Gabriel se encontraba sentando justo frente a mi en la cocina. Ambos guardamos silencio, el esperando que yo hablara y yo buscando las palabras correctas para comenzar cualquier oración.
-¿Cómo te enteraste? -Si, fue una pregunta realmente estúpida considerando todos los intentos de espionaje que hizo y los muchos otros que realizó a mis espaldas. -Quiero decir, ¿desde cuando...?
-Mira, estoy consciente que no es de mi incumbencia lo que haya sucedido con tu vida desde el momento en que la cague contigo, pero...
-¡¡DEJA DE DECIR QUE NO ES DE TU INCUMBENCIA!! -Estalle, al borde de los nervios y del pánico de que sepa que Dominic es su hijo. -Es obvio que para ti lo es, sino, no me hubieras mandado a investigar. Dime que averiguaste.
-Nada más de lo que ya te he dicho. -Mencionó algo cohibido. -Mandé a uno de mis contactos a rastrear las llamadas solo porque te escuché mencionar el nombre de Dominic y decirle "Te amo". Nojodas, en todos estos años no le has dicho eso a nadie, ni siquiera a Marco. Me pareció sospechoso e investigué al respecto porque me importas, por muy masoquista que se vea.
-Marco detectó cada rastreo, tu informante no es muy bueno en su trabajo. Deberías despedirlo o matarlo, un error así te puede costar la vida, Gabriel.
-Le daré un pequeño susto nada más para que perfeccione su trabajo. -Se encogió de hombros. -¿Sabes lo peor? -sonrió con amargura. -Me enteré que Dom era tu hijo porque el mismo se delató.
-¿Que? ¿Cómo es eso posible?
-Sucedió la semana pasada, cuando te pusiste mal. Llamé a Marco para avisarle de tu estado y para que no se preocupara. La conversación no fue muy extensa y cuando nos despedimos, justo cuando iba a colgar, escuché la voz de un pequeño diciéndole papá y preguntando si hablaba con su mamá. Por un momento me quedé pasmado. Marco ha estado contigo prácticamente desde siempre y me hubiese enterado si él tenía un hijo con otra mujer que no fueras tú. En cambio, tú desapareciste del mapa hace 7 años, 2 más 2 son 4 Tabitha.
Ambos guardamos silencio por unos largos minutos que se volvieron muy incómodos.
-Lo sabías desde hace una semana, ¿por qué nunca mencionaste nada?
-¿Para que me insultaras? Olvídalo, hemos avanzado demasiado como para retroceder por algo natural. Aunque tengo que confesarlo. Me dolió escuchar a ese niño decirle "Papá" a Marco, más aún porque es tu hijo.
-Gabriel...
-Lo sé, maldita sea, lo sé. -Se estrujo el cabello con fuerza, tensando su mandíbula en el proceso. -Todo es mi culpa. Aún me sigo preguntando que hubiera pasado si no me hubiera comportando como una maldita bestia contigo. Quizás tú y Marco no fueran más que hermanos y Dominic fuera mi hijo. Nuestro hijo. Aunque se que eso es imposible, ya yo no puedo tenerlos, engendrarlos.
En ese preciso momento mi pecho empezó a contraerse y mi voz quería salir a relucir para gritarle que sí, Dominic era su hijo y que aún le quería aunque no lo quisiera aceptar.
-Gabriel... Tienes que saber...-
El teléfono de Gabriel comenzó a sonar una y otra vez, era una llamada entrante y al ver el remitente no dudo un segundo en contestar.
-¿Viejo? Ok, dame un minuto. -Colgó y fue a su habitación para buscar su laptop. La colocó en la mesa de manera que ambos pudiéramos observar la pantalla. Pronto una vídeollamada se registró y la aceptamos. La cara demacrada e hinchada de Richard apareció en la pantalla.
-Sé que no están en posición de hacer algo el día de hoy, pero es urgente. -Su voz sonaba ronca, automática, como si no estuviera hablando en realidad. -Habrá una carrera hoy y se juegan más de 100 millones en efectivo. originalmente estaba arreglada para que la gente de Alexander ganara. Cómo comprenderán, eso no va a ocurrir y es su trabajo encargarse. Adicionalmente, si lo ven por ahí, matenlo. -Me miró directamente. -De la peor manera que pueda existir. Háganlo pagar.
BINABASA MO ANG
La Chica Storm
ActionMi infancia puede considerarse una de ensueño para cualquier persona en el mundo. Era única hija, mi familia contaba con más dinero del necesario y no es para menos, después de todo, mi padre es uno de los mejores empresarios del país, sin embargo...