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Los minutos pasaban y, cada vez que miraba el reloj, me ponía más nerviosa. En realidad, en todo eso me había metido yo sola; tenía que apechugar con lo que se viniera.

Por la tarde había ido a casa de Miriam para dejarle los regalos de Navidad que le había comprado. Se los había dejado a su madre, para que el día siguiente Miriam se los encontrase debajo del árbol de Navidad. En aquél momento, Miriam estaba fuera con Efrén, así que todo salió genial.

Un par de días antes, le había comentado a Miriam que prefería que no viniese a cenar, porque estaríamos Noe y yo solas, y no quería que se perdiera su cena familiar solo para estar con nosotras. Ella insistió en venir, e incluso nos invitó a su casa, pero le dije que eso sería "abusar de su hospitalidad". 

Sufrí un poco pensando en que en cualquier momento Noe se podría encontrar con algún familiar de Miriam y quedarse perpleja de que sacaran el tema, porque realmente, mi tía seguía pensando que la leona pasaría la Nochebuena con nosotras dos.

Miriam 🦁

Vamos a empezar a cenar

Estás segura que no queréis venir?

Última oportunidad

Jajaja

Ana

Seguro amor

Disfruta muchísimo

Dales besitos a todos de mi parte 😘


Dejé el móvil sobre mi mesita de noche y caminé hacia el espejo de cuerpo entero. Me había arreglado bastante, con un vestido rojo apretado de la parte de arriba y que tenía un poco de vuelo a partir de la cintura. Yo no era mucho de vestidos, pero sabía que a mi padre le gustaba mucho que me los pusiera porque le recordaba cuando era más pequeña y literalmente vivía en ellos. También me había hecho unas ondas suaves en el pelo y me había maquillado a conciencia.

Escuché la vibración en mi móvil y me di la vuelta para leer la notificación.


Papi

Cariño

Llego en diez minutos


Mi padre pasaría la Nochebuena en un hotel solo para poder pasar unas horas conmigo, aunque mi plan era que si todo salía bien, mañana lo invitaríamos a la comida de Navidad también. Aunque eso quizás era soñar demasiado. Al fin y al cabo había montado una encerrona que no sabía que resultados tendría.

Abrí la puerta de mi habitación y pude oler la deliciosa comida que Noe había cocinado. A pesar de que no cocinaba mucho, cuando lo hacía, se superaba. 

Suspiré y bajé las escaleras, entrando directamente al salón.

—¡NOE! —grité emocionada.

El salón no tenía para nada el aspecto de la última vez que lo había visto cuando hacía un par de horas, cuando había subido para ducharme y arreglarme para la cena: había un árbol de navidad enorme y que no era de plástico, con sus luces, sus decoraciones; y cuando me acerqué a verlo, vi que en algunas ramas había colgadas fotos de Miriam y yo, enmarcadas en pequeños accesorios de madera. ¿Eso era cosa de Miri? 

Me di la vuelta para darme cuenta que además, había velas y diferentes tipos de decoraciones navideñas, que parecían muy refinadas, el punto justo para que Noe aceptara a tenerlas en su salón. Miré a mi tía, que estaba apoyada en el marco de la puerta observándome y grabándome con el móvil.

Que lo bueno está por llegar 🦋 || WARIAMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora