09 || normal

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—Ya estoy terminando, espera cinco minutos, ¿vale?

—No te preocupes.

Había estado varias veces en el Genius Lab, el estudio de Yoongi en la sede de la discográfica Big Hit Entertainment, sin embargo, este nunca dejaba de sorprenderme y no llegaba a entender como una simple habitación podría resultarme tan impresionante y, a la vez, intimidante. 

Desde la primera vez que Yoongi me dijo que subiera a su estudio porque estaba lloviendo fuera, teniendo que ir él a recogerme a recepción pues, por mucho que le dijera al hombre de dos metros de alto de seguridad que era amiga de Min Suga, este no se retractaba en su postura tachándome de ser una fan que intentaba violar la privacidad de los chicos, hasta que conseguimos resolver todo y fuimos al habitáculo, el cual desde que puse un pie dentro consiguió generarme cierto respeto que se mantendría por mucho tiempo. Cada vez que entraba lo único que hacía era dejar mi bolso a un lado y sentarme en el sofá de cuero negro junto a la puerta intentando no tocar nada, limitándome a observar cada detalle pues estaba segura que en ese lugar una simple hoja de papel arrugada podría tener el siguiente número uno en éxitos.

Así que allí me encontraba, mirando como Yoongi trabajaba como siempre y lo cierto es que ese chico nunca paraba de pensar en ello. Incluso cuando estábamos en un simple restaurante o en mi casa de pronto, aunque estuviéramos en mitad de una conversación, abría en su teléfono móvil la aplicación de notas y escribía algo rápido que nunca conseguía ver mas, por experiencia de tantos años conociéndole, estaba segura que lo que apuntaba era alguna idea para la letra de una canción o algo así a sabiendas de que este hábito lo llevaba haciendo desde que tenía trece años.

Sin embargo, como en aquel entonces, nunca le preguntaba qué era lo que se le había ocurrido.

Aunque lo cierto es que en muchas ocasiones tenía la duda de si se trataría de mí lo que había puesto en su bloc de notas o en algo completamente irrelevante que se le había pasado por la cabeza, siendo esto último lo más probable ya que no me imaginaba a mí misma encontrándome en las letras de sus canciones pues, cada día que pasaba, más segura estaba de que Yoongi solo me quería de nuevo en su vida como amiga.

Y lo cierto es que lo aceptaba completamente pues, aunque hubiera generado sentimientos románticos hacia Yoongi de nuevo en estos tres meses, no tenía la más mínima intención de ser otra vez su pareja ya que a pesar de que no hubiera cambiado de personalidad aún estaba el gran hecho de que era un idol.

No podría aguantar tener de novio a alguien que se fuera cada dos por tres de gira a otros países durante más de un mes, ni podría soportar el sentirme observada cada vez que saliera a hacer cualquier cosa por ser "la novia de" ya que, si bien es cierto que las parejas de los artistas no reciben tanto reconocimiento, aún así suelen ser el punto de mira de fans celosos y obsesionados, y yo ya había tenido una pequeña dosis de aquello cuando semanas atrás alguien había tomado fotos mías con Yoongi por la calle. 

Básicamente, por mucho que me gustara Yoongi, él estaba jugando en otra liga a la que yo no quería aspirar por lo que me limitaba a esperar a que ese encaprichamiento tonto desapareciera y pudiera sacar a Min Yoongi de una vez por todas de mi cabeza para siempre. 

—¿En qué estás pensando?

La voz profunda de Yoongi me sacó de mis pensamientos, dándome cuenta de que se había volteado en su silla de escritorio y tenía la mirada posada en mí esperando pacientemente una respuesta. 

—Nada, es solo que estoy cansada —mentí, sacudiendo mi cabeza para despejarme y disipar todo de mi mente—. ¿Has terminado ya?

—Más o menos, pero no puedo concentrarme contigo aquí —dijo con tranquilidad, y yo alcé las cejas en respuesta sorprendida—. No quiero decir que me molestes, es que pienso más en terminar de una vez para no aburrirte e irnos que en la producción.

—No pasa nada, estoy bien —le tranquilicé, enseñándole las palmas de mis manos como un ladrón ante la policía pretendiendo ser inocente—. De todas formas, hoy no me apetece ir a ninguna parte.

Era domingo y yo no trabajaba pero, en cambio, él sí y era por esto que había ido al edificio de su discográfica a esperarlo hasta que terminara y así poder ir ambos a ver una película al cine como habíamos acordado el día de antes, aunque en aquellos momentos ya no tenía ni la más mínima gana de ir pese a que yo había propuesto el plan.

Yoongi se relamió el labio inferior, pensativo, y después se acercó a mí impulsando su silla hasta estar frente a frente conmigo, escudriñando mi rostro de arriba abajo sin decir nada logrando no solo sonrojarme sino conseguir formarme también una presión fuerte en el pecho por sentir su mirada intimidante sobre mí.

—¿Pasa algo? —preguntó, buscando encontrar sus ojos rasgados con los míos pues permanecía cabizbaja, completamente incapaz de verlo desde tan cerca—. Yeri...

Finalmente alcé el rostro topándome de sopetón con el suyo a centímetros del mío pues, sin yo darme cuenta, se había encorvado sobre mí para verme mejor mientras había permanecido con la cabeza agacha y ahora, desde esa corta distancia, casi podía notar su cálida respiración impactando contra mi piel hasta erizarla. Hacía años que no lo tenía tan cerca y, muda, no pude responder con palabras así que me limité a negar levemente para después permanecer allí sin que ninguno de los dos se moviera, batiéndonos en una guerra de miradas que me estaba derritiendo.

—Es solo que... —susurré, como si al subir el tono de voz todo se fuera a venir abajo—, no quiero ir a ningún sitio. Pero todo va bien.

—¿Todo va bien? —dijo con voz áspera, intercalando esta vez su profunda mirada entre mis ojos y mis labios mientras se mordía el suyo, haciéndome sentir como si el corazón se me fuera a salir por la boca.

—Sí.

Tras mi veredicto final y, sin saber si era por mi culpa o por la suya, comencé a notar como nuestros rostros estaban cada vez más y más cerca acortando la poca distancia entre nosotros a medida que, paralelamente, Yoongi entrecerraba sus ojos castaños e inclinaba levemente su rostro hacia un lado hasta que pronto las puntas de nuestras narices se rozaron con delicadeza y timidez como si fueran los imanes más fuertes del universo destinados a unirse.

Sin embargo, el estruendoso sonido de un timbre nos hizo sobresaltar a ambos separándonos al instante, consiguiendo que Yoongi incluso se levantara de golpe de su silla y fuera a una velocidad absurdamente rápida hacia la puerta del estudio mientras yo permanecía en el sillón, sin entender qué acababa de pasar un instante antes de que por el marco de la puerta apareciera un chico un poco más alto que Yoongi.

Al parecer este era Jungkook, un chico bastante atractivo y en buena forma de cabello castaño a la par que sus ojos, y había venido porque estaba grabando un vídeo con su cámara Canon aunque, al verme allí, la apagó y dijo que volvería en otro momento pues comprendió que no podría salir yo.

Sin embargo, me adelanté y me levanté del sillón, diciéndoles a ambos que debía irme porque era tarde. Así que recogí mi bolso del suelo y, en un abrir y cerrar de ojos, ya estaba fuera del edificio con la cabeza dándome vueltas y soltando toda la respiración que, sin darme cuenta, había retenido.

¿Cómo se suponía que iba a seguir pretendiendo que nada pasaba ahora?


first love❞ || min yoongi [SUGA]Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin