Capítulo 12: Tsubasa

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El día parecía ser normal, Serena se encontraba ya con una prominente barriga y pronto dejaría de trabajar, de hecho, estaba a dos días de ello, tomó un poco de dinero, se puso su uniforme, el cual le quedaba un poco ajustado pero como Tsubasa se lo había regalado no podía quejarse, se puso los zapatos y ya se iba a ir cuando la "segunda Serena" le tomó el brazo a la vez que le decía:-no vayas por favor, hoy no vayas a trabajar-.

La Tsukino le sonrió y calmandola le dijo:-no te preocupes, todo estará bien-, la otra chica preocupada soltó unas lágrimas y solo pudo decir:-evita cruzar las calles más concurridas, pero sobre todo, evita tratar de recoger vidrios rotos, por favor-.

Serena la miró extrañada pero siguió sonriendo a la vez que exclamaba:-lo prometo, trataré de volver temprano-.

Con esto, la segunda Serena soltó su mano y la rubia se marchó mientras la chica que se quedaba se llevaba la mano al corazón y lloraba:-cuidate mucho Reina Luna-, a la vez que veía con atención la pequeña ventana con la que la habitación contaba.

La joven princesa de la Luna tomó a juego la preocupación de la chica, pero después se sintió algo ansiosa tomándolo más enserio y haciendo caso de ello, tomando algunos atajos para llegar al trabajo.

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Al llegar, hizo su jornada con normalidad, pero esta vez se quedó unas horas extra para poder irse a su descanso maternal más tranquila, la cafetería casi estaba vacía pues era época de exámenes y varios trabajadores habían pedido un descanso, haciendo que Serena pudiese tomar sus puestos y tener una mejor paga, cuando de pronto, un jarrón se rompió en mil pedazos, recordó lo que su doble le dijo, pero, lo ignoró, tratando de agacharse a recoger los pedazos, sin embargo, era muy difícil en su estado.

La cafetería lucía algo vacía, pronto sería la hora de cerrar y ya no había gente; una chica sacaba la basura, Tsubasa se encontraba en su oficina y el gerente ya se había marchado, ella estaba sola ahí.

Con paciencia trató de recoger los pedazos, pero, una punzada de dolor la hizo quejarse y un mareo repentino la hizo caer incrustándose los cristales en sus manos, no obstante, lo que más la alarmó fue sentir como algo escurría entre sus piernas, lanzando un grito de terror, el cual Tsubasa y Saori (la otra empleada a tiempo completo) escucharon, yendo lo más pronto posible a su lado.

Al verla, rápidamente actuaron llevándola al hospital.

Aquello era un caos, Serena no podía calmarse y Tsubasa intentaba mantenerla tranquila, iban lo más rápido posible y el hospital podía verse cerca, pero Serena tendría pronto a su bebé.

Por solo un minuto, ellos llegaron a tiempo, siendo Tsubasa quien la acompañase en el parto, ya que ella no quería estar sola y Saori tenía que ir a su casa pronto.

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El tiempo pasaba y el parto se complicaba teniendo que sacar al hombre del lugar a la espera de información, llenándolo de incertidumbre y preocupación.

El hombre se alarmó al ver correr a un grupo de especialistas a aquella dirección, temiendo lo peor, pues, lo último que supo es que el bebé tenía el cordón umbilical amarrado al cuello y que no sería posible el parto por vía natural.

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No había dormido nada y ya estaba amaneciendo, pero, ella aún seguía adentro, no tenía ánimo de nada pero ya había llamado a sus empleados para avisarles su ausencia, cada segundo que pasaba más lo desesperanzaba, pero, de un momento a otro, la sala de urgencias se abrió, dando paso al doctor y a una enfermera que llevaba en sus brazos un pequeño bulto.

Nuevamente Encuentrame Where stories live. Discover now