Serendipia (Vhope, Hopemin)

29. Revelaciones

[Namjoon]

Estaba en la universidad, cuando una de las vecinas me llamó. Era extraño que ellas me llamaran, y supuse que era una emergencia, mientras deseaba que no se tratara de Baek. En efecto, no era de mi primo, sino que era acerca de Jin. El tiempo se detuvo por un momento cuando me dijeron que lo encontraron inconsciente en el pasillo del edificio. No sabía cómo sentirme, y pronto mi cuerpo se llenó de una sensación de desesperación y ansiedad. Necesitaba ir con él, necesitaba saber que estaba bien.

Tan rápido como pude, me dirigí hacia el hospital donde me dijeron que lo habían llevado. Nadie sabía aún por qué se había quedado inconsciente, y por alguna razón eso me daba miedo, porque no podía saber qué tan grave era el asunto. Por supuesto, había observado que no se miraba bien los últimos días, y aunque se lo pregunté una vez, él no respondió con sinceridad, tal como me esperaba.

No sabía qué esperarme al llegar, pero encontré a Tae y a Baek pronto, en la sala de espera.

—Vine en cuanto pude —dije a Tae quien se encontraba caminando en mi dirección en ese momento, como si estuviera a punto de irse, apenas pudiendo hablar por la agitación —. ¿Cómo está Jin? —pregunté, esperando obtener buenas noticias.

—Aún no dan respuestas —contestó él, pero dejé de mirarlo, porque mi atención se centró en Baek, quien parecía estar llorando en una de las sillas de la sala, así que sin decirle nada más al otro, me acerqué y me incliné hacia él, tocando su hombro para llamar su atención.

—Hey, Baek, mírame, ¿qué sucede? —pregunté, esperando que no llorara por alguna mala noticia con respecto a Jin, aunque Tae ya había dicho que no les habían dicho nada acerca de su condición.

Baek no me respondió, e iba a preguntarle a Tae qué sucedía, pero ya se había ido. Pensé en que quizás se habían peleado o algo así, por lo que no insistí y simplemente me senté a su lado y lo atraje hacia mí para abrazarlo, mientras él se acurrucaba también, buscando cariño, como si necesitara en qué apoyarse.

—Todo estará bien, no te preocupes —le dije en un susurro, sin alejarlo de mí e intentando guardar la calma ante toda aquella situación.

—Lo lamento, Namjoon —dijo él entre sollozos, mientras limpiaba sus lágrimas y se alejaba un poco de mí, como para mirarme —. Todo esto es mi culpa —siguió diciendo, en total agonía.

—No, no lo es —intervine, odiando verlo así. No sabía a qué se refería, pero sabía que no era nada bueno, y temía escucharlo.

—Jin estaba mal, y yo... yo solo... —balbuceaba, sin dejar de llorar.

—No tienes qué decírmelo ahora —le dije, limpiando sus lágrimas con mis pulgares, esperando que se tranquilizara un poco —. No debemos hablar de esto ahora si no puedes hacerlo.

—Pero tú debes saberlo —me dijo, dejando de sollozar, e intentando tranquilizarse —. Es momento de que lo sepas. No puedo seguir con todo esto. No sé siquiera si Jin se pondrá bien, no sé qué suceda, y eso me da miedo —murmuró, más calmado, mirando hacia el suelo.

—También tengo miedo —le dije, y entonces tome su mano entre las mías —. De acuerdo, te escucho, si eso te hace sentir más tranquilo.

Él me miró por un momento y luego tragó saliva, como preparándose para hablar. No sabía qué me diría, no tenía ni idea, pero entendía que lo que fuera a decirme me abriría la mente de muchas maneras, ya que sabría la verdad por fin. Para bien o para mal, estaba dispuesto a escucharlo.

—¿Recuerdas cuando me regañaste por no haber llegado a casa una vez que supuestamente había salido con Jin? —me preguntó, a lo que yo asentí —. Esa noche... en realidad, según volvíamos a casa, él se puso muy mal. Tuvimos que traerlo al hospital, a emergencias, porque su corazón estaba fallando. Los doctores dijeron que él necesitaba hacerse quimioterapias o no duraría mucho, pero se reusó, diciendo que no quería perder su cabello, y que viviría el tiempo que fuera necesario...