CAPÍTULO 31

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Maratón 3/3 ❤❤

Abro los ojos, y me los froto con las mano, ahuyentando el sueño. Veo que sigo en la misma habitación donde estaba mi madre. El mismo olor a desinfectante inunda la estancia y estoy sola en ella.

Luke y mis padres conversaban animadamente fuera de la habitación, en la puerta.

-¡Ya despertarse! -grita mi madre.

Alegre recorre la habitación acercándose a mí, dejando a mi padre y a Luke en la puerta.

Se acerca a mi y me rodea con sus brazos. Yo le devuelvo el abrazo. Sonrío pegada a ella. 

-Gracias, hija. De verdad. Me has salvado. Y siento no haberte agradecido. Pero llevaba tanto tiempo sin comer que lo he tenido que hacer lo primero.

-Te quiero, mamá. -es lo único que logró decir. No pienso en nada mientras estoy junto a ella. Está viva, y ahora mismo el lo único que me importa. Ha estado a punto de morir, en verdad, ha muerto, pero ahora ella está aquí. Bien y junto a mí.

Se separa de mí y acaricia mi mejilla mostrándome una sonrisa. Su piel pálida esta brillante, viva, sus labios enrojecidos y su larga melena negra carbón tiene buen color, suave y sedoso. Sus ojos ya no están rojos, si no de su color real, y unas leves arrugas surcan sus ojos, demostrando ya su edad, pero que no la hacen más fea. La hacen ver bien, una mujer que ha pesar de todo lo que ha sufrido está aquí. 

Pero una duda no para de rondar en mi cabeza. Está bien. Yo la he salvado. ¿Cómo la he salvado?

A las dos nos dan el alta en el hospital y no tardamos mucho en salir, en realidad mi madre había salido incluso antes de que le diesen el alta. Los cuatro salimos del hospital felices, esto al fin ha acabado. Mis padres están junto y nuestra peor pesadilla ha muerto. Y las dos razas de seres sobrenaturales que han estado en guerra desde el principio de los tiempos, ya no lo están.

Ahora las dos razas son una, gobernados por los mismos reyes, Luke y yo. Todavía tengo que digerir esa información, es demasiado para asimilarla en tan poco tiempo. 



Cuando llegamos a la mansión mis padres y Luke se van a descansar. Yo me quedo en el salón, en la casa no hay rastro de Ana, pero no pregunto por ella. Ella no estuvo aquí durante la pelea, y espero que este bien. 

Luke me pregunta si quiero ir con él a la cama, aunque rechazo su oferta, diciéndole que ya he descansado suficiente. Cosa que es verdad a medias. Él acepta y sube solo a la habitación.

Espero un rato hasta que se han dormido todos, no quiero que me vean salir, seguramente no me dejarían o harían muchas preguntas, y no quiero que ocurra ninguna de las dos opciones. 

Recojo mi pelo en una cola alta y cojo las llaves de mi moto junto la chaqueta de cuero negra.

Salgo de la casa haciendo el menor ruido posible.  Me monto en la moto y me dirijo a la casa de la bruja Rika. Aparcó la moto y bajo de ella. Observo la cabaña, igual que la última vez que vine, al parecer aquí no llegó la guerra. El olor a bosque esta asentado en el aire, y es un respiro para mi olfato después de tanto olor a desinfectante y hospital.

Me dirijo a la puerta de la casa de Rika. Llamo a la puerta con mis nudillos y a los dos o tres minutos, que se me han hecho eternos, Rika abre la puerta.

Cuando me ve me sonríe y me invita a pasar. Lleva su pelo recogido y los rasgos de su cara están tranquilos.

-Veo que has conseguido tu propósito. -dice una vez las dos estamos dentro de su casa.

Tu mi Alfa, yo tu Luna Where stories live. Discover now