivir de la caridad, que sea por lo menos de su familia y compatriotas. Rut, nuestra protagonista, decide acompañarla para cuidar de la anciana, aunque Orfa decide quedarse en Moab.

Así que ahora tenemos 2 mujeres solas. Una israelita y la otra moabita. Y las dos sin dinero ni marido así que la cosa era realmente complicada.

Ya en Belén y dado que casi se mueren de hambre en la miseria más absoluta, Rut comienza a trabajar de segadora en los campos de un primo de la familia del difunto para mantener a Noemí.

Como nadie está dispuesto a casarse con la extranjera, Rut y Noemí están condenadas a pasar hambre el resto de su vida. Pero no contábamos con que su patrón, Booz, cae perdidamente enamorado de Rut y su bondad y decide dar el paso adelante casándose con ella. 

Este es el final feliz para la época, Rut con marido (léase "perteneciendo" a un hombre) pudiendo dar tranquilidad y una vejez sosegada a Noemí.

Fin de la historia. (El enganche religioso es que de la unión de Rut y Booz nació Obed, que más tarde se convertiría en el abuelo del Rey David).

El "Libro de Rut" ha sido considerado como una historia universal de amor fraternal y desinteresado de una nuera por la madre de su difunto marido y de un patrón enamorado de la bondad y las virtudes de una empleada.

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