LIV. Un Minuto

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—¿Sirius? —Ginny se incorpora y se acerca al joven frente a ella— ¿Eres tu?

El joven sonríe con coquetería y asiente.

—¿Qué te ocurrió?

—El más allá es asombroso, me devolvió la juventud —ríe y observa las paredes de la casa, posiblemente intenta alejar el reflector de él—. La vida solitaria es triste ¿viste?

Ginny suspiró y de nuevo se dejó caer en el sillón, pasando sus manos por el rostro.

—Quiero volver a casa, con mi familia —Sirius hace una mueca y se sienta a su lado.

—Iremos, pero tu no podrás interactuar con nadie. Sigues dormida ¿recuerdas?

Ginny suspira de nuevo porque esto dejó de tener sentido hace mucho.

—¿Por qué me muestran todo esto? Y no salgas con la estupidez de “no puedo decirte, o preguntas al final, ni todo es por algo ”.

Sirius vuelve a reír y niega.

—Te mostraré todo lo que no puedes ver, consecuencias del pasado y acciones que repercutirán en el futuro, Fred hizo bien en no decirte, creo que no entiende del todo el cuento de los tres fantasmas… ni siquiera yo lo hago.

Bufa y se pone de pie.

—Tu estás dormida y Harry está a punto de irse a trabajar, tenemos que ver a algunas personas en muy poco tiempo así que ¡Vamos, corre!

Ginny se pone de pie, igual de curiosa que antes, toma el brazo de Sirius y la atraviesan por un tubo estrecho, mantiene los ojos abiertos esta vez, ve una gama de colores y rostros pasar frente a ella. Cuando sus pies tocan el suelo observa su alrededor, está en casa.

Harry baja las escaleras en silencio y camina a la habitación de huéspedes con un bulto de telas entre sus manos, la ducha se escucha poco después.

—Es un terco, como su madre —menciona Sirius, sentándose en el brazo del sillón—. No fue a despertarte, ni a los niños —sonríe, como si aquella frase le recordara algo o alguien.

Ginny se sienta junto a Sirius hasta que Harry sale de la ducha con su uniforme puesto y a medio abrochar.

—¿El tiempo es real? —pregunta en un susurro—. ¿Ya transcurrió toda la noche y ya son las seis?

Sirius asiente y sigue a Harry con la mirada.

—Pero no te preocupes, ni los niños ni tu despertarán pronto. Hay mucho tiempo para que veas incluso lo que puede pasar.

Ginny observa a Sirius con incertidumbre. No tiene ni idea de qué hacen ellos en sus sueños, o si son sueños siquiera.

Harry come algo, prepara algunos documentos se mete en la chimenea y desaparece rumbo al Ministerio de Magia.

Sirius toma la mano de Ginny sin previo aviso y de nuevo está pasando por un tubo estrecho hasta caer de rodillas en uno de los elevadores.

—¡Sirius! —Se pone de pie y se sacude con mala cara— ¡No puedes hacer eso sin avisarme!

El joven les sonríe y le guiña un ojo antes de mirar al frente donde Harry va entrando con una castaña a sus espaldas, la sonrisa de Sirius se borra al instante.

—Entonces ¿cómo va tu mañana? —pregunta la castaña.

—Comí un par de uvas y tarta, no me quejo —dijo Harry con un encogimiento de hombros. La castaña pone una mano en el hombro de Harry y lo acaricia con cariño.

¡Ey! Ginevra (One-Shots) © [Harry&Ginny]Where stories live. Discover now