Epílogo

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--Llegamos. --pronunció con emoción la chica rubia, observando con asombro la edificación frente a ella. Habían viajado desde tan lejos y con suma dificultad, que al estar ahí de pie les parecía un sueño a las dos mujeres.

Se escuchó un ligero sollozo, y la rubia se giró para ver a su amiga. Sonrió con ternura al verle llorar, y soltó sus cosas para abrazarle, reconfortándola 》Ya estamos aquí, estaremos bien Elvisa. --la mujer transgénero asintió, limpiando sus lágrimas de felicidad antes de soltarse de su mejor amiga.

--Pensé que jamás llegaríamos. --jadeó, negando con su cabeza antes de aferrarse a las correas de su mochila.

Su mano derecha buscó la de su mejor amiga, una mujer lesbiana, y le sonrió antes de mirar al frente --Vamos Elvisa. --las dos caminaron con una sonrisa, abriendo la pequeña reja para luego llegar a la puerta principal de la casa, una completamente puerta negra con tres diminutos corazones rosados sobre ella. La peli roja fue quien tocó la puerta con su puño al llegar a ella, sonriendo mientras aguardaba.

No pasó mucho cuando fue abierta por un alguien de larga cabellera negra con las puntas grises, con un short cubriendo sus piernas y una gran sudadera con algunos personajes de Pokémon sobre ella. Sus ojos verdes miel observaron a las mujeres, y poco después sonrió con amabilidad --¿En qué podemos ayudarles?

--Ve-venimos de lejos pa-pa-para --Elvisa estaba nerviosa, y luego de tartamudear agachó su rostro avergonzada, y su amiga le animó a continuar con una suave caricia con el pulgar en su mano--, buscamos refugio, y escuchamos que aquí podían dárnoslo.

--¡Claro! Pasen, bienvenidas a La Casa Gay, a La Casa LGBTTTIQA si prefieren. --les dejó pasar, y las chicas rieron emocionadas, entrando al lugar, sintiéndose muchísimo mejor. Prueba de aquello, eran sus grandes sonrisas.

Me presento --les dijo cerrando la puerta, para luego colocarse frente a ellas sin borrar su sonrisa--, soy Rubén, ganador del certamen de belleza de este año en el Pride.

--¡Vi el video! --gritó Elvisa, emocionada-- Fu-fue genial, muchas felicidades, te veías preciosa ¡Precioso!

Rubén rió, llevando sus manos a las puntas de su peluca para jugar un poco con ellas --Gracias, ya me verás el siguiente año, será mi segunda victoria. --las dos mujeres rieron, y siguieron al hombre que entró en lo que parecía ser una sala.

Un pequeño tour primero antes de pasar a la oficina, ¿Cómo se llaman? --preguntó, y Elvisa miró a su amiga esperando que ella respondiese por ambas.

--Nos dicen Melo y Elvisa, bueno, nosotras nos decimos así. --Rubén asintió escuchando, y luego estiró sus brazos, señalando a su alrededor.

--Esta es la sala, contamos con una televisión Smart, y una pequeña librería --apuntó al estante--, también tenemos videojuegos.

--Wow, eso es genial. --sonrió Melo, queriendo acercarse para ver los títulos, pero su mano entrelazada con la de su amiga le impidió ir.

--Pueden estar aquí cuanto deseen, ahora está vacía porque hay pocas personas en casa, pero normalmente los fines de semana hacemos competencias o cosas así --habló. Ella asintieron, y luego de observar con mayor atención, no pasaron por alto ese cuadro en la pared de un hombre joven. Rubén carraspeó, acercándose para pararse al lado del cuadro--. Él es Diego Martínez, fundador de La Casa Gay --explicó--, él junto a su mejor amigo, Samuel de Luque crearon este lugar como un refugio para quienes no tenemos la suerte de ser aceptados en casa. 

--¿Murió? --susurró Elvisa asombrada, notando que la fotografía incluía fecha de nacimiento y de defunción. Le dio bastante pena, se veía muy joven en la foto. Melo le dio un codazo por su pregunta.

La Casa GAYWhere stories live. Discover now