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12 de febrero, 2039

Domicilio Hank Anderson.

6:30am

Reiniciando Sistema....

Accediendo a archivos de memoria....

Error detectado...

Restaurando base de datos....

Activando actualización 004...

Sistema reiniciado.

El menor despertó y una tenue luz llegó a sus ojos, dándole una fuerte punzada en la cabeza. Se agarró la frente y se retorció un poco en la cama, no estaba analizando nada, tampoco recordaba lo que pasó, ¿estaba en una cama? volteó y pudo ver a Hank dormido a su lado ¿había dormido con el teniente?, y de repente todas las memorias que había olvidado llegaron de golpe a su mente, con un corto pero fuerte dolor.

Rápidamente sus mejillas se tiñeron de azul, ¿cómo pudo ser tan irresponsable? ahora entendía porqué los androides bebían Big Crows tanto, era peligrosamente adictiva.

Volvió a ver al ojiazul, ¿de verdad lo había besado, o fue solo parte de su imaginación?, en el fondo quería que fuera real. Se sentó en la cama, su sistema estaba perfectamente restaurado, pero aún así sentía un leve mareo, ¿será el efecto de la bebida?

Intentó salir de la cama sin perturbar el sueño de Hank, aún eran tan solo las 6:32am y los compañeros tenían el día libre si es que no surgía ningún caso.

Hank despertó al sentir un movimiento, y al abrir los ojos vio como Connor cayó sentado en la cama.

- ¿Qué tal te encuentras Connor? -preguntó el mayor sentándose pesadamente en la cama, bostezando.

-Lo siento Hank, no quería despertarlo- dijo mirándolo, pero prontamente desvió la mirada, le avergonzaba verlo, tenía miedo de que al encontrarse con esos ojos no encontrara nada, absolutamente nada.

-Bueno no importa, en cambio, debemos hablar muy seriamente chico- dijo sin apartar la mirada de un tímido Connor que no dejaba de evitarlo.

-S-supongo que sí- respondió el menor jugando con sus manos, levantó la mirada enfrentando los ojos azules del teniente.

Se creó un breve pero incómodo silencio en la habitación, ambos se miraban y Connor se ponía cada ves más nervioso. Por su parte Hank sentía como el calor subía a sus mejillas, no sabía cuanto más podría sostener la mirada en esos profundos ojos avellana, que cada día se veían con más vida.

- ¿De dónde sacaste la puta botella? -preguntó finalmente.

Connor guardó silencio por unos segundos, mirando las sábanas que estaban bajo de él, de un momento a otro le parecieron la cosa más interesante del mundo, y comenzó a relatar como en su intento por conseguir más datos sobre la bebida fue al mercado, encontrado a alguien que se la vendió.

-Pero no se preocupe Hank, juro que le devolveré el dinero de alguna forma- comentó nervioso al notar como Hank no decía nada, pero tenía una expresión de molestia total.

-Joder, ¿Cómo se te ocurre salir a esa hora de la madrugada, y además a ese lugar? Sabes lo peligros que puede ser, más aún para un androide- dijo alzando un poco la voz, le fastidiaba los riesgos que podía llegar a tomar el castaño- esos hijos de puta no respetan a nadie.

-Pero no pasó nada-

-Da igual Connor- interrumpió molesto el mayor- lo que hiciste fue irresponsable y estúpido, punto, además luego que por suerte llegas entero, te tomas la mitad de esa mierda.

-Perdón Hank- dijo el menor, sin poder ya dar alguna escusa.

Hank suspiró cansado, no le agradaba regañar al joven de esa forma. Le recordaba a un niño intentando escapar de las miradas acusadoras de sus padres, transmitía una emoción tan, humana.

Palmeó el hombro de su compañero- Está bien, no importa, solo no vuelvas a hacerlo ¿me escuchaste? -habló el ojiazul luego de unos segundos de silencio, Connor simplemente asintió con la cabeza.

-Vamos, ya no tengo sueño- dijo levantándose de la cama.

- ¿A dónde teniente?

-Prepararé el desayuno mientras, tú limpias el desastre que dejaste anoche- respondió volteando a ver a su compañero que seguía sentado en la cama- luego iremos a una tienda a comprarte ropa, ni pienses que te voy a dar mi chaqueta.

Connor recién se percató de que aún vestía con la prenda que tomó del mayor la noche anterior, y sus mejillas volvieron a tomar ese suave color azul.

- ¡Venga apresúrate! -comentó Hank desde el salón, haciendo que Connor se levantara rápidamente y lo acompañara a la cocina.

-La puta madre, tendremos que comprar platos nuevos- dijo en tono burlón para no hacer sentir peor al androide, ya se había disculpado lo suficiente.

-Disculpa Hank, lo limpiaré enseguida- dijo el menor agachándose a recoger los trozos de loza que estaban esparcidos por el suelo.

Sumo entró en la cocina al ver a sus dos compañeros ya despiertos, el castaño esperaba que el can no se hubiera lastimado las patas con los trozos de loza en la noche. Hank observaba al chico recoger el desastre y luego posó sus ojos en la botella que seguía allí en la encimera.

-Bueno, al menor tenemos más muestras para entregarle al departamento de narcóticos- dijo tomando la botella y cerrándola, pues había quedado abierta.

Connor no contestó al comentario de Hank, no sabía que decir, por lo que se limitó a asentir con la cabeza. El mayor se quedó viéndolo y no pudo evitar recordar lo que pasó unas horas atrás en ese mismo lugar, ese beso, ese fabuloso beso.

-Mierda- susurró para sí mismo el teniente mientras ponía el pan en la tostadora, pues sus mejillas ya empezaron a calentarse y tomar un color rojo.

Preparó dos desayunos, que consistían en unos sándwiches y dos tazas de café, uno para él y la otra para el androide. Connor se sorprendió al notar que el mayor había preparado algo para él y, de hecho, se le hizo un gesto muy lindo.

-No era necesario teniente- comentó sentándose junto a él en la pequeña mesa.

-Si comes algo se te quitará esa jaqueca que tienes- dijo mordiendo su tostada.

- ¿Cómo sabes que me duele la cabeza? -cuestionó el castaño, pues si sentía un dolor repentino y continuo en esa parte.

-Tu led cambia constantemente a rojo- observó el mayor- además tengo experiencia con la resaca- dijo riéndose de su propio comentario, dando un sorbo al café.

Connor solo sonrió, se sentía feliz al compartir esos pequeños momentos con Hank, y comenzó a probar lo que llaman desayuno.

Nuevas sensaciones llegaron al probar la comida, sensaciones agradables, ya había probado el café, pero la comida sólida era completamente distinta. Tomó del amargo líquido, pero aún estaba caliente y sintió un ardor en su boca.

Hank solo podía verlo y sonreír, ya no estaba en sus mentes la pequeña "pelea" de esa mañana.

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El color de los Sentimientos [Hannor]Where stories live. Discover now