Mío/Mía

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ADVERTENCIA: ESTE CAPÍTULO CONTIENE ESCENAS +18.
Es la primera vez que escribo algo como esto >\\\< así que no esperen mucho.

Ahora si, disfruten del cap.

—Ah... — La misma volteo y te miro de arriba a abajo, estabas igual de sorprendida o mas — Hermana... Diría que me es gusto verte pero no es así...

—¿Qué haces en mi boda? — Soltaste como veneno mientras obtenías una mirada egocéntrica y una sonrisa de lado.

—Bien podría decir que vine a felicitarte por tu compromiso pero ambas sabemos que no es de mi agrado la situación — Se quito sus guantes y te miro con indiferencia — Vine a visitar a quien se supone me pertenecería.

—Él es mio ahora... — Te cruzaste de brazos mientras ella volvía a sonreír.

—¿Lo haz hecho tuyo? ¿Ya lo proclamaste de tu propiedad? ¿Lo haz marcado? — Sonrió al ver que no respondías — Entonces sigue siendo mio...

—Su alma me pertenece — Dijiste en defensa.

—Su cuerpo me pertenece... Lo sabes...

—Él dice lo contrario.

— ¿Y si te miente? Sans puede llegar a ser muy persuasivo... Y manipulador...

—Oh cariño — Sentiste la mano del mencionado en tu hombro, haciendo que lo mires — Te perdí de vista un segundo, ¡oh Samantha, me alegra que si puedas acompañarnos a nuestra celebración!

—Te vez cansado Sans... ¿Has estado ocupado? — Pregunto con cierto tono de picardía.

—Si, He pasado despierto durante casi toda la madrugada, velando por el sueño de mi reina.

—Ya veo, un hombre respetable velando por el bien estar de su amada... Encantador...

—Mi Reina... Necesitamos saludar al resto de invitados...

—S-si... Claro...

Sans te tomo de la cintura y te llevo a saludar a mas invitados, conociste de todo, comerciantes, sastres, personas importantes y otras que no lo eran del todo, en ningún momento la mano de Sans abandono tu cintura, sonreía ante tal acto.
De vez en cuando mirabas al rededor notando a cierto azabache oculto y no era el único habían mas de uno. Había llegado el momento del baile, claramente escucharon como un grupo de músicos comenzaban a tocar una melodía, la pista de baile rápidamente fue llenada de parejas, sentiste como la mano de Sans se alejaba de ti llamando tu atención viendo como el hacia una reverencia y extendía una mano hacia ti.

—¿Majestad, me permite esta pieza? — Sonreiste soltando una pequeña risa y haciendo una reverencia.

—Claro que si, mi rey — Tomaste su mano y ambos se encaminaron al centro de la pista.

Los músicos iniciaron otra canción dando así inicio al vals, Sans tomo una de tus manos y la otra la dejo en tu cintura, tu mano libre la pasaste sobre su hombro y comenzaron a bailar.
La mirada de Sans era cálida, no dejaba de mirarte a los ojos mientras sus pies se movían al ritmo de la música, su agarre firme y so pequeña sonrisa te hacia sonreír. Te daba algunas vueltas y podías sentir como tu vestido se levantaba levemente luciendo más gracias a estas, cuando retomo su postura te apego a el de tal forma de que tu oído quedara cerca de su boca.

My KingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora