—¿Exactamente qué hiciste? Porque normalmente las personas no hacen eso sin una razón —me mira alzando una ceja, cerrando la puerta del auto.

—¿Por qué tengo que hacer algo? Ella fue la que decidió terminar lo que no habíamos empezado —enciende el reproductor y conecta su celular—. ¿Vas a poner tu playlist? —me mira obvio—. Invades mi espacio más de lo que quisiera. Quiero entender a Daphne, Ivan. Te juro que quiero hacerlo, pero no sé qué papel pinto en su vida —suspiro, encendiendo el auto.

—Ok, puede ser que ella estuviese confundida y tú la presionaste —lo miro interesado—. No digo que hicieras algo, pero tú también eres intenso, Günther. Tal vez solo necesita tiempo para arreglar sus sentimientos —sonríe, poniendo unas canciones que no entiendo—. Solo necesitas ser un poco más honesto y cuando ella esté preparada, le dices lo que te pasa.

—Es que ella no confía en mí, Ivan —digo, mirando hacia la autopista—. Ella no es la única que tiene cosas en la mente. Tengo miedo de que no acepte toda la mierda de persona que soy. Mira lo que sucedió con Hope. Creía que las cosas estaban bien, había confianza, pero resultó que mi novia no me dijo que tenía cáncer y murió junto a mi hija —tenso la mandíbula al sentir un nudo en la garganta.

—Günther, la vida se basa en tomar riesgos —lo miro y veo que sus ojos se habían cristalizado—. Daphne es una mujer de carácter, una buena amiga y Tina me ha dicho que tiene unos sentimientos hermosos. Ella ya aceptó toda la mierda que viene contigo. Eres tú el que no le está dando la oportunidad de pensar que pasa en su vida —traga grueso—. Hope nos mintió a los dos y sí, te hirió mucho, pero eso no quiere decir que Daphne es igual. Te recuerdo que ella aceptó un contrato sin conocerte y aun pudiendo romperlo, no lo hace. De acuerdo a lo que me dijiste, no hay una cláusula en donde diga que debe regresar el dinero. Solo dale tiempo a que se aclare.

Presiono el volante sin palabras. El muy hijo de puta, tiene el don de callarme la boca sin necesidad de golpearme.

Agradezco que sea mi amigo.

—¿Te vas esta noche? —pregunto de repente, cambiando de tema, él asiente—. ¿Cómo harás con Tina? Ella sabe lo de tu lesión y no creo que esté muy de acuerdo en que viajes al extranjero cuando estás herido.

Lo miro fugazmente y está haciendo una mueca. Ja, eso no lo había pensado.

—No le vayas a decir que me iré de viaje al extranjero. Diré que estoy fuera de la ciudad por algunos mandados que me dejaste —alzo una ceja, pero sé que no me ve—. Sé que ella no me va a creer si le digo que viajaré solamente. Tampoco quiero que ella sienta que estoy cambiando, pero es necesario hacer esto...

—Prometo no decir nada y sacar cualquier excusa para cubrirte —lo escuché suspirar—. Debes tener cuidado cuando estés fuera. Los paparazzi te encontrarán y no quiero que tengas problemas con ella por mi culpa.

—Ella se preocupará si me ve irme sin decirle nada —se lamenta—. Lo que hacemos por amor, Günther... Por eso, no agobies tanto a Daphne y dale un poco más de tiempo.

—Qué problema te has buscado por mi culpa —empezamos a reír—. Bueno, una ventaja es que solo Tina y Daphne están muy locas, del resto, todo normal.

—¡Nos van a dejar sin bolas, eso es seguro! —seguimos riendo.

Todo en la vida de nosotros es complicado. Somos unas personas importantes ante los medios de comunicación, pero queremos tener a nuestros seres queridos lejos del ojo público.

Yo quiero proteger a toda costa a Daphne.

Si ella se encuentra en problemas por mi culpa, no sé qué haré.

[...]

Ciudad de México...

Ivan.

—El mundo es un lugar muy pequeño, por lo visto —digo, al ver a Albert, el amigo de Daphne—. ¿Cómo diste con Giotto?

—No es pequeño, solo que tú apareces en donde no te llaman —responde seco—. ¿Qué haces aquí? Daphne...

Niego con la cabeza. Tremendo idiota, tiene como amigo y ella ni lo sabe.

—Estoy aquí por la misma razón que tú. Así que no tengo por qué decirle nada a ella hasta que llegue el momento —admito.

—Yo estoy detrás de Leah, así que no vayas a pensar que voy a traicionar a Daphne. Eso jamás sucederá —responde.

—No sabía que Daphne tenía un protector alemán —interrumpe una persona con acento ruso—. Las personas que estén a favor de ella, son mis amigos. Así que no crucemos la línea entre Leah y el odio que se le puede tener a una persona.

—Ah, ya sé quién eres. ¿Este es el hombre por el que discutían Daphne y tú en la cena de la otra vez? —lo ataco, el aludido cambia su semblante a uno más serio y su gente se empieza a acercar de manera amenazante.

¿Verdaderamente, quién es él?

—Chicos, tranquilos. La calle es peligrosa y ustedes vienen aquí por información —nos explica Giotto—. Nadie tiene por qué dar explicaciones de nada. Todos tendrán su tiempo para hablar y ponerse al día. Sasha está aquí porque fue llamado por mí y Albert es su mano derecha. Eso es todo lo que necesitas saber, Ivan.

—Si la hace llorar, para mí ya no vale—espeto entre dientes, se empieza a reír y pide el maletín que traía uno de sus guardaespaldas—. No me importa el pasado de ese tipo, pero si el presente de Daphne. Toda la información que tengan, es suficiente para mí.

—Para ustedes yo siempre fui el malo —Giotto le entrega unos documentos que sus guardaespaldas le entregaron—. Yo no escogí a mis padres, pero si elegí vivir otra vida fuera de ellos —nos entrega el documento ahora—. Aún no pueden irse, debemos ir al hotel donde me estoy hospedando. Ahí están algunos videos que necesitan ver.

Veo a Giotto, que este asiente. El italiano era anteriormente un mafioso, pero se había retirado para ser un empresario.

—Esos custodios los envió mi familia. No confiamos en los alemanes —me señala, haciéndome reír—. Pronto se aproxima el cumpleaños de tu amigo, será un buen momento para vernos.

—¿Harás acto de presencia en el cumpleaños de alguien que no te quiere? Valórate, amigo —replico molesto—. Para la graduación de Daphne...

—Si mis fuentes no me fallan, la fecha de la graduación es falsa. Ella está moviendo los días para hacerle una humillación a Daphne frente a las cámaras —duda por unos segundos—. Estamos finalizando noviembre, debido a la presión que hemos puesto en ella por cierta información, ella hará el acto pronto y creemos que el problema se presentará en el cumpleaños de Günther.

Miro a Giotto con sorpresa.

—¿Por qué ella puede cambiar las fechas de la graduación de Daphne a su antojo? —pregunta Albert, cierto...—. ¿Ella es la dueña de la universidad en la que estudió Daph? Si eso es así, Leah debe tener mucho poder entonces.

—Te lo pondré de manera simple —contesta Giotto—. Los padres de Leah son socios de la universidad en donde estudia Daphne, pero ella encontró otras maneras de hacerse dueña. Ahora, quiere humillar a Daphne en su graduación y no sabemos cómo hará. Quiere quitarle los lugares que ella considera suyos.

Los tres guardamos silencio, nadie dijo más nada y durante todo el trayecto al hotel solo le informé a Günther ciertas cosas. Sea cual sea la verdad de Leah, ella está dispuesta en hacerle daño a Daphne. No sé si el secreto del contrato será revelado, pero es probable que lo haga y así, Daphne no pueda salir más a la calle sin ser reconocida como tramposa.

Ella podría perder el empleo, Günther la empresa y se vendría a quiebra. Daphne no podría ejercer su profesión y probablemente uno de los dos, deba dejar Alemania.

«No quería que las cosas terminaran así. Cuando perteneces a algo tan importante, tu vida depende de los paparazzi», suspiré ante mis pensamientos.

Ámame si te atreves, jefeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora