CAPÍTULO 3

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Me meto en un callejón a toda velocidad, intentando despistar a Luke, que viene pisándome los talones. Acelero más, callejeando, y dobló a la derecha metiéndome en una calle bastante más ancha que antes, y el aprovecha eso para acelerar por mi derecha.

Nuestras miradas se conectan un segundo cuando pasa por mi lado y colocarse delante. Gruño e intento acelerar. Este barrio no es de los mejores, y la policía nunca anda cerca, prefiere apartarse de esta zona. Así que no recibiré una multa hoy, solo llevo dos días con la moto. Mis tíos me matarían, si no me choco yo antes contra algo.

Luke adelanta y pega un volantazo brusco delante mía. Se posa delante de mi, en posición horizontal, haciendo que yo pegue un frenazo y quede a escasos centímetros de la puerta del conductor y casi haberme estrellado. Tengo la respiración acelerada y los labios entreabiertos. Mi vista no se despega del sitio donde me hubiera estrellado si no me hubiese frenado a tiempo. Joder, ha estado muy cerca.

 -¡¿¡¿Que haces, loco?!?! -gritó. 

Hecho la moto un poco para atrás y aparco. Me bajo de la moto y me quito el casco. Vuelvo a mirarlo. Me hierve la sangre. Estoy muy enfadada.

 -¿Pero qué te pasa a ti en la cabeza? ¡Casi me estrello contigo! ¡Podría haberme matado! ¡He estado a punto de pasar a la otra vida!-sigo gritando.

Pareces una histérica.

Y ahí esta mi maldita conciencia. Pero me da igual. Quiero que vea lo peligroso que es lo que acaba de hacer, y de cuan enfadada estoy.

Luke abre la puerta de su coche y baja de su BMV. Se acerca a mi. A paso relajado, sabe que no puedo escapar. Con las manos metidas en sus bolsillos.

-Estoy bien, gracias por preguntar por él manzanazo que me pegaste ayer. -dice lleno de sarcasmo.

Yo lo miro con furia en los ojos. Tenía que hacer algo para salir de allí, y esa era mi única opción. Él no me iba a dejar irme por las buenas.

-Respecto a eso, tú te lo merecías, y yo me tenia que ir y además -digo empezando a gritar- no me dejabas irme. Como soy tu mate eras capaz de encerrarme para que no me fuera y, lo siento, por mucho que sea tu mate no pienso dejar que me trates como un simple mueble que puedas manejar a tu antojo, y hacer lo que quieras conmigo.

 -Pero eres MÍA, pero eres humana, aunque no hueles como tal, es extraño, hueles a humana pero tienes algo distinto. -trago duro sin que se de cuenta al escuchar eso- ¿que tal si nos vamos conociendo? No pienso dejarte marchar, necesito un heredero para el trono.

 -¿Eres un alfa? -pregunto casi asustada.

Asiente.

 -Joder, ¿Soy tú luna? Y sabes, así no empiezas bien, ¿que solo me quieres para que te de un heredero? Creo que te estas equivocando, no soy un recipiente, ni una crea bebés gratuita.

Él gruñe antes de responder.

 -Sí, y no una luna cualquiera, eres la luna de las lunas,  yo soy el alfa de los alfas. Eres la luna más importante de los licántropos.

Creo que se me va a descolgar la mandíbula de tan abierta que tengo la boca. Hace nada pensaba que ni tendría un mate, ahora me entero que si lo tengo, y precisamente no es uno cualquiera.

 -¿Quedamos mañana? -pregunta Luke, cambiando totalmente de tema y sacándome de mis casillas.

 -Mañana no puedo. -contesto segundos después.

Se le están volviendo los ojos ámbar. Mierda se está enfadando. ¿No entiende que no siempre recibes un si como respuesta? No siempre vas a querer lo que quieres. Tiene una actitud de un niño de no más de cinco años, y ni siquiera lo conozco.

Tu mi Alfa, yo tu Luna Where stories live. Discover now