Capítulo 12. Sombra

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Katherine Weber

Permanecí con los ojos cerrados por un largo tiempo más, estaba despierta y seguramente los presentes en la habitación lo sabían. La cabeza me estallaba, no quería tener que lidiar con el dolor pero tuve que hacerlo, necesitaba saber que había pasado con Él o Ella. Comencé a abrir los parpados y la luz extremadamente blanquecina de los pequeños focos del techo me encandilaban tanto que parpadee para aguantar la intensidad, relucían tanto que hasta llegue a creer que estaban encima de mi cara pero no, solo lo percibí así por unos cuantos segundos.

Tuve una vista más clara y detallada de lo que estaba pasando, identifique la habitación de hospital junto con el olor a desinfectante y plástico (de los tubos que conectaban aire a mi cuerpo) Perdida y desorientada, me incorporé para ver quien  murmuraba a mi lado, me encontré con Nora sentada cerca del borde de la camilla, hablaba por teléfono con la cabeza agachada y al parecer no se había percatado de que había despertado si no fuese porque al intentar levantarme la cama rechinó y ella se volvió hacia a mí.

Su boca se abrió completamente y le murmuró a quien estaba del otro lado de la línea algo que no logré escuchar y después colgó.

—Katherine, ¿Cómo te sientes? —apresurada se levantó y camino hacia a mí con ese gesto afectuoso de acariciarme el cabello, siempre me trataba como a una niña pequeña.

Traté de aclarar mis ideas para poder responderle, todo era tan confuso pues tenía que hacerme a la idea de que había estado veinte  horas en trabajo de parto y que  después de muchísimo tiempo no pude dilatarme lo suficiente, además descubrieron que mi embarazo era muy prematuro por lo que decidieron hacerme una cesárea de emergencia.

Eso explicaba el dolor de cabeza, estaba tan drogada por los analgésicos que llegó a tal punto de marearme y provocarme migraña.

—Estoy bien —le aseguré con una sonrisa a medias apenas visible, mi mente estaba enfocada en otra cosa que en mi propio bienestar. Con ojos ansiosos la contemple y cambie rotundamente de tema —¿Dónde está el bebé? ¿Qué ha pasado?

El semblante le cambió pero no fue tan drástico como para hacerme caer en pánico, tuve la suerte de calmar el caos que se había estado formando desde que le pregunté por el bebé, había torcido el gesto ligeramente como si tratara de equilibrar las buenas y malas noticias.

—Pues por ahora está en cuidados intensivos, nació con dos meses de anterioridad y por ahora están haciendo exámenes para descubrir que fue lo que paso, lo tienen con un respirador, quieren que sus pulmones se desarrollen totalmente.

—¿Respirador? —exclamé jadeante, me levanté para tenerla más de cerca y escuchar con más atención su explicación —Pero ¿Está bien? ¿Dónde está? ¿Cuándo podré llevármelo a casa?

Nora tenía sus manos listas sobre mis hombros para tenerme en la cama.

—En unos momentos vendrá el médico —me explicó con voz suave, calmada, porque seguro no quería que cometiera una locura, no quería disgustarme —No te preocupes, lo mandé llamar hace un momento, él te lo explicara.

—Pero... ¿Está bien? ¿Él o ella está bien?

Por primera vez desde que nos vimos ella sonrió, esbozó una autentica sonrisa de felicidad y sus ojos brillaron en satisfacción.

—Ella —corrigió con dulzura —Es una niña.

Por dios, era Ella, la pequeña pateadora, mi pequeña luz de esperanza, la razón de mi existencia era una niña, la imagen perfecta de una pequeña niña con cabello castaño se formó en mi cabeza, bailando y brincando en un campo lleno de margaritas con sus ojos cafés claros refulgentes a la luz del sol que acariciaría la piel nívea de su rostro, el aire suave del campo revoloteando su largo cabello, llenándose del perfume de todas las margaritas que la rodeaban. Podría verme a mi misma en ella, estaba segura de que nuestro parecido sería evidente en cuanto fuera creciendo, le haría ver al mundo que era solo mía, que no le pertenecía a nadie más que a mí.

Oscuros Instintos©+18 [OE #2] COMPLETA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora