VII. Todo bien

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La muerte de Hermione había dejado a Harry fuera del ministerio un mes. No se atrevía a dejar a su esposa, ni a Rose y Hugo que ahora estaban completamente solos. Ni Ron ni Hermione estaban ahí para él ¿Qué haría sin ellos? Sus mejores amigos se habían ido.

--Harry... --murmuró Ginny para no despertar a Rose-- vamos, quiero hablar contigo.

Harry asintió y en silencio salió de la habitación, le hizo señas a Albus para que se quedará con ella en caso de que despertara, y caminó tras Ginny hasta el jardín.

--¿Todo bien? --preguntó Harry acostándose en el pasto. Recargo su cabeza en el regazo de Ginny y se dejó hacer.

Ginny se había convertido en esa persona que lo hacía olvidar de todo y todos, sólo eran él y ella, como en aquellos años de Hogwarts; cuando los paseos por los jardines eran de lo más cómodos, y nuevamente solo eran ellos.

Ni Voldemort, ni hermanos celosos, ni quidditch, ni chicas locas por estar con 'el elegido'.

--No --susurró seguido de un sollozo. Harry se enderezó y la abrazó con fuerza. Dolía.

Ella perdió a la mayor parte de su familia y él a quienes lo quisieron como parte de la familia. Ron y Hermione se habían ido. Él estaba devastado, no había podido entrar a su oficina siquiera, sin escuchar el "Jefe" de Ron para luego reír y tirarse en la silla, luego la sonrisa de Hermione y el regaño para Ron por cualquier cosa.

Se habían ido.

--Los extraño --susurró Harry acariciando la espalda de Ginny que se sacudía por los sollozos y el llanto. Harry en silencio también derramaba lágrimas.

Hugo y Rose. Ellos estaban solos, aún no creían que era huérfanos, porque eso eran. Ni su madre ni su padre estaban con ellos en vida.

Los días sin ellos se hacían cada vez más pesados, y a Harry le dolía pensar que todo lo que ellos estaban pasando lo tuvo que pasar su hermana sola. Él tenía a Ginny, pero cuando Ron murió, Hermione quedó sola y devastada, sólo la mantenían en pie sus hijos, y después, solo murió.

--Yo voy a estar contigo siempre --murmuró Ginny separándose del agarre. Tomó el rostro de Harry entre sus manos y lo hizo mirarla a los ojos--. Confía en mí Harry --dijo con cariño, Harry, como si estuviera bajo trance asintió.

--Te amo --Ginny le sonrió y asintió dejándole un beso sobre los labios.

--Yo también te amo --le susurró con cariño.

Cuando estaban solos o en un momento difícil hablaban entre susurros, dándose fuerza y diciendo lo que amaban del otro y cuanto se amaban, así, entre susurros, como si fuera un secreto que sólo ellos sabían. Y permanecía así.

Ginny pensaba, cada que veía a Harry, que sus ojos decían más de lo que su voz. Porque Harry nunca había sido bueno expresando sus sentimientos a comparación de ella. Por eso, cada que Harry le decía algún "Te Amo" sentía como si fuera la primera vez.

Pero ahora se sentía mal, tremendamente mal.

Emocional y físicamente. Pero no se atrevía a mencionarlo. Ginny estaba enferma, no sabía de qué y porqué, pero le había prometido a Harry estar para él y eso haría.

--Papá ¿Por qué mamá está triste? --Preguntó un día James a Harry. Harry le sonrió a su hijo y soltó un pesado suspiro.

--Extraña al tío Ron, ve con Rose --le sonrió, James asintió dudoso pero igual se fue.

La sonrisa de Harry desapareció y corrió escaleras arriba a su habitación, donde estaba Ginny. Ella estaba acostada hecha un ovillo, respirando con tranquilidad. Harry se acercó con cautela. Ginny alzó la vista y le sonrió.

¡Ey! Ginevra (One-Shots) © [Harry&Ginny]Where stories live. Discover now