Capítulo 24: "Me conformo con estar a tu lado..."

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¿Abre hablado dormido?

Me quedo inmóvil como una estatua.

Rayos, rayos.

Ágata comienza a abrir lentamente sus ojos y eso me hace saltar de la cama, dándome cuenta de que solo tenía la parte de debajo de mi pijama.

-Buenos días – me saluda, mientras se frotaba los ojos.

- Bu.... Bu... buenos días – le respondo algo nerviosa, mientras estaba pegado a la pared.

- ¿Qué te ocurre? – me pregunta Ágata, para luego sentarse en la cama – Al parecer amaneciste mejor –

- S... si -

- ¿Qué te ocurre? – me vuelve a preguntar al notar que no me movía.

- ¿Qu... que paso anoche? – fue lo único que salió de mi boca.

Veo como las mejillas de Ágata se ponen coloradas – No fue nada – desvía su mirada.

-Vamos dime – me acerco a ella.

- No fue nada – se tapa la cara con una almohada.

- Dime – me siento en la cama.

- Mejor colócate una polera – me dices desde debajo de su escondite.

- Yo no estaba así cuando me dormir – me cruzo de brazos.

Saca la almohada de su cara – Tenias fiebre y transpirabas mucho y si no te la sacaba iba a hacer peor –

Me cubro el pecho con mis manos - ¿Desnudaste a alguien enfermo? – me hago el ofendido.

- ¡No seas idiota! – me tira un peluche que está a su lado – Solo me dijeron que estabas mal y por eso vine – hace una pausa – Salte el balcón, traje un poco de cosas de medicina y... me quede dormida a tu lado –

Sonrió.

- ¿Qué ocurre? – me pregunta algo molesta.

- Nada – vuelvo a sonreír – Gracias –

- No hay de que – se pone de pie – Creo que ya es hora de ir a casa, si mi mamá no me encuentra en la cama se morirá – se coloca sus zapatos – Toma tus medicinas a la hora –

- Cl... claro doctora – me sonríe, pero antes que se vaya, tomo su brazo en un impulso – Yo... bueno... - habla claro idiota – Solo dame un segundo – la jalo y la abrazo – Creo que me conformo con estar a tu lado y nada más – le digo al oído – No me odies por ser un cobarde y no luchar por ti, pero... ya he perdido hace mucho tiempo – me alejo de ella y sonrió - ¿Así está bien?, ¿verdad? – le pregunto y ella solo asiente.

- Lo siento Ed, siento no... -

- Tranquila, se lo que me dirás, pero ya no me importa – desordeno su cabello más de lo que esta – Ya te dije lo que sentía, sé que no podía evadir más este momento, pero era la ocasión para aclarar las cosas y decirte que a pesar de todo lo que te quiero, no te puedo obligar a quererme del mismo modo –

Eso dolía.

Cada una de esas palabras... dolía.

-Entonces nos vemos en clases – me sonríe.

- Adiós – muevo mi mano y veo como desaparece por mi ventana.

Que idiota soy.

(Gabriel)

El viento era suave, rosaba mi cara y eso hacia me que diera frio a pesar de que estaba con un abrigo, guantes y una bufanda.

Bueno, después de todo España es un poco helado, pero aunque el clima no era muy grato a mi alrededor habían niños jugando y paseando con sus padres en el parque, se veían muy felices, jugando y saltando en los charcos de agua que habían en el suelo gracias a la lluvia del día de ayer.

ÁgataDonde viven las historias. Descúbrelo ahora