Casi me atraganto cuando escucho su respuesta. Joder, que machismo.

Me acerco a Lila, que está sentada en un banco sola con los brazos cruzados y en la carita tiene formado un puchero adorable. Es muy bonita, pero tiene todos sus rasgos entristecidos.

Me pongo en cuclillas en frente suya.

-Lila ¿Verdad? -ella me mira.

-Si, ¿tú cómo te llamas?

-Becky.

-Bonito nombre. -me dice sonrojándose, es adorable.

-Gracias, preciosa. -se sonroja más. -¿Por qué llorabas?

-Lian -supongo que un chico de los de allí- y sus amigos no me dejan jugar al fútbol -se le escapa un pequeño sollozo- y a mi me encanta jugar. Pero como soy una niña no puedo jugar. Sabes Becky, no entiendo porque los niños pueden jugar y las niñas si ¿Que puede diferenciarnos tanto como para que a las niñas nos prohíban eso?

Y esa es la misma pregunta que me hago yo, y todavía no encuentro alguna respuesta coherente.

-No los se, pequeña. -pienso un segundo- Enseguida vuelvo quédate aquí un momento.

Ella asiente y se queda en su misma posición. Me levanto y me dirijo al lado de Luke. Él me sonríe, hasta que empiezo a hablar y se le borra todo rastro de sonrisa.

-No estoy de acuerdo. No estoy de acuerdo en que las niñas tengan que quedarse en sus casas haciendo tareas y los niños puedan jugar. No estoy de acuerdo y no pienso callarme.-le digo a la cara.

-Así funcionan las cosas Becky -responde con los brazos cruzados.

Ya veremos.

-Pues no pienso quedarme en una manada tan machista. Me voy. -digo clara y sin titubear- No pienso tolerar que una niña no pueda jugar, tan solo por qué es una niña. 

-¿Que? -a él se le va a desencajar la cara. 

Tiene el ceño fruncido y teñido de preocupación, sabe bien que lo digo en serio.

-Lo que estás escuchando.

-Joder, Becky, no puedes irte... -dice preocupado.

Parece que Luke todavía no sabe de lo que soy capaz. Además si tengo que largarme de aquí, lo haré, sin dudarlo un segundo. Eso lo decido únicamente yo. Ni él, ni absolutamente nadie. 

-Si que puedo Luke, lo sabes perfectamente. Y lo haré, no dudes un segundo que no cumpliré con lo que estoy diciendo. -mi mirada es ruda, estoy cabreada, muy cabreada. 

¿Qué...qué quieres hacer? -dice frotándose la sien. 

No quiere que me largue, y sinceramente, aunque lo quiera mucho, lo aprovecharé para hacer que esto cambie.

Y ante esa pregunta yo sonrió.

-Lila y yo queremos jugar al fútbol.

-¿Tu también? 

Yo la primera.

-Si. Llevo jugando al fútbol desde que tenía siete años.

-Pero solo hoy o siempre? -pregunta.

¿Pero qué cree que es esto, un capricho de un día? Esto es un puto derecho, y no voy a dejar que él, ni ningún otro nos lo arrebate. A Lila, a mí y a todas las demás chicas. 

-Apartir de ahora o si no me voy, Luke. Y no pienses que volveré. porque no ocurrirá. 

-Joder, Delia. -duda, y lo miro aun más enfadada- Por dios está bien. Esta noche daremos un anuncio ¿Contenta?

Tu mi Alfa, yo tu Luna Where stories live. Discover now