Ritmo.

692 38 183
                                    

No importa quien seas, ni cuanto poder tengas, ni que objetivo tengas, el tiempo no podía detenerse.
Siendo una de las principales víctimas afectadas por este te diste cuenta de que ya habían pasado dos años.

Dos años de los cuales no había pasado nada que sea de sumo interés, ahora tenias 18 años, dos años donde no haz sabido nada de Timothy ni sus dragones, dos años donde Ramsay parecía no desear dejar de comerte con la mirada, dos años donde habías con visto como Sans ya no solo castigaba a la gente de su pueblo, si no también a la del pueblo de Ramsay, Dos años donde pudiste conocer a un Lannister, dueños de tierras céntricas, territorio ya en su mayoría controlado por Sans. De igual forma conociste a Theon Greyjoy primogénito y heredero de las islas de hierro, futuro líder de las costas y de la bandera de los Nacidos de Hierro.
Ramsay te presento a una mujer, hermosa, pelo rojo cual fuego, labios rojos cual cereza, tenía todas las curvas que una mujer debe tener; deseada por los hombres por tan bella figura, tan agraciada y hermosa. Aquella mujer era una bruja, una bruja roja.

Conociste a muchas personas, todas te temían, todas te respetaban, todas juraban lealtad, todas te sonreían.
Eras la Reina de las tierras del sur.
El plan de Sans marchaba sobre ruedas, increíblemente, no solo ya tenia el sur, ya tenia algunos pocos aliados del norte y de las islas que rodean el campo de juego.

Esta noche te encontrabas boca abajo en tu cama, la cama que compartías con tu amado esposo, estabas totalmente desnuda dejando ver tu piel llena de marcas, moretones, chupetones. Todos hechos por el mismo hombre.

El mencionado entro a la habitación, viéndote boca abajo mientras todo tu cuerpo estaba al aire permitiéndole ver la curvatura que hacia tu columna, las curvas que tenias en la cintura, caderas y pechos. Sans se acostó a tu lado y beso tus hombros besando algunas marcas. Sonreíste al sentirlo, su tacto suave y cálido, abriste los ojos para verlo sonriéndote.

— Tienes una mirada encantadora, mi reina. Si trata de seducirme es más fácil que me lo diga por medio de sus ojos que actos donde puede contraer un resfriado.

— Lo entiendo y agradezco el consejo mi rey, pero esa no es la razón de mi desnudes.

— Si no es para mi, ¿Entonces para quien?

— Necesito que las marcas y heridas sanen, mi rey. Para que usted pueda ver mi cuerpo limpio y listo para mas de sus marcas. —Su mirada se mantenía fija en tus ojos, te hizo desviar la mirada— Se que no le agrada la idea, pero el poder entregarle mi cuerpo limpio de heridas es algo que me haría muy feliz.

Sans suspiro y beso tu espalda, cada centímetro fue acariciado y besado por el esqueleto, llego a tu espalda baja donde se detuvo por un segundo y después dio una gran y satisfactoria lamida, te sorprendió aquel acto y te sonrojaste.

— Si lo desea mi reina, ¿quien soy yo para negarle lo que desea?

— Su rey, eres su rey — Te sonrió de lado y beso tus labios, un beso húmedo, romántico y necesitado. Lentamente se fue separando de ti dejándote con ganas de profundizar aquel beso.

— Habrá un baile. Donde vendrán todos nuestros aliados, será un baile con mascaras.

— ¿A qué se debe? —No era normal que Sans realizara un baile donde invitaba a todos sus aliados y mas raro era que fuera de mascaras.

— Usaremos la temática Arlequín. Muchos de mis aliados se odian entre ellos, mi vida. —Te tomo entre sus brazos y te sentó sobre su regazo, acarició tu rostro y tu pelo— Las máscaras evitaran que se reconozcan y que se intenten matar. Necesito de sus vidas para darte tierras que gobernar.

— Entiendo, pero lo que quiero en estos momentos es estar entre tus brazos, bajo tu protección y que me mimes, que cumplas mis caprichos.

— Haré lo que desees, mi reina, solo hace falta que lo digas y lo haré, haré lo que me pidas. —Te estrecho entre sus brazos y comenzó a besar tus mejillas, tu barbilla, tu frente y tus labios causando algunas risas provenientes de tu boca.

My KingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora