Capitulo 45

353 19 2
                                    

Como ya me he duchado me visto al vuelo agarrando el vestido negro, zapatos de tacón negro y mi chaqueta de punto. Dejo mi pelo lacio y solo me maquillo un poco. Escucho un silbido de Jane. Después de plantarme un beso, salimos prácticamente corriendo. Si, llevamos demasiada prisa.

Durante el camino hablamos de cosas sin sentido, hasta que llegamos al local del Restaurante. Visualizamos a Austin y Danielle, que están sentados junto a... ¿Mamá? Miro a Jane. ¿Que hace aquí? Ni siquiera nos ha dicho que vendría... 

No le doy importancia y camino con una sonrisa hacia la mesa. La veo contenta. Me recibe con un beso y un abrazo. Y de verdad, no la vemos nunca, se pierde por mucho tiempo y aparece de la nada. Pero, aún así, sus brazos me resultan los más reconfortantes de este mundo. ¿Raro no? 

- ¿Por que se demoraron tanto? - Austin interrumpe mis pensamientos. - ¿Que estaban haciendo?

Miro a Austin y luego a Jane que clava la mirada en el piso. >Como si hubiéramos hecho algo malo< pongo los ojos en blanco y doy un suspiro.

- Nadie sabia que mamá estaría aquí. ¿A que viene el apuro? - Le largo sin más.

- Yo si sabía que vendría. - Se encoje de hombros. - Me ha dicho que tiene algo importante que decirnos.

Largo silencio. 

-Chicos vendré a quedarme en vacaciones. Se de sobra que la próxima semana es el cumpleaños de ustedes dos. -  Danielle y Jane nos miran sin entender. Está claro que nunca se los dijimos, porque para nosotros siempre fue una fecha de poca importancia. Bueno... No siempre. Con papá todo era diferente. Eramos una familia. Completa. No nos preocupábamos por si mamá nos llamaría, o si aparecería de repente, ni un trabajo de por medio, ni amigos que nos lo hicieran disfrutar. Entonces dejamos de darle "importancia", si al fin y al cabo, era un día más. Para nosotros no había "la magia de los cumpleaños". - Sé que nunca he logrado nada con dinero, pero siempre quiero lo mejor para ustedes. Y entiendo que yo debería estar...  Prometo que eso cambiará. -Nos dedico una leve sonrisa y posa sus manos en las nuestras, apretándolas suavemente. Jane y Danielle se disculpan y se dirigen a la salida para darnos un poco de "espacio".

- ¿Qué harás? - Pregunta Austin.

- Me han ofrecido un mejor puesto en la empresa aquí en Miami, hijo. Y fue la mejor excusa para poder cumplir mi >mejor puesto< Ser una madre. - Una lágrima se resbala por su mejilla. - Bueno bueno, no viene al caso. - se limpia rápidamente. - Quiero contarles sobre sus regalo de cumpleaños. 

La escuchamos atentamente al ver lo emocionada que está.

- La empresa es dueña de los mejores hoteles en Punta Cana, República Dominicana. Y obviamente en otros países. Solo que me he fijado en un país con temperaturas alta así pueden disfrutar de la playa... 

Nos quedamos con la boca abierta. Esto no lo veíamos venir... Contenemos los gritos en el lugar, abrazamos fuertemente a mamá.

- Pueden ir hasta cinco personas. Todo lo que pidan estará pago, contando billetes de avión, pasaporte, entre otras cosas importantes. - Sigue diciendo con una enorme sonrisa. 

- No me lo puedo creer. - Miro a Austin y a los chicos. - ¿Tú sabias de esto? - Le pregunto a mi hermano. Niega con la cabeza.

- ¿Que harán ahora? - Pregunta mi madre. 

- Creo que vamos a la fiesta de Tom. Un compañero de instituto - Responde Austin. 

- Ah. El vuelo sale el sábado en la tarde. 

- ¿Mañana? - Asiente. Abro los ojos. ¡Ni siquiera he preparado mis cosas! 

- Yo diría que vayan ahora a casa. - Se encoje de hombros. Vaya sorpresa.

- ¿ Y las cinco personas? - Pregunta Austin.

- Ustedes cuatro y falta uno más. - Responde mi madre normalizando la situación.

- Y tú. 

- ¿Yo? - Se hecha a reír. - Estoy vieja para estas cosas, Además ya conozco el lugar. Disfruten con sus amigos. Una semana de verano. Y el famoso siete de diciembre habrá una fiesta en el hotel. Está todo preparado ya que...

- Gracias. - la interrumpimos. - Por hacer todo esto. Por volver. Por darnos todo.

- Lo vale. Mis niños. la luz de mis ojos, mi preocupación de todos mis días. Es lo menos que puedo hacer, son unos hijos maravillos. Personas maravillosas. Los amo.

Nos abrazamos entre los tres. Lindo y emocionante abrazo.

Después de toda la emoción, le contamos a los chicos, hablamos sobre el viaje,  mamá nos deja en ridículo cada vez que tiene oportunidad, al recordar anécdotas. Y así transcurre una tranquila noche. O no tan tranquila.

Al llegar a casa, mamá nos informa que nos hospedaremos en el hotel Majestic Mirage de Punta Cana. Es hermoso. Se encuentra al lado de la playa del caribe. Me ayuda a guardar la ropa que voy a llevar. Nos trae dos cajas de regalo. Una para Austin que tiene un traje negro junto con una camisa blanca y la mía tiene un vestido blanco, con finos cristales pegados en el tul que cae del vestido. Es elegante, largo y tiene la medida perfecta. Ni tan ancho, ni tan pegado al cuerpo. 

Solo me queda preguntar ¿Desde cuándo tenia preparado todo esto? 







¿No eramos amigos?Where stories live. Discover now