DIOSA DOMADORA ©

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Capítulo 1

El terreno principal por donde había bajado era desolado, pero adentrándonos en lo que creí era una puerta normal de madera había un gran bosque que a simple vista parecía tenebroso, sus ramas dando formas humanoides que me atemorizaron al instante de verlos. Pero, esas enormes ramas rodeaban todo un enorme castillo. A la lejanía parecía brillar, sus paredes blancas y techos en forma de cúpulas o con punta los hacían ver imponente, un rascacielos que tocaba las nubes, sus adornos eran naturales y parecían ser de una eterna primavera. Era la perfecta entrada a un mundo de fantasía.

Mi madre me dijo que el bosque que rodeaba el enorme monumento estaba encantado, seres puros lo habitaban, además de ser un camuflaje perfecto. Las personas que iban con buenas intenciones, eran ayudadas por esos seres. Nadie sabe qué le pasa a los que no vienen con el corazón limpio.

El edificio se alzaba frente a mí, era hermoso y al mismo tiempo tenebroso. Al principio creí que sería un simple edificio, pero me equivoqué, ese lugar parecía un Palacio.

Lo único que se veían eran los enormes ventanales con soportes que le daban más elegancia. En realidad no parecía academia, sino un palacio de un rey. La enorme puerta de metal estaba escondida por un arco y techo que en sus esquinas tenía cuatro símbolos en triangulo que rápidamente identifique como los de la naturaleza. Un techo de color gris, las paredes de un blanco como las nubes. Pero aun así, se veía empoderado.

El hombre que me acompañaba me guió dentro del lugar. Sus pasillos se veían desérticos, pero de las paredes escurría una flama, una que identifique como energía, ya que era parecida a la que desprendían mis manos cuando utilizaba mis poderes. Habíamos llegado -después de caminar minutos en silencio- a un corredor lleno de puertas que creía eran de mármol por verse tan realistas como una pared. Me dio unas indicaciones y reglas para después irse y dejarme.

La puerta que con un solo toque mío se abrió, dio vista a una habitación era elegante, nada extravagante, tenía lo necesario; Un baño, una cama, un escritorio, un armario, un bello balcón y, claro, no puede faltar el espejo y un mueble para cosas más pequeñas. Todo era tal como me gustaba, además, era de un cafés oscuro con toques de color carmín y negro.

Era mi primer día en esta Academia. Según mi madre, aquí aprendería a despertar mis poderes, lo que ella no sabe es que ya los desperté y, que me tocó mentir desde hace varios años. Además podría pertenecer a un grupo o mejor conocido como fraternidad, algo parecido a una Universidad humana; todos estaban divididos por medio de sus poderes o elementos, como se les llama. Los que controlan el elemento agua, otros el elemento tierra, el fuego y el viento. Cada uno estaba dividido por su poder elemental.

La Academia Belli Omnium, te entrena para poder controlar tus poderes y también domar criaturas. Las criaturas de este lugar son salvajes, pero dicen que puedes Domarlas si eres el correcto. Esta Academia tiene un programa un tanto extraño y, sus asignaturas lo son aún más.

Como no tengo una fraternidad a la cual pertenecer, tendré que asistir a todas las asignaturas. Empezando por las teóricas, hasta terminar con las prácticas. Será duro adaptarme, ya que soy la única chica de 19 años que aún no sabe nada de este lugar y que se acaba de integrar. Es extraño que diga que aquí te enseñan a controlar tu poder, cuando yo ya lo domino a la perfección.

Desde hace tres años descubrí que tengo poderes, nadie lo sabe. Incluso con mi doble vida, nadie sabía de estos, llegue a pensar que era bruja. Hubo un momento en el que me desespere y no me reconocía. Pero entonces, supe que tenía que adaptarme y saber controlarlos, saber que ellos no me controlaban, lo hacía yo.

Al pasar el tiempo los controle, pero seguía sin saber porque los tenía. Dejé pasar esa pequeña pregunta y me concentre en mi vida o, mi doble vida. Pero eso es algo que no quiero recordar.