Capítulo 28

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El resto de la semana pasó de manera normal. Hubo dos ataques de akumas, que ya se habían convertido en algo cotidiano, y finalmente llegó el viernes.
Marinette no estaba segura de lo que había hecho, no quería ir a la sesión de cine porque no quería que Luka se hiciese ideas equivocadas. Para arreglar el malentendido, estaba dispuesta a decirle al chico lo que había estado pensando, no podía esperar más, ésto ya había llegado muy lejos.
Empezó a prepararse alrededor de las cinco para llegar puntual a la película y escribió el discurso que le daría al chico. Se puso un vestido rosa pastel y una chaqueta Blanca con diminutas flores, se peinó con sus dos coletas habituales y se puso perfume.

Al llegar a la puerta del establecimiento, Luka estaba en la cola dispuesto a comprar dos entradas para "Amelie". Al ver a la chica, alzó el brazo y saludó con la mano para que le viese. Ella se acercó y se puso al lado de su acompañante.
- ¡Marinette! Te estaba esperando. Tenía muchas ganas de que llegase el día de hoy.
La chica lo miro con asombro y trató de sonreír sinceramente. Aunque pasar tiempo con él le gustaba, no quería hacerlo de ese modo, y por eso le costaba comportarse como con otras personas de la escuela.
- ¿Cómo estás? - Dijo ella. Fue lo primero que le vino a la cabeza.
- Estoy bien. ¿Y tu? Pareces...
- Bien, estoy bien. No me pasa nada. Es que... - Antes de acabar la frase, el chico le cogió de la mano y le besó en la mejilla.
- No te pongas nerviosa. No te voy a juzgar. Se sincera conmigo y todo irá bien.
En ese instante, ambos de quedaron callados y esperaron su turno para comprar las entradas.
Una vez dentro de la sala de cine con las palomitas y las bebidas, se sentaron en sus asientos y esperaron que la película empezase.
- Tengo que decirte, Marinette, que estoy muy contento de que hayas aceptado a venir. El otro día, que pasamos la tarde juntos, me lo pasé muy bien y quería estar más ratos contigo. Me gustaría pedirte algo... - Decía Luka, mientras las luces se apagaban y la pantalla se encendía, recordando que se debían apagar los móviles.
- Yo... También quiero hablar contigo sobre un tema que me preocupa... - Explicó ella. - Pero creo que deberíamos hacerlo cuando acabe la película... Sinó molestaremos a los demás.
- ¡Claro! - Dijo Luka, sonriendo.
Al empezar la primera escena, Luka cogió la mano de Marinette y no la soltó en toda la hora y media que duraba la grabación. Marinette estaba muy nerviosa, prácticamente no prestó atención al largometraje porque estaba demasiado concentrada pensando en qué iba a decirle a Luka y en cómo se lo iba a decir.

Al acabar la película, Marinette, Luka y todas las personas que estaban en la sala se levantaron, empezaron a salir ordenadamente y se dirigieron a la entrada del cine mientras los créditos iban descendiendo por la gran pantalla.
Los jóvenes fueron de los primeros en abandonar el edificio y se dirigieron a la casa de la chica. Ambos iban comentando las escenas que más les habían gustado y sus personajes favoritos. Reían y hablaban muy animados.
- ¡Me lo he pasado genial contigo, Marinette! Eres increíble.
- Gracias, Luka. No era necesario...
- Sí, Marinette, sí que era necesario porque quería proponerte una idea.
- Dime. - Contestó Marinette intrigada.
Luka tardó unos segundos en contestar mientras se humedecía los labios. Entonces, cuando pensó con detenimiento sus palabras, empezó a hablar.
- No sé por donde empezar, Marinette. Me preocupa tu respuesta y no quiero estropear nada... - La chica lo miraba con los ojos como platos. - Desde el primer día que te vi he estado planteándome muchas cosas. Sé que puedo parecer muy intenso a veces, o que hablo demasiado, pero eso es porque cuando me encuentro contigo me pongo nervioso y no sé cómo comportarme. Es por eso que a veces me siento más cómodo con lo que no son palabras, la música o... - y se inclinó hacia la cara de la chica mientras entrecerraba los ojos y se disponía a besarla de nuevo.
- Luka, mira... - le cortó Marinette, apoyado una mano en el torso del chico - llevó desde el otro día pensando en cómo decirte eso. Estaba muy nerviosa, y lo sigo estando, porque no sé cómo decirte lo que pienso sin sentirme mal y que tú también te sientas así.
- Vale, si...
- No, no. Espera. En poco tiempo he pasado por situaciones que me ha costado superar. De hecho, aún las estoy superando, y si tu intención es...
- Lo último que quiero es que te sientas incómoda, Marinette. - le interrumpió. - No quiero forzar nada.
- Lo sé, Luka. Eres un buen chico y de verdad que te aprecio mucho, pero no puedo tener una relación con nadie ahora mismo. No estoy preparada.
- El otro día, yo pensaba que... - se quedó sin palabras, no sabía cómo continuar la frase.
- Si lo dices por el beso... No me lo esperaba ni planeaba que pasase, - dijo - pero lo último que quiero es confundirte.
Pasaron un par de minutos en los que no hablo ninguno. Estaban en silencio, pensando, hasta que Luka pronunció una frase, guiada por los pensamientos veloces que le recorrían la mente cada segundo.
- No me malinterpretes, - empezó - pero, ¿todo esto es por Adrien?
Marinette se quedó perpleja.
- A ver, Luka...
- No te lo tomes mal, es una simple pregunta...
- No, Luka. No es tan simple ni tan banal. Para mí no lo es. No entiendo qué necesidad hay de hablar constantemente de Adrien. No me preguntes por él, por favor. No me preguntes nada. - exclamó Marinette, cansada de que cuando trataba de alejarse del tema solamente le bombardeasen con preguntas.
- Lo siento. No he pensado lo que decía.
- Que va, Luka, que va. No te preocupes, en serio. Yo también siento no hablarte tan bien como querría, pero estoy cansada. Eso es todo.

Cuando creía que Luka iba a volver a decirle algo, la chica vio que Kagami, con la que hacía tiempo que no conversaba, se acercaba por el otro lado de la acera. La japonesa se acercó a la pareja, y viendo que Marinette estaba algo alterada, le propuso ir a dar una vuelta.
- Luka, ¿te importa si te robo a Marinette un rato?
- Tranquila, nos establos despidiendo. - dijo Marinette, antes de que el otro pudiese contestar.
- Yo quería decir una última cosa. - dijo él.
- Siento todo esto, de verdad Luka, pero si sigo hablando del tema la cabeza me va a estallar. Cuando me calme te digo algo, en serio, pero no te preocupes, no estoy enfadada. No pienses eso.
- Vale, Marinette. Como prefieras. Pasadlo bien.

Y mientras una sola lagrima se deslizaba por la mejilla del chico, se alejó y dejó a las dos chicas solas.

Tú eres mi destinoWhere stories live. Discover now