XLIV. Solo Galeones

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Harry se mantenía serio, ningún traje parecía agradarle y Hermione parecía confundida, en realidad su semblante reflejaba su debate mental.

—¿Para qué quieres ir, Harry? Será lo mismo de siempre…

—...cena con millonarios hablando de lo millonarios que son en la millonaria cena con bocadillos que cuestan millones. Lo sé, Mione. Lo dices cada que vamos a una —interrumpió Harry. Se sabía la charla de memoria.

Cada mes eran invitados a una cena, una cena donde iban todos los dueños de cámaras en Gringotts, cámaras en lo profundo del banco Gringotts. Se consideraba una cena para encontrar una pareja y juntar riquezas.

—Ella estará ahí, Harry, y estará con Detrov.

Harry asintió y alzó los hombros.

—Estaré contigo. Además… —suspiró— no voy a darles el gusto, a nadie, de no verme ahí.

Hermione suspiró y asintió, tan solo por no discutir con él, no porque le creyera.

···

La infinidad de espejos que había en el corto pasillo, que guiaba hasta el gran salón encantado, exhiben el egocentrismo y arrogancia de los invitados a la cena. Hermione se detiene en el tercer espejo para mirar al azabache que la acompaña.

Harry lleva un traje negro, camisa blanca y corbata igualmente negra. Hermione había recogido su cabello, con ayuda de algunas pociones, en un elegante moño con un adorno de diamantes relucientes, su vestido dorado, con tirantes entrecruzados en su clavícula y ajustado hasta los muslos por encima de la rodilla, daba la impresión de estar hecho con oro, además del maquillaje que intensificó su mirada.

La castaña suspira y acomoda la corbata y el cuello de Harry sin decir nada. Harry la mira con atención, sabiendo que quiere decirle algo pero no se atreve.

—No te preocupes, Mione —sonrió Harry— ni siquiera nos quedaremos al poste, te lo prometo.

Hermione suspiró y asintió antes de abrazar a Harry por el cuello, sin importarle los daños a su apariencia en general, éste le devolvió el abrazo con una pequeña sonrisa dibujada en sus labios.

—No te alejes de mi ¿quieres? —dijo con preocupación—. La última vez Celem, el inefable, no dejaba de perseguirme —bufó, separándose y acomodando su vestido—, es un acosador.

Harry rió y la tomó de la mano para terminar el recorrido, ignorando sus reflejos.

—Estaré contigo —volvió a reír— en tanto no desaparezcas.

Sin embargo en aquellas fiestas era imposible mantenerse con su pareja por más de veinte minutos. Al poco de llegar las mujeres que ansiaba estipular en gastos, amantes de la crítica y muy envidiosas, se llevaron a Hermione y dejaron a Harry con los hombres que presumían sus riquezas, intentando llamar la atención de las hijas de los millonarios presentes.

Detrov, el acompañante y pareja actual de Ginny (Ginevra en fiestas como estas), no tardó en unirse a la conversación, presumiendo de manera obvia e indiscreta sobre su novia y, posiblemente, futura esposa.

Harry tan solo se dedicó a escuchar y sonreír, ignorando las miradas, igualmente obvias e indiscretas, de Detrov cada que mencionaba «Ginevra, mi novia». Estaba firme en su decisión, no lo verían destruido. Jamás.

···

—Joven Potter —lo llamó una niña de baja estatura, Harry le sonrió y se inclinó—. Su pareja lo está buscando, dijo que lo esperaba en el salón del fondo, a la izquierda del pasillo espejo —sonrió la niña, posiblemente orgullosa de entregar su recado completo.

¡Ey! Ginevra (One-Shots) © [Harry&Ginny]Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz