Capitulo 11

677 37 0
                                    

Llegamos a casa.

-¿Para que habrá llamado?

-No lo sé- estoy preocupada. La llamo.

Estamos esperando a que conteste pero, no lo hace. Llamo otra vez, se que no puedo quedarme con la intriga.

Contesta.

-¿hola?- Tiene la voz media rara. 

- Hola, mamá. Soy Sam. Recibimos tus llamadas, ¿Que ha pasado?

-Hola hija, solo quería decirles que en unos días voy a ir a visitarlos, para ver como están por allá. 

-Ah, está bien. Avísanos cuándo vendrás. ¿Donde estás? - Siento que respira hondo.

-Estoy en casa. Voy a venderla.

- Está bien. Si es lo que quieres.

- Pensé que te enfadarías. - ¿Como me voy a enfadar? Esa casa, ya no es mi casa. Y hace mucho dejó de serlo.

- No, no iba a hacerlo.

- Está bien. ¿Todo en orden con tu hermano?

-Si, todo en orden. - Siento un ruido extraño del otro lado. - ¿Mamá? - No se escucha nada. - ¿Mamá? - Miro la pantalla. Ha colgado. 

Austin ve que me preocupo.

- ¿Que pasa?

- No lo sé. Estaba hablando con mamá, pero me ha colgado derrepente.

- Seguro se cortó. No te preocupes, la llamo mañana, ya es tarde.- Tal vez tenga razón.

Me voy a mi habitación y me recuesto en mi cama. Me duermo al cabo de unos minutos. Este sería el efecto de llegar tarde a casa y no dormir nada en absoluto.

La alarma inunda el silencio de la casa, un dia domingo. 

Me tapo la cara con la almohada.

- ¡Apága la alarma! - le grito a mi hermano. Esta deja de sonar, pero ya el sueño se me ha ido. 

Decido levantarme e ir por un vaso de agua. Veo mi celular y hay un mensaje de mamá "Cariño, se me ha acabado la bateria y he colgado sin querer. Avisaré cuando vaya. Besos, los amo."

le respondo y me acuesto otra vez.

El dia pasa volando. Además llueve. Siempre he dicho que el domingo es el peor dia de la semana, porque es un pre-lunes, un dia en el que te preparas para levantarte temprano. 

Tengo ganas de hacer algo divertido. Pongo música. Aus me sigue la corriente en mi pequeña danza improvisada. Jugamos algunos juegos de mesa y, como era de esperarse, terminamos discutiendo acerca de quien ganó. No servimos para esto, somos muy competitivos. Pero el solo hecho de pensarlo me causa gracia.

Queremos pedir comida hecha. Pero las calles están cortadas debido a la tormenta y decidimos ir caminando hasta allá. 

-¿Lista? - pregunta mi hermano, mientras me pongo la capucha de la campera.

- Lista.

Salimos corriendo debajo de la lluvia, desde adentro no se veia tan mal, pero ha empeorado. Siento como el frio se apodera de mi cuerpo, y como el agua se apodera de mi ropa.  Caminar bajo la lluvia es uno de los placeres más  lindos de la vida.

Llegamos al pequeño lugar, y solo pedimos pizza. Nos quedamos un rato sentados y nos vamos de nuevo.

Dos locos caminando bajo la lluvia comiendo un trozo de "pizza"y riendo a carcajadas. En momentos simples como estos, soy feliz.



¿No eramos amigos?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora