Capitulo siete; Cuatro de Julio.

8.5K 590 74
                                    

Que días más largos, chaval, y no estoy de juego. Desde aquella larga semana, literalmente larga, llena de peleas y cosas absurdas, por fin era cuatro de Julio. Era el día que más había estado esperando desde que Luzu mencionó los fuegos artificiales una noche mientras cenábamos todos juntos. ¡Ya era cuatro de Julio y podríamos ir a Santa Mónica! ¿Que si estaba feliz? Buah, eso era poco, estaba a nada de irme yo solito a esperar campante la hora en que comenzara la pirotecnia. ¿Os imagináis un poco? Pues yo si le lo imaginaba y bastante bien; ahí, los cuatro juntos, mirando desde la playa aquel magnifico espectáculo mientras cenábamos o algo similar. Sonaba perfecto… por lo menos sonaba perfecto hasta que escuché a Lana decir que Dayanne iría, y a Samuel agregar a Wendy nos acompañaría. ¡Que me cago en todo, tío, pero no puedo tener más mala suerte en esta vida porque no puedo!

– ¿Podemos ir a cenar primero? –Odiaba su voz, odiaba todo de ella; nunca en mi vida había aborrecido tanto a alguien, pero existía algo en Wen que simplemente la hacía un total contraste de mi. Como el agua y el aceite, o peor.

Eran las cuatro de la tarde más o menos, ya estábamos de camino a Santa Mónica junto con Wendy... y obviamente Dayanne. Me guardaba mis comentarios de esta última. Mientras todos se formaban una amena y linda conversación sobre temas sin importancia yo estaba metido en mi celular como siempre. En esos momentos Twitter era mucho más divertido que ver a las felices parejas (y a Wendy) hablar sobre sus cosas o una que otra actividad que harían al llegar a la playa.

Estaba feliz por la pirotecnia, no era feliz del todo.

No tardamos mucho en llegar a nuestro destino, aunque para mi el viaje había sido lo suficientemente largo como para hacerme sentir incomodo. Tenía una pregunta que no dejaba de rondar en mi mente; ¿Qué acaso Samuel no iba a terminar con ella? Vale,  ¿entonces qué mierda hacía acá? No me caía mal, Dayanne era verdaderamente tierna y buena persona, pero si detestaba tener que ver a la feliz pareja tomada de la mano mientras yo apretaba mi  celular con fuerza intentando no mirar otra cosa que no fuera la pantalla del mismo.

Yo nunca he sido celoso, nunca. Además, no tenía razones “lógicas” para ponerme celoso. Y nuevamente la jodida pregunta de qué mierdas había pensado al pedirle venir a vivir conmigo a LA volvía haciéndose como un clavo siendo martillado en mi cabeza.

Pasaba las veinticuatro horas del día así y eso era totalmente anormal, en serio, ni siquiera podía dormir más de cuatro horas intentando descifrar qué mierda sucedía conmigo, o más bien con Samuel, porque al menos por mi parte ya tenía claro que lo sucedía. “Estas enamorado de tú mejor amigo, Guille” Lo sabía, mi mente no dejaba de repetirlo, pero la cuestión era el qué sucedía con él para que se comportara de una manera tan distante estando tan cerca.

La cena pasó como si yo no estuviera presente ahí, algunos juegos, algunas risas, algunas bromas sin sentido sobre “chinos” que poco que hacían gracia. Habíamos incluso paseado un rato por ahí mirando las luces y los negocios que estaban cerca para pasar el tiempo mientras que la hora de la pirotecnia se aproximaba.

Que mierda de día estaba siendo, joder.

– ¿Guille? ¿Pasa algo? –Era increíble, totalmente increíble. Aquella muchacha que ni siquiera tenía la culpa de lo que sentía estaba ahí a mi lado preocupada por cómo me encontraba; que mierda más grande.

– Estoy bien, Danna. –Contesté con tono suave tras una leve sonrisa a la más bajita sin dejar de mirar al frente. Solo quería seguir mi camino, solo quería que ella volviera con él y me dejara en paz con mi sufrimiento.

– ¿Segurito, segurito? –Insistió. Era tan linda, de verdad, aunque lo más lógico fuera odiarla o al menos tenerle irritar no podía.– Desde que salimos no has dicho mucho… ¿ah?  

En silencio. { Mini-Fanfic | Wigetta }Donde viven las historias. Descúbrelo ahora