↪⚫23》BUSQUEDA⚫↩

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La mañana llego con sorpresas. Había olvidado lo que era despertar por la bocina de los autos y los gritos de las personas. Admito que tuve que ir por unas cosas, comida, ropa, cosas sencillas. Para cuando regresa traía conmigo el desayuno. Y su alteza real apenas despertaba del sueño embellecedor.

—¿Acacia?

—Buenos días —Restregaba sus ojos al mismo tiempo que levantaba su torso de la cama—. El desayuno.

Deje la bolsa con la comida en la mesita del centro. Encendí la televisión por nuevas noticias y tome mi teléfono para revisar si había algún mensaje del encargo, lo traje a escondidas, sabía que podía servirme.

—¿Qué es esto? —Preguntó al abrir la bolsa de plástico.  Supongo que ver comida chatarra es nuevo para el. A menos que no sepan cómo se cocina un delicioso pollo—. Es tan —Había tomado una pieza, mordiendo la pierna de pollo—... delicioso, divino. Parece que fue creador por un dios.

—No exageres, es solo pollo frito.

Rodé mi ojos. Luego yo también tomé una pieza e inicie a comer. Creo que lo que más extraño de este mundo -ademas de mi madre- es la comida chatarra. Sus exquisiteces superar todos mi estándares, sobre todo cuando se trata de la comida en Urbi Vitae. Ese lugar necesita conocer la comida terrestre.

Mi teléfono sonó por una notificación. La tomé, solo para darme cuenta que era la noticia que esperaba. Apague el televisor y preste total atención al mensaje.

—Llego la respuesta de Aren.

—¿Quien?

—El tipo de ayer —Sus mejillas estaba atascadas de pollo, apenas y entendí lo que dijo—. Fueron rápidos. Dicen que vieron a una chica con las mismas características de Leíza.

—¿Donde?

—En el Zoológico de Wellington —Supongo que tiene sentido. La chica ama los animales tiernos. Eso creo—. Al parecer se la pasa viendo a todos los animales y dándoles demasiada comida.

—Si es de esta debe ser la gloria —Por un instante imagine el peor escenario en mi cabeza—... ¿Hay mas? ¿Y como llegaremos ahí si no podemos utilizar nuestros poderes?

—Lo haremos como cualquier otro humano se transporta en este mundo —Su rostro de inocencia me hizo reír—. Robaremos un vehículo.

Teníamos una misión. El mundo podía vivir sin un vehículo menos.

El viento nos pegaba en el rostro, los autos a nuestro alrededor pasaban tan rápido sin dar tiempo a verlos claramente, eran solo un borrón. Tras mía, sujetando mi cintura como su la vida se fuera en ello, el chico tierra sentía que moriría en cualquier momento. Y no lo culpo, la velocidad superaba con creces los 150.

—Crei que te referías a algo mas cómodo y... lujoso.

—¿Bromeas? —Entre gritos por el aire nos comunicamos—. Es una reliquia, cualquiera quisiera tener una Yamaha R1.

—Claro —Acelere, sentí su agarre aplastando mi abdomen—... si tu lo dices.

¿Como podía tenerle miedo s una motocicleta y no a un dragón que podría aplastarte con solo pisaste? Estas personas son extrañas.

—Sujétate.

No le pregunté. Simplemente aceleré a fondo. Había olvidado lo bien que se sentía.

Llegando al zoológico entramos corriendo. Pero me detuve en la entrada al recordar que sólo éramos dos y este lugar era un poco grande. ¿Por donde iniciamos a buscar?

DIOSA DOMADORA ©Where stories live. Discover now