El Dorado.

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Narra Timothy.

Regrese a mi hogar hecho furia, tan pronto llegue tome un palo que había ahí y comencé a golpearlo cintra el tronco de un árbol hasta que el palo terminara rompiéndose, escuche la puerta abrirse y no me hizo falta voltear para saber quien era. Hice puño mis manos y comencé a golpear el mismo árbol

—¡¡Ese bastardo se atrevió a romper el huevo, primero a nuestras familias, después todo... Y ahora... Lo que mas aprecio en este mundo!!

—Se que los dragones son lo que mas te gusta de este mundo, ellos y la monotonía... Pero golpear a la madre tierra no te regresara el huevo...

Mi fiel amigo se acerco a mi y me tomo de las muñecas, sus manos comenzaron a brillar sanando mis nudillos heridos y ensangrentados. Me miro serio, sabia lo que me quería decir y simplemente baje la mirada.

—Se que odias a Sans... A su Familia y a todos ellos, pero amigo mío... No... Hermano... No dejes que el odio siga consumiendo tu alma...

—Sueltame, maricón... — Me solté, no estaba dispuesto a escuchar su sermón de siempre. — Acabaré con los Skeleton's por mi padre, y acabaré con los Bolton... Vengare a tu familia aunque tú no lo quieras, no pienso quedarme de brazos cruzados — Baje la mirada —  ya pase muchos siglos de brazos cruzados...

—El Bolton que mato a mi familia ha muerto... Los líderes son otros.

—Llevan el mismo nombre.

—Ellos no tienen la culpa de las decisiones de sus ancestros.

—Disfrutan la historia, merecen muerte.

—Son humanos, torpes y perdidos.

—Son monstruos que no piensan más que en ellos mismos.

—Te estas volviendo como ellos...

Levante la vista viendo su mirada opaca recordando a mi viejo yo, al ingenuo, tonto e idiota yo...

—No... Sigo siendo Timothy Dúnedain Reyes... Solo que ahora soy un hombre, no un adolescente idiota — desvíe la mirada y lo volví a mirar — Empaca tus cosas, iremos al dorado.

Me miro sorprendido y poco a poco fue sonriendo, él aun era un idiota, aun conservaba al Kanneth de tan solo 13, 000 años...

—Es el camino más rápido para llegar a Daneyris, tomaremos camino por el mar de los hombre roca, llevaremos a Drogo y a Deadsusurre.

Me miro esta vez sorprendido y algo aterrado, sus ojos bien podrían salirse de sus cuencas de lo sorprendido que me miraba, rodé los ojos, sabia que me pediría una explicación.

—Debo demostrarle que no me ando con juegos cuando se trata de dragones...

—P-pero... DeadSusurre... Es... Bueno... Tu dragón mas antiguo... Aun recuerdo porque lo haz ocultado... ¿Estas seguro?

—No... Pero si vamos a ir a tierras tan lejanas donde no conozco del todo bien por el tiempo que no he pisado esas tierras DeadSusurre sera el acompañante perfecto.

[...]

Ya era el anochecer, me encontraba junto a mis dragones mientras les daba de cenar, el olor de la cena llegaba a mis narices era una de las cosas buenas que tenia mi elfico amigo, cocina bien.

Le di un venado a cada uno de mis pequeños y siete a la hidra y a mis grandes dragones. Aun dudaba si podía sacar a mi viejo amigo de su gran jaula... Recordaba con dolor el motivo que me llevo a encerrarlo, pero también sabia que él sabia mis razones. Tome la carreta con otros siete venados muertos y comencé a conducirla a la parte mas escondida del bosque, encontrandome  con la enorme roca que me separaba de mi primer dragón...
Deje la carreta y me acerque a la gran roca, cerré mis ojos concentrandome lo mas que podía y al abrirlos podía sentir todo mi poder en mis manos y de un solo empujón moví aquella gigante roca, el viento que salio de la cueva me hizo sonreír con calma mientras sacudía mis manos y pasos grandes se escuchaban acercándose a mi.

My KingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora