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8:00pm

Ambos compañeros terminaron su jornada de trabajo e iban de camino a casa, desde hace unos días que Connor vivía con el teniente, pues al nombrarse divergente no quería volver a CyberLife, tenía miedo de que borraran su memoria, y Hank le ofreció hospedaje por un tiempo, aunque la verdad disfrutaba la compañía del androide.

La mirada de Hank se posó en el led de Connor mientras abría la puerta de su hogar- ¿No piensas quitarte eso? -preguntó refiriéndose al led que cambio unos segundos a amarillo, pues muchos androides ya no lo tenían.

-No es necesario teniente, no quiero que tenga problemas con CyberLife, suficiente ha hecho con dejar que me quede aquí- respondió el menor de la forma más tranquila que pudo, sonriéndole.

Esa actitud era la que molestaba a Hank, pero su sonrisa, su odiosa sonrisa revolvía algo en él; Connor se autodenominó divergente, ayudó a Markus en la revolución, era un androide libre, si libre, pero seguía pensando que le pertenecía a esa estúpida compañía ¿Qué le habían metido al chico en la cabeza?

Hank entró primero a la casa y encendió las luces, viendo como Sumo se acercaba a ellos, pasando por el lado del mayor buscando atención. Cuando vio al androide entrar se paseo alrededor de sus piernas, provocando que el chico cayera al suelo cuando intentó cerrar la puerta.

-Joder Sumo, apenas está entrando y ya lo quieres desarmar- comentó Hank en tono burlón mientras Sumo solo olía y lamía el rostro de Connor, el can sí que le tenía aprecio al joven.

-No se preocupe teniente estoy bien- rio levemente el castaño mientras se levantaba y se sentaba en el suelo, haciéndole mimos al perro ¿Cómo se sentirá el pelaje de Sumo?

Hank se quitó la chaqueta y la tiró al sofá mirando la escena, que se le hacía sumamente tierna. Connor era una persona muy madura en el trabajo, pero cunado se trataba de emociones era tiernamente inocente, o así lo veía el teniente.

Sumo posó sus patas delanteras en los hombros de Connor en busca de más caricias, haciendo que, por el tamaño y peso, se fuera de espaldas, siendo aplastado por el perro.

-Sumo, me aplastas, ¿podrías quitarte? -dijo intentando apartarlo.

-Vamos Sumo- lo llamó el mayor caminando a la cocina con dos silbidos cortos- deja de jugar con la tostadora.

-No estoy programado para tostar pan Hank- susurró para si mismo cuando Sumo fue detrás del mayor a la cocina, pues sabía que le daría comida.

Connor se levantó y se sentó en el sofá, comenzando a analizar algunos archivos incompletos del departamento de policías, pues el caso de Ness, que pasó hace solo unas horas, no salía de su cabeza.

-Me daré una ducha- avisó Hank, sacando de sus pensamientos al chico.

-Esta bien teniente- contestó el menor viendo como Hank entraba al baño. Volvió a revisar los archivos y esta vez se topó con las actualizaciones, echándoles un vistazo.

*Archivo 097 Receptores sensoriales: Tacto y gusto, incluye el dolor.

*Archivo 476 Receptores térmicos: Frío y Calor.

*Archivo 054 Procesador de alimentos: Trasforma sustancias orgánica e inorgánica en reservas de thirium, reserva programada en el biocomponente #32189. Si no se utiliza la reserva en un tiempo de 24hrs. ésta se evapora.

*Archivo 3190 Placer y Lujuria: Sensación de placer al tener exposición a ciertos estímulos externos agradables, positivos o eufóricos.

Y así muchos más, seguramente una gran cantidad de androides las habían instalado y Connor se preguntó ¿Por qué él aún no lo hacía? Eran irrelevantes para su trabajo, eso era cierto, pero tampoco influirían en él, así que después de una larga lucha interna comenzó a instalar los archivos, lo único perjudicial de las actualizaciones sería la impresión del dolor, pero la curiosidad sobrepasó al joven.

El led del chico cambio repentinamente a rojo, titilando constantemente, y un fuerte escalofrío hizo que se levantara rápido del sofá. Todas las sensaciones y estímulos llegaban sin cesar a la cabeza del androide, todo mezclado.

-Mierda ¿qué te pasa ahora? -preguntó Hank ya vestido al ver a Connor mirando un punto fijo, con su led en rojo y temblando levemente.

Connor al escuchar la voz volteó a verlo, ¿tanto había tardado en revisar los archivos?, las palabras no salían de su boca, era una constante llegada de sensaciones y olores, podía sentir la tela de la ropa sobre todo su cuerpo, la sensación de su peso sobre los pies, el olor que envolvía la casa, el calor del hogar.

Pensó que no soportaría todo el choque se información contra su cabeza, tal vez no debió instalarlas todas juntas, pero poco a poco su cuerpo se iba acostumbrando a los nuevos estímulos.

-A-activé las actualizaciones Hank, todas ellas, y... y es extraño- le costaba hablar, podía incluso sentir como el aire entraba por su organismo.

Hank estaba confuso, el castaño le había contado sobre el tema y nunca le dieron mucha importancia, pero cuando vio a Connor empezar a llorar se alteró.

-Esta bien chico tranquilo, respira, calma- el mayor se acercó a él y le puso su mano en la espalda en un intento de calmarlo.

Connor al sentir la mano de Hank en su espalda levantó la mirada, cruzándola con la del mayor, que pensó que el androide colapsaría, pero empezó a tocar su cara, sus mejillas, barba, pelo; Connor sentía como caía algo húmedo por sus mejillas ¿estaba llorando?, pero su atención estaba totalmente en las sensaciones que le causaba el teniente, el calor de su rostro se sentía bien, y por unos segundos quiso besarlo, ¿besarlo?

- ¿Seguro que estás bien Connor? -estaba preocupado por el castaño, ya que no dejaba de mirar todo como si estuviera perdido.

-Si, si- dijo de forma pausada y empezó a tocar la ropa de Hank, luego su propia ropa y finalmente a Sumo, que ya se había subido al sofá- Se siente tan, tan genialmente extraño- comentó con una sonrisa en sus labios, una sonrisa de felicidad total.

-Deberías descansar Connor, tal vez es mucha información- propuso Hank al ver el led de Connor aún en rojo y como seguía temblando levemente.

Connor hizo caso omiso a el teniente, tocando todo lo que se le cruzara, caminando torpemente por el salón, ya que la sensación de pisar se le hacía extraña, a veces incluso movía sus manos rápidamente, pues podía sentir como el aire chocaba contra su piel.

Llegó a la cocina seguido por Hank, que le producía curiosidad las reacciones de su compañero. El olor a comida inundó a Connor, no le parecía desagradable, y por inercia se acercó a Hank, comenzando a oler su ropa y cabello.

-Okey, creo que si fueron muchas emociones por hoy- dijo el mayor nervioso de tener al androide tan cerca y lo separó de él suavemente.

-Disculpe teniente, creo que tiene razón- dijo el menor dirigiéndose al sofá, pues el chico dormía allí.

Hank estuvo a punto de invitar al joven a dormir en la habitación, se veía vulnerable a todo, pero finalmente lo dejó ahí.

Connor comenzó a buscar más información sobre las actualizaciones, y cuando Hank entró a su habitación, el androide volvió a tocar cosas por toda la casa, como si fuera un niño pequeño.

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El color de los Sentimientos [Hannor]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora