Oscuros Instintos©+18 [OE #2] COMPLETA

Capítulo 10. Visita

Damien Westermann

En un arrebato frenético le regrese el beso pero solo por compromiso, quería descubrir si era lo correcto, si era lo que yo quería y ella creyó que mi excitación sería igual a la suya pero no fue así, presionó sus labios mucho más fuerte sobre los míos y más feroces que antes pero reaccione y tuve que sujetarla de los hombros para alejarla de mí.

Sus ojos se apagaron al instante, tal y como si los hubieran desenchufado, el sueño se había acabado y la realidad la había sacudido.

—No hagas esto —dije entrecortadamente, recuperando lo más rápido que pude la respiración.

Su rostro no mostraba remordimiento ni culpabilidad, estaba boquiabierta, estudiándome con una expresión desentendida.

—¿Qué? ¿Por qué? —susurró con el ceño fruncido, ahora lucía molesta.

No supe que hacer, sentí que palidecí, no pude evitarlo pero iba a hacer sincero con ella, no iba a encerrar lo que sentía.

—Es incómodo que lo hayas hecho —admití, ahora era yo quien lucía un aspecto culpable. —No lo hagas más.

Los segundos transcurrieron y no dijo nada, solo estaba parada mirándome mientras que yo huía de sus ojos penetrantes, debí haberla detenido cuando pude pero no se porque me permití darle esa pequeña muestra de afecto al corresponder su beso.

—¿Cuándo lo entenderás? —me preguntó con tono malhumorado, me volví hacia ella que no se resistió a mostrarse frustrada y alterada —¿Qué necesitas para darte cuenta que tú ya no estás conectado a ella? Ya no puedes hacer nada, Damien, ya no malgastes el tiempo a un imposible.

Termine por desafiarla, estaba harto de que ella dejara caer mis esperanzas al suelo y las aplastara, quería que me diera por vencido cuando ni siquiera debía interponerse en esto, nada de lo que yo quería hacer para recuperar a Katherine debía estar importándole.

—Este no es asunto tuyo, en absoluto —espeté con voz irritada, cambiando mi humor repentinamente —No te estoy pidiendo permiso y no quiero que te sigas entrometiendo, si hago esto es por cuenta propia y si pierdo será por mi culpa y no la tuya. Recuperarla es una de mis prioridades y tú no vas a hacerme cambiar de opinión.

Se dio cuenta de mi cambio de humor, trató de relajarse y de cambiar su tono de voz cuando volvió a hablar.

—Sé que es asunto tuyo, Damien pero yo estoy aquí para  abrirte los ojos a la verdad, tu crees que la amas pero tú obsesión es necesidad y no amor, espero que te des cuenta pronto y que no vengas a lamentarte conmigo ya muy tarde.

Por supuesto que trataba de confundirme, yo sabía más que nada que la necesidad no era lo que me aferraba a Katherine, la quería conmigo porque sabía que los segundos que pasaba sin estar a su lado eran la peor tortura que alguna vez haya podido recordar, mis pensamientos cambiaban al estar cerca de ella, mi cuerpo encontraba paz y descanso, callaban a la voz de mi cabeza, a la misma quien era el monstruo  y le quitaban el control total de mi ser.

Sabía porque hacía esto y hasta cierto punto podía entenderla pero era suficiente.

—Yo sé que es lo que siento, lo he descubierto por mi cuenta en todos estos meses y si te lo explico se que no lo comprenderías. Se que quieres que me rinda porque deseas que te vea como un apoyo al final de todo esto y que después corra hacia ti pero no creo que sea el caso, no quiero que malinterpretes el beso ni que te hagas ilusiones, eres atractiva pero no soy el hombre que buscas, no soy el hombre para ti.

Sus labios se contrajeron en una gran mueca  de dolor, desprecio e indiferencia, sus ojos se convirtieron en dos agujeros llenos de una rabia que me era muy pesada.