Capítulo 2

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Las chicas llegaron a la playa Muchangpo mucho antes que JB y sus amigos. Encontraron un lugar libre a unos cuentos metros del lugar de los salvavidas, extendieron su manta y se acomodaron. Del lado derecho pusieron toallas, abrieron su sombrilla, del lado contrario pusieron la hielera que les correspondía a ellas, llena de cervezas, refrescos y unos cuantos aperitivos. Al terminar de acomodar todo lo que llevaron para pasar la tarde, se acomodaron encima de su manta, se pusieron sus lentes de sol y se dispusieron a tomar el sol en lo que llegaba el resto.

En la orilla, las espumosas olas, acariciaban la arena, y los niños pequeños daban algunos gritos cuando el agua les llegaba a tocar los pies. La música de cada grupo de amigos y familias se hacían oír por cualquier lado a donde voltearan a ver. Pero lo verdaderamente entretenido, estaba al borde del agua, lugar en donde los jóvenes, tanto hombres como mujeres, exhibían sus cuerpos, en esta área hay dos tipos de personas, los que son seguros de sí mismos y les gusta mostrar su cuerpo, y los que les gusta observar.

- Mira esto – dijo CheoYeong, que había estado buscando un peine en su bola. Estaba sosteniendo en su mano el pequeño paquete que le había llegado por correo, y que había tomado esta mañana al salir de casa.

- ¿Qué es? – quiso saber BakSeon

- Lo mandaron por correo – dijo CheoYeong, al tiempo que lo habría y encontraba una cajita blanca. – Es una muestra gratuita. – Alzo la tapa y alzo un tubito de cristal que se encontraba entre un montón de algodón. – Es perfume... Irresistible – dijo, leyendo la inscripción.

- Uf... - Dijo BakSeon, torciendo el gesto. – Esas cosas son demasiado corrientes para mi gusto. Hueles como a jardín, un monto de flores de mal gusto.

CheoYeong destapo el frasco y olio el contenido.

- No está mal, huele a canela. ¿Quieres probarlo?

- Prefiero ponerme un poco de bloqueador, gracias. – mientras se extendía la crema a lo largo de los brazos.

- Tienes razón. – CheoYeong tapo el frasco y lo metió en su bolsa. – será mejor que yo también me ponga un poco de bloqueador, o terminare como Larry la langosta... o peor, quedare negrita. – cuando estaba por tomar la botella del bloqueador, CheoYeong se dio cuenta que el Novio de BakSeon les estaba haciendo señas desde el estacionamiento. – Mira Seon, han llegado los chicos.

- Al fin – suspiro BakSeon mirando con cierta melancolía a los 3 chicos. – Me alegro de que JB consiguiera, por fin, un día libre. – La familia Im era propietaria de un restaurante en el que JaeBum atendía las mesas y ayudaba en la cocina. – Entre su trabajo y las reglas de mi casa, apenas nos vemos.

- Las cosas se arreglarán. – dijo CheoYeong – Están hechos el uno para el otro.

JB iba abriendo paso, al caminar hacia sonar su llavero que llevaba en el cinturón de esos gastados Jeans. Con su cabello negro, sus dos encantadores lunares por debajo de la ceja, su encantadora sonrisa y su buena actitud, JB resultaba muy atractivo, y CheoYeong entendía porque su amiga estaba loca por ese hombre.

De tras de JB avanzaba, con todo esplendor, el siempre impecable Mark Tuan, cargando otra nevera, llena de más cerveza. El adjetivo que mejor describía a Tuan era arrogante. Ciertamente, era tan bien parecido, como pulcro. Gracias a sus atractivos ojos marrones y a sus bonitas facciones había conseguido algunos trabajos como modelo. En opinión de CheoYeong, el principito era un cascaron de huevo vacío, una bonita envoltura, pero sin nada que cubrir.

Por su parte, Jackson Wang, era todo lo contrario. Mientras Mark tenía el cabello rubio y escondía sus emociones detrás de una máscara de galán de telenovela, Jackson tenía el cabello castaño y era fácil, por sus expresiones, saber su estado de ánimo y sentimientos. Pero aparte del aspecto, en Jackson, había más cosas.

IrresistibleWhere stories live. Discover now