Capitulo 32

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Narra Austin.

Acompaño a Danielle a casa. Vamos lento. En silencio. Siento tranquilidad en este momento. Paz. La miro de vez en cuando.

- Asi que... - Dice. - ¿A las siete me has dicho?

- Si. A las siete. - sonreímos. Se sonroja al encontrar mi mirada.

El camino se hace bastante corto. Mi móvil vibra. Un mensaje de Sam;

Sam. - 14:49

- ¿Donde estás?

- Estoy llegando a casa de Danielle. ¿Paso algo?

- No. Todo esta bien.

Me quedo mirando un rato la pantalla del móvil. Respiro hondo.

- ¿Esta todo bien? - Pregunta Danielle.

- No. Bueno, no lo sé. - Pongo mi mano en mi cara. - Samantha se comporta muy extraño. Solo a veces. Como cuando esta triste. Trata de ocultárselo al mundo. Sobre todo a mi. Miente sobre su estado de ánimo, y ya no sé que es lo que debo hacer. Se siente inferior a los demás. Y no es porque me lo haya dicho, si no, porque lo sé. Pero no sé como ayudarla.

- Ve a casa.

 - ¿Qué? - la miro.

- Que vayas a casa. Ahora mismo. Tienes que saber que le ocurre. Tienes que hacerlo. Como hermano. Ella debe necesitarte.

- Seguro debe estar con Jane. - miro hacia otro lado. He de admitir que desapruebo a ese idiota para mi hermana. No es que me caiga mal. Si no que, no me gusta. Pero aún así trato de apoyarla. Porque la veo feliz.

- ¿Y si esta vez, Jane, fue el problema?

- Entonces el tendrá un problema.

- Ve. - Me besa. Me sonríe. Y con eso, me encamino a casa.

Narra Samantha.

Me siento al borde de la cama. Mirando la pared. Sin entender nada. No puede ser, como cambian las cosas de un dia para el otro. Tal vez sea lo mejor. Tal vez es esto lo que me tiene preparada la vida. Tal vez un dia, pueda decir que nada de esto tiene importancia. Pero hoy no es ese dia.

Me acuesto. Agarro mi almohada tan fuerte. Como un abrazo. La baño en lagrimas. Lagrimas que estaban ansiosas por salir. Mi cara se llena de pintura negra, líneas negras, líneas de tristeza y frustración.

Maldición.

Un ruido proviene de afuera. Gritando mi nombre, una y otra vez.

No me imagino como logro entrar. O si, como la primera vez. Cuando estuvo todo fríamente calculado.

Me paro. No tan segura, ni tan decidida. Abro la puerta. Jane se abalanza sobre mi, abrazandome. Lo aparto.

- Sam...- me agarra las manos. - Pequeña... ¿Estás bien? ¿Te encuentras bien? - pregunta al mirarme el rostro.

- ¿Tú que crees? - Mi voz de fastidio y mi cara repleta de llanto, no es una buena convinación.

- No es lo que tu piensas Sam. - Se acerca.

- Ya vete Jane. - Me vence el cansancio. Cierro la puerta. Pero el, está decidido a pasar de todas maneras.

- Necesito que escuches.

- Necesito que te vayas. - Me encamino a mi habitación.

- Por favor, Sam. - me agarra del brazo.

- ¿Qué no haz escuchado? - Austin. - ¡Vete! - Señala la puerta.

Lo miro. Sigo hasta mi habitación.

Narra Austin.

Jane sale hecho una furia. No me imagino que habrá pasado. Cierro la puerta y Sam viene a mi encuentro.

Me abraza.

- Todo está bien. - Le acaricio el pelo.

- Nunca lo está. - Solloza. Para volver a llorar.






¿No eramos amigos?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora