↪⚫27》CASTIGO⚫↩

45 5 1
                                    

Bueno, las cosas no salieron tal y como lo planee. Me adelante tanto a los hechos que olvide por un segundo que no podía usar mis habilidades. Entonces, cuando Silvan cayó en picado mis poderes del aire no pudieron salvarlo, el chiste era darle un simple susto. Termino en lesiones de segundo grado, como un hombro dislocado, una pierna rota, fractura en las costillas. 

Unax sirvió de ayuda, de lo contrario el estúpido niño hubiera muerto en el acto. Bueno, pequeños deslices, errores mínimos.

—Esto es el colmo... Acacia, tus disturbios en esta Academia están creciendo a niveles que sería imposible controlar para una Academia normal —La mujer frente a mi fruncia las cejas y acariciaba con los dedos su frente, ciertamente debe estar estresada la pobre mujer—. Intentar asesinar a un estudiante, futuro rey, príncipe del reino del fuego. Tus acciones...

—¿Cuál será mi castigo?

Interrumpí su monologo, así mismo me observo sin entender mis palabras. —¿Castigo? ¿Es eso lo que has estado esperando desde que entraste?

—Recibir el mismo sermón todo el tiempo aburre directora —Deje de jugar con la pluma de su escritorio y me enderece en la silla—. Solo deme mi castigo y podre irme en paz.

—¿Que? No —Desconcertada, enojada y estresada fue capaz de dictaminar sus siguientes palabras—. Serás enviada junto a Silvan al reino de Erysipilas, el reino de las llamas heredado por la diosa Hestia —El sueño en mi sistema junto con mi pereza se espantó—. Tu deber será servir al príncipe en su recuperación. Tu estadía sea temporal mientras su alteza reposa. Serás nombrada su sirvienta principal.

—¿Que yo que?

—Empaca tus cosas —Su rostro ya no parecía tan cansado como hace segundos. me coloque de pie aun boquiabierta, no imagine llegar a este extremo—. Partirán en la mañana.

—¡Directora!

—¡Querías un castigo ¿no?! —Ella por igual se levantó de su escritorio y me observo enojadísima, esto me recordó al pleito con Manish— Ahí lo tienes, ahora retírate a tus aposentos señorita.

Aprete la quijada y salí de ahí dando un portazo. 

Esto no podía estar peor, si me iba de la Academia estaba más que asegurado que no vería a mi madre en lo que quedaban de mis castigos. Ahora tengo el peor del siglo. Cuidar de un egocéntrico y narcisista hombre, empeora todo que sea un príncipe.

Salir de este embrollo me será difícil, si fuera en la academia su cuidado no habría problema. Pero tiene que regresar a su reino. Cosa que me parece muy dramático. Sus lesiones pueden sanar aquí, los cuidados de la academia no son malos. A menos que ese idiota haya deseado irse.

Eso pudo haber pasado, tal vez solo deba convencer al principito de recuperarse aquí. Pero pueda que no quiera ni verme después del accidente que le cause. Esto se me está saliendo de las manos y todo por mi bocotá.

—Demonios.

Cerré la puerta de mi habitación con otro portazo.

—Felicidades Acacia —Salte en mi lugar, gire para encontrarme de nuevo con la cabeza flotante de Manish—. Lograste lo que nadie ha podido.

—¿Un castigo peor que las torturas?

—Servir a un futuro rey regente. La mayoría de los sirvientes no tienen privilegios como los que te acaban de otorgar —Su cabecita flotaba por toda mi habitación, pero el tono era serio—. Es el momento Acacia —Voló hasta estar frente a mi rostro—. La academia graduara a sus estudiantes luego de los juegos, no estarán presentes en dos meses, pero cuando vuelvan la graduación estará a la vuelta de la esquina.

DIOSA DOMADORA ©Where stories live. Discover now