Perdida

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Frío.

Sentías frío a pesar de las blancas sabanas que te tapaban, con los ojos cerrados palmeaste la cama hasta encontrar lo que buscabas, te tomo de la mano, su tacto era frío, soltó tu mano para acariciar tu mejilla, no había calor en esos huesos... Abriste un poco los ojos observando al esqueleto sentado a tu lado. Tranquilidad, tranquilidad era el sentimiento que te transmitían esas cuencas con pupilas... Sonreiste levemente y una sonrisa recibiste por parte del esqueleto.

—Buenos días mi reina — acaricio tu cabeza pasando sus dedos por tu cabellera suavemente. — ¿Como te sientes?

—Bien... — te sentaste en la cómoda cama cubriendo tu pecho con la sabana — haz preguntado eso antes durante y ahora después de consumar nuestro matrimonio... ¿Tú estas bien?

—Lo hago porque no me perdonaría el lastimarte, si llegara a lastimarte me mataría a mi mismo... Sin dudarlo... Y claro que estoy bien, ¿Qué podría ser mejor que despertar desnudo a lado del amor de tu vida?

Sonreiste levemente y desviaste la mirada a los pies de la cama donde había una pequeña mancha roja, suspiraste y sentiste la mano de Sans en tu desnuda espalda aun estaba fría, lo miraste y te dio un beso en la frente.

—Es la prueba de que ahora me perteneces y te pertenezco... — beso tu mejilla — De no estar esa mancha... Alguien moriría — su tono cálido cambio a  uno frío, sin tacto — Porque no dejare que le pertenezcas a nadie — te sentó en sus piernas con cuidado — No pienso compartirte con nadie, si no eres mía, no seras de nadie... — Acaricio tu cintura  y con su mano libre te tomo del mentón, se acercó lo suficiente a ti para que tus labios razaran con sus dientes — y como tu rey y dueño... Te prohíbo mirar a alguien a quien no sea yo, te prohíbo estar con alguien mas, te prohíbo seguir ordenes ajenas a las mías... Te prohíbo dejar de pertenecerme... ¿Entendido?

—Si Mi Rey...

Te beso tiernamente, con cuidado mientras le abrazabas el cuello y él tu cintura, se separo y bajo de inmediato a tu cuello.

—Majestad — Se escucho una voz fuerte y nasal en la puerta de la cabaña — Entiendo que este ocupado con sus mierdas de recién casado pero le recuerdo que tiene que hacer el papeleo del evento... — Sans dejo caer su cabeza en el hueco de tu cuello y clavícula soltando un pesado suspiro — También déjeme informale que me vale madres si estaba ocupado...

—Algún día voy a mandar a matar a ese hijo de... — te sonrió y te volvió a acostar en la cama — Alistate, tomate el tiempo del mundo si es necesario estaré en el salón del trono.

—Claro...

Sus pasos firmes fueron hasta la entrada de la habitación donde abrió la puerta y antes de salir te miro de reojo y sonrió para después salir de la habitación y cerrar la puerta.

[...]

Burbujas.

Amabas las burbujas que habían en tu tina de baño, la presencia de tu dama ya no era incomoda a ese grado, ella permanecía mirando hacia abajo con tu toalla entre manos lista para cuando quieras utilizarla. Jugabas con las burbujas haciendo figuras sin sentido.

—¿No es hermoso? — Preguntaste  — Pensé que seria horrible vivir con Sans después de ver lo que había en los laboratorios... Pero... Es tan lindo y bueno... —Miraste a la dama — ¿Tú qué opinas?

—Opino que es una jaula de oro para una hermosa ave con las alas cortadas, majestad.

Hundiste hasta tu mentón tu cuerpo disfrutando del agua caliente, cerraste los ojos para después suspirar y volver a hablar.

My KingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora