Capítulo 4

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Alex me dejó frente al colegio justo a tiempo, porque Carlos, mi chofer, ya había llegado. 

No perdí nada de tiempo en llegar a casa y buscar la laptop que mi padre me había regalado en navidad, ahora tenía motivos de sobra para averiguar quienes eran los Storm. 

"7 cadáveres en la autopista aterrorizan a los habitantes del municipio Valencia. Aparentemente, victimas del grupo delictivo Storm"

"Enfrentamiento entre bandas deja un saldo de 3 muertos y 7 heridos, grupo Storm no deja rastro"

Esos eran solo algunos de los tantos titulos en las noticias que había en internet. Leyendo entre lineas, la policía no sabía quienes eran los responsables de todos esos abominables crímenes hasta hace 10 años

"Grupo Storm: El principio de su terrible legado."

Se habían presentando numerosos secuestros de niños cuyos padres tenían una buena posición económica. En las diferentes entrevistas e interrogatorios a los padres de los desaparecidos, admitieron haber contraído una deuda millonaria con una familia aparentemente poderosa. Los niños eran devueltos con sus padres una vez que la deuda era finiquitada, sin embargo, existieron casos extremos en los que algunos padres no pudieron completar la cantidad de dinero requerida y nunca se supo nada de los pequeños.

Por miedo a las represalias legales que tendrían estos clanes pudientes si se conociera el verdadero trasfondo del préstamo millonario, decidieron guardar silencio y dejar perder a sus hijos... Todos excepto una gran parentela. Contrario a las más de 20 familias implicadas en secuestros no reportados, los Espínola tomaron cartas en el asunto y denunciaron su caso con lujos de detalles, y si bien obtuvieron que la justicia venezolana les aprehendiera por tráfico de drogas, también lograron que la búsqueda de su hijo Gabriel de 11 años, el menor de 4 hermanos, se incrementara por todo el país. 

Las fuentes extraoficiales descubrieron por fin un indicio que los llevaría a descubrir a un gran clan masculino a cargo del mayor numero de negocios en drogas, secuestros, asesinatos y carreras ilegales en todo el país. Estaban distribuidos como roedores y su único error fue haberse presentado frente a los Espínola con sus verdaderas identidades. Las cámaras de seguridad de la mansión de estos últimos captaron varios rostros que fueron inmediatamente reconocidos en las zonas adyacentes de la mayoría de los delitos mencionados y cuando la prensa tomó posesión de estos indicios y revelaron el apellido Storm, las familias que se habían mantenido en silencio finalmente hablaron, dejando a estas personas en una encrucijada. 

Los cuerpos de seguridad de todo el país parecían haber encontrado el final de todos sus casos sin resolver, hasta que lo peor sucedió. 

Todas las familias y cuerpos de investigación ligados al caso Storm fueron brutalmente asesinados y todas las pruebas e indicios se convirtieron en cenizas. Se cree que todo el grupo delictivo actuó al mismo tiempo en los diferentes lugares donde se encontraban estas personas, pero lo más cumbre todo, es una grabación que salió a la luz pocos días después de la muerte de toda la familia Espínola. 

Un niño salía de aquella gran mansión con sus ropas bañadas en sangre y un arma de fuego en su mano izquierda... 

Puedo jurar por todos los dioses que existen que dejé de respirar en el mismo momento en el que la cámara se enfocó en el rostro del niño.

Era Alex. 

Esas facciones son las mismas que había visto yo hace apenas unas horas, solo que allí eran más delicadas... Excepto sus ojos, en ellos no había nada, solo un inminente vacío. 

Eliminé el historial, cerré el navegador y apagué la laptop. Tenía un leve dolor de cabeza y tenía demasiada sed. Su verdadero nombre era Gabriel Espínola y mató a su familia entera para no ser encontrado.

La Chica StormWhere stories live. Discover now