¿Que pasa cuando tú supuesta compañera de piso resulta ser en realidad un sexy, motero e irresistible chico molón? ¿Y que pasa si ese chico se encapricha contigo a pesar de saber que tú tienes novio? ¿Y si surgen las dudas?
El primer año de univers...
Aún no asimilaba lo que tan solo unos días anteriores había pasado en el pueblo de Emma. Era un hombre completamente diferente, mucho más feliz que antes. Parecía que vivía en uno de esos anuncios de pañales para bebés en los cuales se ven a un montón de niños con alas de ángel sobre una enorme nube.
Emma apenas hablaba del tema, supongo que por que se sentiría culpable por todo lo ocurrido. Aún así creo que no debería presionarla, estoy convencido de que aún siente cosas por Nico. Lo cual era bastante normal teniendo en cuenta que él había estado desde siempre y para absolutamente todo. Ella le amaba, como amigo o como novio.
¡Por Dios!, ¡Si incluso a mi me caía bien Nico!. Si fuese una tía no dudaría ni unos segundos en ir a sus brazos. A veces siento lastima por él, no se merece todo esto pero, ¿no dicen que uno no elige de quien se enamora?, pues eso justamente me ha pasado a mi. Estaba hasta las trancas por una rarita rubia con novio que vive en un pequeño pueblo y es rica aunque no lo admita.
Emma estaba decidida a hablar con Nico, es por esto que no me extrañó que al siguiente fin de semana Nico se presentase en la puerta de nuestro piso. Estaba tan sonriente como siempre, alargó la mano para estrechármela y saludó a Emma con un beso en la frente.
He de admitir que estuve pensando en marcharme ese fin de semana, pero no podía. No iba a huir de mis problemas como si nada, de echo, iba a afrontarlos.
-Emma, ¿te importa que vallamos a tu cuarto?- preguntó Nico.
-Claro que no- respondió Emma desconcertada.
Y así fue, los dos caminaron hacia el cuarto de Emma. Me imaginaba que en unos segundos Nico saldría de esa habitación echo una furia y maldiciéndome a toda costa en cualquiera de los idiomas que sabía hablar a la perfección.
Sin embargo lo que pasó fue justo lo contrario. A los pocos segundos de que los dos entrasen en la habitación un enorme grito se escuchó en la habitación. En principio supuse que ese escándalo sería causado por el disgusto de Nico tras enterarse de la desgracia, pero al poco tiempo descubrí que se trataba del llanto desconsolado de Emma.
No podía estarme quieto, así que me armé de valor y con decisión entre a la habitación.
Lo que ví fue desgarrador.
Emma estaba en el suelo, sin parar de gritar, apoyada sobre el pecho de Nico dandole puñetazos. Nico me miró con una mirada totalmente desolada, con sus ojos claros rojos, aguantándose las lágrimas, y con una media sonrisa me dijo:
-No te preocupes Dani, no pasa nada.
Nico volvió a mirar a Emma, la cual no podía ni mirarle a la cara, mientras acariciaba su suave y rubio pelo intentando tranquilizarla. Cerré la puerta con cautela, intentando asimilar lo que acababa de ver. Fui al salón y me tumbé en el sofá esperando a que alguno de los dos salieran, pero no fue así.
Pasaron horas y lo único que se seguía escuchando era el llanto de Emma, que no cesaba. ¿Le habría engañado él a ella? ¿Que pasaba en esa habitación?
De repente la puerta se abrió, pero solo salió Nico.
-¿Que pasa?- pregunté levantándome del sofá.
-Creo que es mejor que ella te lo cuente- dijo entre suspiros- hoy dormiré en un hostal de aquí al lado, creo que es lo mejor para que ella pueda pensar tranquilamente y calmarse. Por favor llévale algo de comida aunque diga que no quiera e intenta que se sienta algo mejor.
-Haré lo que pueda.
-Gracias, amigo- dijo mientras posaba su mano en mi hombro.
Y así, sin más, salió del piso.
Me eche las manos ala cabeza intentando ordenar en mi mente lo que acababa de pasar. Aún no sabía que habría podido ser, pero algo bastante grave. Aún escuchaba a Emma llorar en su cuarto, y no creo que Nico hubiese sido capaz de hacerle daño a posta.
Hundido en mis pensamientos, decidí entrar en el cuarto de Emma. Ella estaba sobre la cama sentada con su espalda apoyada en la pared y sus brazos rodeando sus rodillas. Tenía la cabeza completamente sumergida entre sus rodillas.
Cuando me vio entrar subió la vista para mirarme y me tendió la mano para que me sentase junto a ella. Tenía la cara hinchada y roja de haber llorado durante tantas horas.
Los primeros minutos junto a ella me limite a abrazarla y cuando se tranquilizó por fin me atreví a preguntarle.
-¿Que ha pasado Emma?
Ella no me respondió inmediatamente, seguía demasiado triste. Se mordió el labio conteniendo sus lágrimas que irremediablemente caían sobre sus rosadas e hinchadas mejillas.
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-Nico se muere Dani, tiene cáncer y no le quedan más de tres semanas- dijo apretando fuerte mi mano- y yo mientras me he limitado a pasar el tiempo con otro chico, sin poder hacer nada por él.
-No ha sido culpa tuya...
-Quizás no lo sea- dijo interrumpiéndome- Pero mientras él se estaba muriendo en Barcelona yo he pasado uno de los fines de semana más increíbles de mi vida con otro chico, con mi compañero de piso- suspiró- yo... No sé que voy a hacer sin él Dani- dijo echándose las manos a la cabeza- No lo sé...
-Ey Emma, relájate, todo irá bien. Te lo prometo. Pase lo que pase no estarás sola.
Y así sin más los dos nos acurrucamos en su cama hasta quedarnos dormidos, o al menos intentarlo, por que yo simplemente no podía parar de pensar en que Nico estaba a punto de morir y ni yo, ni Emma, ni nadie podíamos impedirlo.
