Capitulo 9 - Fin de semana.

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SÁBADO

Acababa de sonar el despertador, así que me incorporé lo más rápido que pude para apagarlo. Por desgracia no me acordé del dolor que aún sentía en la barriga, por lo que me acosté de nuevo enseguida sin conseguir quedarme dormida.

El día anterior había sido perfecto, todo salió a pedir de boca. Dani se comportó como un autentico caballero al seguir mis indicaciones frente a Nico a pesar de la incomoda noche que pasamos tras mis desafortunados golpes en la fiesta.

Nico aún estaba dormido, así que me levanté intentando no hacer ruido y fui de puntillas a la cocina, donde estaba Dani desayunando con unos pantalones azules marinos holgados de pijama y una camiseta muy estrecha. Vaya vistas. Podía notar cada uno de sus abdominales marcados a la perfección a pesar de su intento por cubrirse con esa horrible camiseta. No tenía nada que envidiarle a la famosa escultura del ''David de Miguel Ángel''.

En cuanto me vio llegar se giró hacia mí para sí poderme mirar bien a la cara.

-Emma tenemos que hablar- dijo seriamente en cuanto se percató de mi presencia.

-Buenos días Dani, ¿de que quieres que hablemos?- contesté mientras me acercaba a la despensa y me ponía de puntillas para alcanzar el colacao y así poderme hacer el desayuno.

-Verás, es que no se como decirlo... le he estado dando vueltas a la cabeza durante este tiempo y creo...

-Dani, suéltalo ya, no soporto a la gente que se anda con rodeos.

-Me gustas- contestó tajante.

Me quede quieta. En shock. No podía moverme. Mi mente procesaba información a una rápida velocidad, pero mi cuerpo no podía responder. Ni siquiera parpadeaba. ¿Le gustaba a Dani?, ¿Desde cuando?, ¿Que cojones estaba pasando?...

-Emma, ¿estas bien?- me preguntó arqueando una ceja.

Pero no respondí, seguí en mi quieta postura. Parada como una completa idiota-estúpida. Sentí unos pasos justo detrás de mi. De repente un enorme calor procedente de mi espalda comenzó a envolverme. Podía sentir sus abdominales en mi espalda, su respiración en mi cuello. Estaba muy pegado a mi espalda. Posó su dedo sobre mi hombro, con ternura, y poco a poco fue bajándolo en un suave y sensual movimiento hasta llegar a rozar mi mano.

Cuando por fin cogió mi mano estiró fuertemente de ella y giró mi cuerpo en un brusco movimiento

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Cuando por fin cogió mi mano estiró fuertemente de ella y giró mi cuerpo en un brusco movimiento. Ahora estábamos cara a cara, aliento con aliento. Me retiró el pelo de la cara con un suave movimiento y me miró fijamente a los ojos.

-Mírame a los ojos y dime que no sientes lo mismo por mi- me susurró.

Seguía sin poder contestar. Dani me estaba poniendo muy nerviosa y no sabía como reaccionar. Podía notar el latido de mi propio corazón a 20000 km por hora. El comenzó a acercarse a mi boca lentamente, y yo no lo impedí. Jugueteaba suavemente con la comisura de mis labios sin llegar a besarme, y entonces... la puerta de mi dormitorio se escuchó.

BAJO SU CAMISADonde viven las historias. Descúbrelo ahora