Capítulo Once

794 104 63
                                    

Me pare frente a la puerta de la habitación de Guillermo y, hasta el día de hoy, de David.

Tome aire en mis pulmones antes de tocar la puerta con mis nudillos. No pasaron ni tres segundos cuando la puerta fue abierta por el castaño.

--Buenos días Luzu-- saludó con energía --¿Listo?

Rodeé los ojos, un tanto abrumado por su actitud a tan temprana hora del día.

Todo comenzó cuando, en el desayuno, Rubén apareció con un pintarrón cargado por Miguel. El chico, ahora vestido un tipo disfraz de Mario Bros pero en versión chica, y puta, había dado tareas a cada uno de nosotros.

"Faltan cinco días para el Orgullo Madrid, y tenemos que poner todo de nosotros" dijo en el desayuno, seguido de las razones por las que merecía ser reina. Y a mi me encargó que toda la mañana ayudara a David a prepararse para irse.

Y aquí estaba ahora, mirando como terminaba de hacer sus maletas. Suspiré, antes de hablar --¿Soy yo o a Rubén le urge que te vayas?

Elevó su mirada hasta mí, para sonreír --Es por que no soporta que alguien sea más diva y guapo que él-- me contesto cerrando la primera maleta --, y porque hace medio año me encontró dormido sobre Miguel.

Fue un mal entendido pero jamás me dejó explicarle, es muy celoso como mejor amigo.

Mi ceño se frunció, sin entender lo que decía --¿Te dormiste con Miguel y Rubén se enojo?

Se encogió e hombros --Fue el único que se quiso quedar hasta tarde conmigo viendo un maratón de pelis de Disney, lo use como almohada en el sofá.

Opte por no preguntar más. Pero tal parecía que no le gustaba el silencio.

--Y... ¿Cómo es eso de que estuviste encerrado toda tu vida?-- preguntó cerrando otra maleta.

Le mire un tanto incómodo por la pregunta, y por la confianza con la que se sentó a mi lado --Mi padre descubrió que era gay decidió encerrarme para que así dejara de serlo.

O simplemente para no avergonzarle. Fin de la historia.

No dijo nada. Solo frunció su ceño un par de veces he incluso llegue a pensar que haría preguntas, pero solo calló.

Rascó su rodilla por sobre su pantalón, dirigiendo sus ojos al suelo.

Sonreí un poco para luego hablar --¿Y tú? ¿Cuál es tu historia gay? ¿Vieron que eras demasiado afeminado y te botaron?

Negó con rapidez, regresando su vista a mí --Yo solo escape-- narró --, vivía en un ambiente que me asfixiaba.

 》Mis padres y demás familiares hablaban mal de los homosexuales, les deseaban lo peor y yo decidí jamás decirles. Solamente me fui.

Le escuche con atención, esperando a que continuase su historia trágica --¿Y llegaste aquí? 

--No, llegue a casa de un amigo, Zeus es su nombre-- su mirada se dirigió al suelo, con una pequeña sonrisa --. Me acogió en su hogar por unas semanas, hasta que me dí cuenta que estaba enamorado de él.

  》Hice lo que mejor sabía hacer supongo.

--¿Chillar de felicidad?

Golpeó mi hombro, fingiendo estar molesto pero en seguida soltó una carcajada, contagiándome.

--No, me fui y termine aquí--  botó parte del aire de sus pulmones, regresando sus ojos a los míos --. Todos fueron tan amables al quererme escuchar, y me dieron grandes consejos sobre que hacer.

La Casa GAYWhere stories live. Discover now