LI. Balanza Emocional

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—¿Harry? —la voz de Hermione consiguió que la mirara.

—¿Si, Hermione?

Los ojos cristalizados de su amiga le hicieron saber que tenía un nudo en la garganta, y que su voz sin duda saldría rota si emitía alguna palabra. Sin decir nada, Harry abrió sus brazos y recibió a la castaña entre sus brazos, ella sollozó, con el rostro escondido en el pecho de Harry.

—Es que no entiendo —dijo entre hipidos y sollozos—. ¿Cómo mantienes la calma? ¿Por qué no estás alterado?

—Porque está bien, está bien —respondió con tranquilidad, Hermione sollozó con más fuerza.

···
Cálmate, Harry —insistió Ginny, observando el andar de Harry y como la uña de su pulgar iba desapareciendo entre sus dientes.

—No lo entiendes, Ginny, ésta vez fueron más de cinco metros, cayó a más de cinco metros —dijo, mordiendo con más fuerza su uña.

Hermione y Ron hicieron muecas desde su asiento, sabían que Harry no se calmaría hasta que no saliera el medimago a decirle que su Auror estaba bien.

Pero Ginny no se daría por vencida. Se incorporó y tomó las manos de Harry.

—Respira, Harry. Siéntate y respira. Cuando el medimago salga y diga que Brad está bien nos dejará entrar, y no podrás hacerlo si eres todo nervios y ansiedad ¿entiendes?

Las manos de Ginny abandonaron las de Harry para posarse en sus mejillas. Harry asintió, como hipnotizado por Ginny, y se sentó junto a Ron. Ginny no soltó su mano, ni siquiera cuando entraron a la habitación y Brad les sonrió con pereza.
···

—¿Te dijeron algo? —preguntó Hermione en cuanto Harry estuvo frente a ellos, sin embargo, Harry solo negó con la mandíbula fuertemente apretada.

—¿Harry? —el aludido miró a Ron, revelando la furia que se acumulaba dentro de si.

—No hay un diagnóstico establecido —farfulló cortante. Ron miró a Hermione, aquello no era nada bueno.

···
Cuando apareció frente a la casa pudo verla, sonriente y relajada, sentada en las escaleras con las rodillas flexionadas. Harry suspiró y se dejó caer a su lado.

—¿Día difícil? —preguntó Ginny, acariciando su rostro. Harry hizo una mueca en  respuesta, la mueca murió sobre los labios de Ginny y fue reemplazada por sus labios presionados una vez que se apartó de ellos.

—Son unos idiotas —dijo con desesperación y medio ronco. Ginny rió por lo bajo.

—¿Fuiste a la Academia de Aurores? —Harry asintió con el entrecejo en proceso de fruncirse, Ginny rió un poco más.

—Son unos idiotas —repitió— y el instructor también lo es.

Ginny acarició su cabello, aportándole muy poco desordenarlo más de lo que ya estaba.

—El instructor es nuevo, Harry, y ellos están entrenando para ser Aurores, no puedes culparlos.

—Si el instructor los pone a correr como idiotas en el circuito del patio, claro que puedo —bufó y dejó caer sus hombros—. No saben defenderse, ni atacar ¡ni siquiera corren bien!

¡Ey! Ginevra (One-Shots) © [Harry&Ginny]Where stories live. Discover now