❧ Epílogo

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Bienvenidos al epílogo más largo nunca escrito 😂 (no, pero tela). Espero que lo disfrutéis 💟


El amor nunca es fácil. Puede ser bonito, puede ser natural, puede ser de película o de novela; pero difícilmente será fácil, porque las personas somos complicadas y por consecuencia, tendemos a complicarlo todo. 

Yo era muy complicada, quizás demasiado para alguien como Miriam. Y aunque ella me hubiese simplificado bastante, en el buen sentido, mi relación con Miriam también era así: preciosa, pero complicada. Dos personas que se querían, que podían llegar a ser compatibles, pero que tenían detalles en los que trabajar. Y tal vez fuimos tontas y no lo hicimos.

El verano en el que mi hermana nació, Miriam estuvo prácticamente viviendo en Barcelona con mi familia. Miento si digo que no fue uno de los mejores veranos de mi vida. Nos despedimos entre lágrimas en la estación, el día antes de que las clases empezaran de nuevo, pero con un montón de recuerdos creados entre las dos.

La promesa de que un fin de semana yo bajaría a Madrid, y el otro ella subiría a Barcelona, la cumplimos durante el primer año. El verano siguiente ya fue un poco más convulso. Ella no pudo bajar a Barcelona porque estaba con el tema del trabajo de final de grado, y aunque yo pasé unas cuantas semanas en Madrid con mi tía, la mayor parte estuve en Barcelona disfrutando de mi hermanita, que ya empezaba a andar e intentaba pronunciar mi nombre.

Luego vino septiembre de nuevo, y con él volvió Mimi de la China. Para mi sorpresa, se instaló en Barcelona, porque era dónde le habían dado trabajo. Había vuelto con una mentalidad muy distinta, mucho más "zen", que decía yo. Más madura. Pasábamos todo el tiempo que nuestros horarios nos permitían juntas, y eso no sentó nada bien a Miriam, que cada vez que yo no podía bajar a Madrid o tardaba en llamarla, se lo atribuía a Mimi.

Mediante Aitana, me enteré de que Héctor volvía a rondar a Miriam. Se ve que había cortado con su novia y que algún día había intentado quedar con Miriam, aunque su respuesta había sido negativa. En realidad Aiti daba por hecho que yo ya lo sabía, y por eso me lo soltó tal cual, un día, mientras hacíamos video llamada. Me sentó fatal que Miriam no me hubiera contado nada, por mucho que no hubiesen llegado a quedar.

Y a partir de ese punto, con las desconfianzas de una y la otra, terminamos por descuidar un poco la relación. Vernos menos, vernos rápido; llamadas cortas e interrumpidas porque siempre había algo que hacer y que no involucraba a la otra. 

Y al final, lo inevitable: lo acabamos dejando, alegando que seríamos amigas y que siempre estaríamos allí, la una para la otra.

Y eso tampoco era del todo mentira, porque Miriam sabía que si me necesitaba estaría allí; y yo sabía que Miriam, lo daría todo por mí. Pero como he dicho antes, las personas somos complicadas, y no hace falta que diga que siempre que bajaba a visitar a mi tía, evitaba encontrarme con Miriam. 

Como la relación entre Noe y mi madre también había mejorado, muchas veces era Noe la que subía a Barcelona, y por eso, poco a poco, y a pesar de mantener siempre el contacto con Aitana, Ricky y Alfred; cada vez bajé menos al pueblo.

Cuando estaba cursando tercero de carrera, Aitana me anunció algo que no me sorprendía: Miriam, una vez más, estaba con Héctor. Si ella me había contado eso, yo interpreté que tampoco habría tardado en decirle a su prima, que hacía un par de meses que yo salía con Mimi.

Supongo que al final, las dos habíamos "acabado" con las personas que parecía que más se amoldaban a nuestra vida y a nuestros planes de futuro. Por eso es que, aunque al principio me dolió, comprendí que eso era lo más natural. Quizás era lo correcto.

Que lo bueno está por llegar 🦋 || WARIAMWhere stories live. Discover now